La trama de explotación sexual en Pando que salió a la luz tras el caso Milagros

Generalmente iba con un grupo de jóvenes, entre ellas su hermana, que fue detenida pero quedó en libertad. Al tomar declaraciones a las amigas de Milagros, las jóvenes dijeron que “iban a la cantina a bailar”, según relata la fiscal Alicia Ghione en el pedido de procesamiento.

Eso también declaró la madre, Nancy Baladán. "En un cumpleaños la encontraron ahí y la hermana le preguntó qué estaba haciendo. Otro día, yo venía de Montevideo y las vi a las dos por la ruta, me dijeron que iban al baile en esa cantina", relató a El Observador. 

Hay indicios que vinculan a la cantina con la posible trata de personas, incluidos menores de edad, como Milagros. "Los testigos explicaron que la cantina era en realidad una whiskería, un lugar donde se expedían bebidas alcohólicas, y donde concurrían hombres y mujeres mayores y menores de edad, mujeres trabajadoras sexuales y trans, los que bailaban o tomaban como forma de conseguir allí sus clientes", relata la solicitud de procesamiento de la fiscal de Pando.

Los testigos manifestaron que en este lugar había unas habitaciones al fondo, donde las trabajadoras sexuales concurrían con sus clientes. En ese entorno había además "muchos menores de edad, varones y mujeres", ya que la entrada era libre y no había control para el ingreso, algo que el propio dueño confirmó en sus declaraciones.

Quienes declararon, incluidas las amigas de Milagros, afirmaron haberla visto en este lugar, especialmente los sábados. Esto también lo dijeron su hermana y sus padres, aunque los últimos afirman que se enteraron luego de su desaparición.

Según la fiscal, Milagros "distintos hombres" se contactaban con la adolescente, a través de mensajes de Whatsapp o de Facebook, "y le solicitaban servicios sexuales a cambio de dinero".

Antes de su desaparición, los testigos manifestaron que lucía "ropa de marca cara y championes nuevos, lo que les llamaba la atención dada la situación de vulnerabilidad económica de la familia", expresa el acta.

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Otro de los imputados declaró que le pagaba entre $ 300 y $ 500 a lo largo de un año cada vez que se encontraban, y en ocasiones le hacía "regalos". Según declaró el hombre, sabía que Milagros era menor de edad pero continuó explotándola. 

El tercer imputado es un ciudadano peruano, que tiene una joyería enfrente de la cantina. Allí, la adolescente compraba bijouterie y se realizó un piercing. 

Otro dato que surge de la investigación es que este hombre le realizó dos giros de dinero a la hermana de Milagros, porque al ser menor ella no podía cobrarlos. Según contó la hermana en el juzgado de Pando, la adolescente decía que ese dinero "se lo mandaba un amigo".

Ghione pidió el procesamiento de estos tres hombres: uno por contribución a la explotación sexual infantil, mientras que a los otros dos los acusó de un delito de retribución para cometer actos sexuales contra menores de edad, ya que en ese momento Milagros tenía 16 años.

También informó que ya pidió la "conducción para declarar como indagada de una cuarta persona". 

Sobre dónde está la joven, sin embargo, sostuvo que todavía no hay "datos ciertos". Pese a esto, la fiscal confió en que la investigación avanzará, ya que solicitó "una cantidad de declaraciones más". "Esta fue la primera parte", resumió. 

Milagros recibió una llamada a las 23:30 horas del día de su desaparición, e inmediatamente le avisó a su padre que iba hasta la plaza de Pando, a unas ocho cuadras de su casa, y regresaba enseguida. Desde ese momento no se sabe nada de ella.