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El triple homicidio de la Armada, niños asesinados y un acto antisemita: los crímenes que conmocionaron al Uruguay en los últimos años

Al igual que el caso Zanolli, hubo crímenes en Uruguay durante los últimos años que sacudieron a la opinión pública
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02 de diciembre de 2021 a las 10:15

El asesinato de Lucas Zanolli fue ese tipo de hechos que quedan registrados en el ojo público. Fue engañado por un supuesto comprador de su auto que terminó matándolo. El joven murió presuntamente por asfixia a raíz de un estrangulamiento en la misma noche del lunes 28.

El Volkswagen Gol G1 color gris fue encontrado detrás del portón de una casa en la calle Bérgamo en Jardines del Hipódromo con una matrícula apócrifa y no con la difundida por los allegados del fallecido. En el baúl del automóvil estaba el cuerpo de Zanolli. La fiscal de Homicidios Adriana Edelman pedirá imputar al hombre detenido por el asesinato de Lucas Zanolli este jueves. 

En los últimos años hubo otros crímenes que también conmocionaron a la opinión pública. Aquí están algunos de ellos.

2020: Triple asesinato en la Armada

En la mañana del 31 de mayo de 2020, cuando tocaba el cambio de turno, se descubrió la masacre en el puesto de guardia de la Armada del Cerro de Montevideo. Los infantes de marina Juan Manuel Escobar, Alex Guillenea y Alan Rodríguez tenían un disparo en la cabeza cada uno. Habían sido ejecutados y les habían robado las pistolas 9mm Glock. Además faltaban sus respectivos cargadores y un equipo de radio portátil.

En horas la policía logró determinar que el homicida era Jonathan Bragundi, un exinfante que había estado seis años en servicio y había trabajado en ese mismo puesto, pero había sido cesado por faltar a trabajar cinco días. Los investigadores llegaron a él a partir de un informante que contó que el exinfante había ofrecido armas Glock en el Cerro, horas después del asesinato. 

Bragundi fue imputado como autor de un homicidio muy especialmente agravado, en la modalidad de concurso para cometer el delito del robo de las armas. A su vez dos personas fueron imputadas por encubrimiento –un hombre y una mujer, pareja entre sí– y estaban involucrados por haberle alquilado una pieza a Bragundi, en una vivienda ubicada en el Cerro. 

2018: Florencia Cabrera, la víctima del Kiki que mostró la descoordinación entre la Fiscalía y la Policía

En la tarde del sábado 17 de febrero de 2018, Christian Damian Pastorni, alias el Kiki, llegó al supermercado Super Vero de Luis Alberto de Herrera y Urquiza, neutralizó al guardia de seguridad, le disparó en el suelo y antes de huir volvió a disparar, esta vez contra Florencia Cabrera, una de las cajeras del supermercado, lo que más tarde le causaría la muerte. Su rostro quedó grabado por una de las cámara de seguridad del supermercado, lo que rápidamente lo convirtió en hombre "más buscado del país".

El martes 20, la policía lo encontró en una vivienda del barrio El Monarca donde se estaba escondiendo. Cuando la policía quiso entrar a la vivienda, el Kiki se pegó un balazo en la sien. Cayó con muerte cerebral y luego murió.

En las repercusiones, se supo que el asesino era buscado desde el 9 de diciembre por la Policía debido al homicidio de su pareja, a quién había matado por un negocio de ventas de armas. La fiscal Diana Salvo, en declaraciones a El Observador en aquel momento, dijo que sintió "frustración" por esa muerte, aseguró que había librado cinco órdenes de allanamiento que no dieron resultado y sentenció que era "rarísimo" que la Policía no pudiera atrapar a Kiki que era un delincuente que se movía en un ambiente reducido. "Me sentí horrible", dijo Salvo acerca de cuándo se enteró del asesinado de la cajera.

Sin embargo, se supo que la Policía había pedido en reiteradas ocasiones órdenes de allanamiento que la fiscal no había autorizado por ser feriado de Carnaval.

