El Gordo Verde, el cura que se calentó y le desinfló una rueda a un auto mal estacionado

El sacerdote, quien se ha hecho conocido por ser un cura que tiene más llegada entre los jóvenes, fue entrevistado por el programa La Mesa de los Galanes y allí relató una anécdota sobre un momento de enojo que tuvo. 

"Si hay algo que me pasa humanamente es cuando llego a mi casa y en la puerta de mi casa la gente estaciona los autos. Bo, salís apurado y llegás y te estás orinando, por ejemplo, y un auto frenado o mal estacionado. Frenado frente al portón donde dice 'no estacionar'. Yo venía con otro cura. Le digo: 'perdoname, pero me sacó'. ¿Y qué hice? Le desinflé la rueda. ¿Un cura desiflando una rueda? Se me fue la moto", comenzó a contar. 

"Agarré y dejé un cartelito: 'Mirá, soy el cura verde. Te bajé la rueda. Andá a la estación que la tenés al lado, no te vayas con la rueda desinflada. Y no me estaciones más'. Le termino de dejar el cartelito y viene un flaco, bastante paqueteado, con dos bolsas de cerveza, una en cada mano, y era el dueño del auto. Dije: 'Bueno, ahora inflate gordo y nos vamos a las manos'. Acá no podemos recular. 'Bo, campeón, la verdad es que te tuve que bajar la rueda, está bien contra el suelo, loco, no me estaciones más acá'. Este es el momento clave: con puño, o disculpas", dijo.

"Pa, perdoname, mala mía", le respondió el hombre. Entonces, el cura siguió: "Y yo quedé en offside. ¡No, mala mía! Fui, le inflé la rueda, terminamos mejores amigos. Soy humano como cualquier otro. Me enojo, me caliento, pero siento que Dios me pide ser sacerdote".

Verde también contó otra anécdota en la que ejemplificaba cómo a veces las personas son generosas desde su comodidad, y no pensando realmente en el otro a quien se lo quiere ayudar. 

"El domingo, la semana pasada, me estaba yendo para el interior a una casamiento, y me agarró un muchacho en la perimetral, en camino Mendoza. Se me acerca, me muestra algo, y le digo: 'Pa, campeón, la verdad que no tengo nada'. Le digo: 'Pará, ¿cómo te llamás?'. Me dice: 'Mauricio'. Yo estaba comiendo unas castañas, algunos me criticaron porque estaba comiendo castañas porque están caras las castañas; déjenme decirles que las castañas es lo que me permitía la dieta que estoy haciendo y que gracias a Dios pude comprar castañas, pero también las puedo compartir. Como las tenía en la mano, le digo: 'Tomá, Mauricio, mirá, es lo que tengo pero espero que lo disfrutes'.  Y me dice: 'Viniendo de usted las voy a comer, pero me va a costar, porque me faltan todos los dientes'", contó el cura.

El sacerdote le dijo que las castañas le iban a dar fuerza para pasar la noche. El hombre le dio una estampita de Jesús y le respondió: "Este me da fuerza". Por lo que Verde reflexionó: "Yo hablando de una fuerza física y él hablando de fuerza espiritual".

El cura habló también de las críticas que se le hacen a la Iglesia Católica. "A mí lo que más me jode de lo que se dice de la Iglesia es cuando se la ve con unos lentes opacos o minimalistas. Cuando solo se la ve desde sus debilidades. A nadie le gusta que generalicen", expresó, y siguió: "Bosta hay en todos lados (...) lamentablemente también dentro de la Iglesia. Pero no todo es bosta", concluyó.