Entre las opciones tarifarias que UTE ofrece hoy a los hogares uruguayos, hay dos que destacan por el crecimiento en el número de servicios activos en el último tiempo. Una es la tarifa Residencial Doble Horario, cuyos beneficios el ente promociona en el marco de la reformulación del Plan Inteligente. Y la otra es la tarifa de Consumo Básico Residencial (CBR) que -sin el marketing ni publicidad de otros planes- sumó casi 46 mil nuevos clientes en los últimos dos años.
Los últimos datos publicados por el ente muestran que al cierre de 2020 había 352.556 servicios activos que tenían contratada esta tarifa (CBR). Este grupo de clientes pagó la energía un 35% más barata en promedio que los clientes que tienen contratada la tarifa Residencial Simple (939.921) y que son la mayoría de los hogares uruguayos.
El año pasado, los usuarios de la tarifa CBR compraron el 14,2% de la energía consumida en el sector residencial, que UTE vendió por un total de US$ 73,6 millones. El precio medio de venta fue de 13,32 centavos de dólar por kWh ($ 5,59). Este valor incluye energía, cargo fijo y potencia, sin impuestos.
Por su parte, el 70% de la energía comercializada a los hogares correspondió a clientes de la tarifa Residencial Simple, y se vendió por un total de US$ 548 millones. El precio medio de venta en el mercado interno fue de 20,22 centavos de dólar por kWh ($ 8,49).
La CBR es una tarifa subsidiada que está dirigida a hogares con consumos mensuales de 230 KWh o menos. Es una opción ventajosa para hogares con equipamiento eléctrico básico, como termotanque, heladera, iluminación, y equipos de entretenimiento como PC, TV, radio, entre otros.
El único requisito para tener esta tarifa más barata es consumir poca electricidad y no se establece previamente un requisito de nivel de ingresos económicos. Así puede darse, por ejemplo, que haya hogares que acceden a la tarifa porque consumen poca electricidad, pero que no necesariamente son de bajos ingresos; y familias de bajos ingresos con muchos hijos que difícilmente consuman tan poca energía como para poder tener acceso a esta tarifa subsidiada.
Bajo esta modalidad se factura un único cargo mensual de $ 374,4, que no está gravado con IVA y que incluye un consumo de hasta 100 kWh, el cargo fijo y el cargo por potencia contratada. Si se pasa ese nivel de consumo se cobra un cargo por energía de acuerdo a una escala de precios, que varía en función de lo que se consuma por arriba de esa cantidad. Cuanto más bajo es el consumo más se ahorra en comparación al importe de una tarifa Residencial Simple.
La tarifa fue diseñada en 2010 y en ese primer año eran poco más de 150.700 la cantidad de servicios activos, pero de ahí en más el crecimiento fue exponencial.
El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, señaló semanas atrás a El Observador que se está trabajando en dirección a “focalizar un poco mejor los subsidios” para que la tarifa residencial –que hoy es la más cara- “no esté cargando con ese subsidio al barrer”.
Una de las líneas de trabajo es la implementación de un bono social de energía, dirigido a consumidores vulnerables por su situación socioeconómica, según había dicho a El Observador, la presidenta de UTE, Silvia Emaldi. En otros países este bono tiene requisitos de ingresos económicos anuales, por ejemplo, y en función de diferentes tipos de consumidor vulnerable que se definen previamente se otorga un porcentaje mayor o menor de descuento. En Uruguay no está definido cómo se va implementar ese bono y el tema recién está a estudio.
Una vez se defina la creación del bono social de electricidad, se pondría a consideración la posible revisión de la tarifa de Consumo Básico Residencial. La idea de fondo es adecuar el esquema tarifario para que exista mayor equidad en los precios, y que, por ejemplo, los usuarios que hoy tienen Residencial Simple no terminen subvencionando a los que están en la CBR, y no lo necesitan.
También se considera que a la larga las personas que tienen esta tarifa básica terminan restringiendo su consumo para no pasarse del tope establecido en el plan, cuando dada la disponibilidad de energía con la que cuenta el país podrían tener más confort en sus hogares.
Cualquier modificación en la CBR no implicaría que el conjunto de sus clientes tengan que migrar de un día para otro a la tarifa Residencial, y podrían implementarse soluciones intermedias asociadas a las tarifas inteligentes que se están implementando gradualmente.
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