Opinión > TRIBUNA

La pesadilla del ovejero Butler

La pesadilla del ovejero Butler: la opinión de Eduardo Blasina
Tiempo de lectura: -'
30 de septiembre de 2023 a las 05:02

En el comienzo fue el big bang. Y luego escombros de la explosión se aglutinaron en torno a una estrella se aglutinaron planetas. Y en uno de esos planetas en torno a uno de los billones de estrellas se pudo formar agua líquida. Una rareza llamada planeta Goldilock, ni insoportablemente caliente que evapore el agua ni tan frío que sea un block gélido igualmente inerte.

Y en esa sopa primigenia se formaron células parecidas a cierres cremallera que se hicieron complejas y adquirieron la capacidad de replicarse. De la evolución química a la evolución biológica. Se formaron formas de vida unicelulares. Una hebra de información con un algoritmo: replícame. Y esa célula se ordenó y aprendió a hacer equipos: empezó la vida pluricelular.

Hace unos 500 millones de años surgieron unos seres vivos especialmente peculiares: las medusas o agua vivas.  En estos días científicos han descubierto que con las aguas vivas irrumpió en la Tierra la inteligencia. Por inteligencia llamamos a la capacidad de aprendizaje.

Estos antiquísimos seres no tienen cerebro pero si tienen una red de neuronas.

Resulta que esa red es más sofisticada de lo que podría suponerse. El viernes, investigadores publicaron un informe en la revista Current Biology que indica que la especie de medusa Tripedalia cistophora tiene la capacidad de aprender. Debido a que las medusas de caja se separaron de nuestra parte del reino animal hace mucho tiempo, comprender sus capacidades cognitivas podría ayudar a los científicos a rastrear la evolución del aprendizaje.

La parte complicada de estudiar el aprendizaje en las medusas fue encontrar un comportamiento cotidiano que los científicos pudieran entrenar para que las criaturas realizaran en el laboratorio.

Anders Garm, biólogo de la Universidad de Copenhague y autor del nuevo artículo, dijo que su equipo decidió centrarse en un rápido giro que ejecutan las medusas cuando están a punto de tocar una raíz de manglar en el Caribe en que viven. Estas raíces se elevan a través del agua como torres negras, mientras que el agua a su alrededor parece pálida en comparación. Pero el contraste entre los dos puede cambiar de un día a otro, a medida que el limo enturbia el agua y hace más difícil saber qué tan lejos está una raíz. ¿Cómo saben las medusas cuando se están acercando demasiado? Resulta que tienen capacidad de aprender y estos científicos, que fueron capaces de entrenarlas para determinadas acciones en cautiverio

 Claro que nos parecen infinitamente torpes. Sin embargo “"es sorprendente ver lo rápido que aprenden", afirmó Jan Bielecki, investigador postdoctoral en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Kiel en Alemania, también autor del artículo al New York Times.

Cien millones de años después empezaron a circular peces, muchísimo más inteligentes que las medusas por una capacidad mucho mayor de captar la realidad circundante y tomar decisiones pertinentes.  Nos parecen claro que muy poco inteligentes pero fueron los primeros en aglutinar sistema nervioso en un cerebro y darles la máxima protección que el cuerpo puede dar: el cráneo. Nuestra cabeza mantiene esa innovación revolucionaria: nuestro disco duro protegido por una cobertura de hueso y dos ojos para capturar la mayor información posible.

Pero para llegar a nosotros ese cerebro de pez tuvo que pasar a una versión 2.0 de anfibio capaz de conquistar la tierra, a un cerebro 3.0 de reptil, a uno 4.0 de ave -reptil con capacidad de cuidar a sus crías y alimentarlas (algo que algunos peces también pueden hacer). De ahí pasamos al cerebro 5.0 de los mamíferos y al 6.0 de los primates.

El cerebro humano es en esta lógica 7.0 Podemos pensar más que los demás primates y a nuestros parientes más cercanos los hemos reducido a minúsculas áreas de su hábitat natural donde los cazadores suelen tirarles algunos tiros o a zoológicos donde viven mejor o peor según donde esté ubicado el zoo.

