Las imágenes del Estadio Centenario de 1930 no tienen la calidad con la que cualquier cámara de un teléfono inteligente de esta época podría superar.
Para entender de manera cabal cómo era el coloso de cemento cuando se inauguró para el primer mundial de fútbol, la empresa Pixelarq reconstruyó de manera virtual y en 3D a este ícono de la arquitectura uruguaya.
En épocas donde se maneja la posibilidad de organizar el mundial 2030, crece el debate sobre qué hacer con el máximo escenario deportivo del país. Daniel Thul, director de Pixelarq y autor del modelado, cree que los estudios de arquitectura suelen realizar planos y renders sobre una reforma del escenario. Por eso, decidió ir por un camino opuesto: un viaje al pasado para revalorizarlo.
"Cuando a vos te muestran el estado actualmente decís que no tiene demasiado valor. Si te muestro la obra original, te empezás a dar cuenta de su valor arquitectónico", comentó.
Para el armado de esta reconstrucción pudo haber usado varias herramientas tecnológicas que le hubiesen permitido otro tipo de registro del lugar como por ejemplo la fotogrametría o drones. "Yo utilicé las más económicas de todas porque es un proyecto propio y no ameritaba una inversión de ese tipo", comentó Thul.
Utilizó tres tipos de fuentes de información de referencia: documentación gráfica (planos históricos, curvas de nivel y plano de padrones de la zona), documentación multimedia (fotografías históricas y actuales, y fotos aéreas de 1927 y 1920). También se utilizaron algunos videos que hay de esa época e imágenes de documentales. Por último se utilizó documentación bibliográfica (libros, diarios y revistas de la época).
Mediante un relevamiento de la información disponible, se realizó una "hipótesis reconstructiva". En un programa de computadora comenzó a realizarse el modelado tridimensional del edificio y su entorno. Luego, se le colocó las terminaciones de los diferentes componentes (es decir colores, texturas y materiales). Finalmente, los autores del proyecto iluminaron el modelo tomando en cuenta su orientación geográfica y la incidencia del sol en julio, mes en que se celebró el certamen.
Thul intentó recrear de la forma "más fiel posible" el entorno del estadio en esa época, que estaba casi vacío y en el que prácticamente no había vegetación. La creación de la Torre de los Homenajes del Centenario fue un ícono del Montevideo urbano de esa época.
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