La conexión de las computadoras a través de Internet generó un cerebro 8.0. Las máquinas del mundo, unidas.

Alegremente estamos hemos creado un cerebro 9.0 la inteligencia artificial, que ya nos supera en muchos aspectos y que nos aconsejará que hacer. Pero queremos regularla para que no nos trate como nosotros tratamos a gorilas y chimpancés en el futuro.

Un productor ovejero muy peculiar, don Samuel Butler tenía una opinión muy pesimista sobre este asunto. Impactado por la obra de Charles Darwin, llegó a la conclusión de que la inteligencia artificial tendría un mal final.

Cansado de la vida urbana de Londres, donde mantenía una buena amistad con Charles. se fue a criar ovejas a Nueva Zelanda. Allí lleva El origen de las especies y mientras recorre y mata algún jabalí,  escribe sus reflexiones. Escribe “Darwin entre las máquinas”. La tesis es sencilla, explica la publicación Babelia de El País de Madrid: Así como el reino vegetal se desarrolló a partir del mineral, y el reino animal superó al vegetal, ahora, un nuevo reino superará al humano. ¿Quién será el sucesor del hombre? Nosotros mismos lo estamos creando.

Escribe a partir de esas reflexiones Butler Erewhon, un libro de ciencia ficción sobre una ciudad en la que una mitad de los ciudadanos abrazan la tecnología y otra mitad se rebela contra la tecnología. El mensaje es -como en tantas obras de ciencia ficción- el de la advertencia.

Entiende Butler que los hombres están construyendo a sus sucesores en la carrera de la evolución. En las máquinas no hay malas pasiones, ni pecado, vergüenza o deseos impuros. Ellas  convertirán al hombre en su animal doméstico. Cada día estamos más subordinados a las máquinas, que acaban imponiendo su modus operandi. Las conclusiones del ensayo no dejan lugar a dudas. “Debe declararse una guerra a muerte contra las máquinas. Todas ellas han de ser destruidas por el bienestar de la especie. Volvamos de inmediato a la condición primordial de la raza. Si se declara que es imposible, dada la situación actual, ello prueba que el daño ya está hecho, que nuestra servidumbre ya es un hecho, que hemos creado una raza de seres que está más allá de nuestro poder el destruir. No solo estamos esclavizados, sino que vivimos absolutamente conformes con nuestra esclavitud”.

Viajar en un ómnibus viendo a la enorme mayoría de los pasajeros mirando una imagen fugaz tras otra y moviendo el pulgar mecánicamente, asusta un poco bajo esta perspectiva.

Pero claro el partido se juega en otro lado. La lógica de las grandes potencias siempre será superar en poder a sus potencias rivales. Puede que Europa regule a la inteligencia artificial, pero ¿qué hace mientras tanto China? La usa para interpretar nuestro iris a la distancia y saber lo que hacemos a cada momento. Mientras Rusia pensará como hacerla para su próxima invasión y seguramente EEUU tendrá en el Pentágono su programa similar porque quedarse atrás es perder.

En el camino evolutivo el Homo sapiens tiene que superar tres callejones sin salida. No extinguirse por caos climático, no extinguirse por guerra nuclear y no substitir esclavizada por la inteligencia artificial al estilo 1984.

Legislar sobre la ética de la inteligencia artificial está bien.  Intentar que respeten los principios que Asimov pautó para los robots está bien.

1.            Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daños.

2.            Un robot debe obedecer las órdenes que le den los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.

3.            Un robot debe proteger su propia existencia siempre que dicha protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.

Pero si pensamos que los drones están muy cerca de ser robots volantes y que entre Rusia y Ucrania son decisivos para quien gane la guerra, ya hay límites que se han cruzado.

Esta semana el gobierno de Irán anunció que empezará a usar inteligencia artificial para controlar mejor que las mujeres se sometan a la rigurosa vestimenta islámica. Difícil que las buenas ideas que tengamos en un pequeño país laico les signifiquen demasiado.

Está muy bien legislar pero difícilmente nos garantice que no se cumplan las distopías del ovejero Butler.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...