2017: Brissa y Valentina, dos niñas violadas y asesinadas con pocos días de diferencia

El 20 de noviembre de 2017, Brissa González, de 12 años, salió de su casa para ir a la escuela número 86. Nunca llegó.

A partir de ese día, la búsqueda empezó a efectuarse por todo Montevideo. El 23 de noviembre, el cuerpo de Brissa apareció enterrado en el Balneario Las Vegas. Tenía las manos atadas en la espalda, síntomas de asfixia y marcas de una violación.

Las cámaras de seguridad donde Brissa había desaparecido mostraban que no se había subido a ningún ómnibus sino que había sido levantada por un hombre en un auto marca Renault, color bordó.

La policía detuvo al asesino. Era Williams Pintos, un taxista que vivía en Marindia. Se supo que ya había tenido condenas por seis delitos sexuales previamente. En la justicia confesó que la había violado y luego matado. "Yo la maté, merezco la pena de muerte, soy un animal", dijo en ese momento.

Había pasado cuatro meses y 23 días en Cárcel Central, antes de que el sábado 14 de abril de 2018 fuera enviado al módulo 11 del exComcar. Allí debía esperar poco más de un mes hasta el juicio oral. Pero el martes 18 apareció muerto en su celda.

Según informó el fiscal del caso en ese momento, Juan Gómez, "con un 99% de seguridad se trató de un suicidio". Sin embargo, ni el fiscal ni ninguna autoridad logró aclarar cómo consiguió el cable con el que se ahorcó.

Días antes sucedió un hecho similar en el departamento de Rivera. Valentina Walter salió de su casa el 12 de noviembre, el día que cumplía 9 años, para ir a buscar a su hermano, como le había pedido su madre.

En el trayecto se le acercaron dos hombres, que la  engañaron al decirle que iban a ayudarla a buscar al hermano. Se la llevaron a un monte cercano y la violaron. Ella se resistió y ante la resistencia la terminaron matando.

Uno de los hombres participó en la búsqueda cuando todavía no se encontraba el cuerpo, con el fin de no levantar sospechas. El 15 de noviembre encontraron el cuerpo. Uno de los asesinos vivía en su misma cuadra

La Fiscalía de Rivera entendió que la muerte de Valentina era un "delito misógino" con  componentes de odio, desprecio y menosprecio a su condición de mujer, "dominado por la idea de cosificación de la niña".

La jueza María Sol Bellomo condenó a ambos hombres a 45 años: 30 de prisión y 15 de medidas eliminativas de seguridad.

2017: Felipe Romero, el niño asesinado por su DT de baby fútbol al que le decía "papá"

Felipe tenía 10 años. El 20 de abril de 2017 lo pasó a buscar a la escuela del departamento de Maldonado su director técnico de baby fútbol, Fernando Sierra, con quien tenía una relación casi paternal. De hecho lo presentaba como su padre, a pesar de que no lo era dado que su padre biológico era el exfutbolista Luis Romero. El sábado 22 de abril ambos cuerpos fueron encontrados en Villa Serrana. Felipe tenía un disparo en la cabeza y apareció abrazado a Sierra que se había suicidado luego de haberlo matado.

A partir de ahí se dilucidó que Sierra abusaba sexualmente de Felipe. Días antes, la psicóloga de Felipe le había advertido a la madre que no dejara más a solas a Felipe con Sierra debido a que había empezado a detectar comportamientos extraños en el niño. La madre se lo advirtió a Sierra, que amenazó con matarse si no lo podía seguir viendo. A los días, fue a buscar a Felipe a la escuela sin que la madre supiera.

La relación de ellos era casi paternal. "Lo llevaba y lo traía de las prácticas, de los partidos, andaba con él para todos lados, lo trataba como si fuera un hijo y Felipe lo trataba como si fuera su papá. Más de una vez le dijo ´papá´", le dijo en su momento a BBC Mundo Miryam Sosa, dirigente del Club Defensor de Maldonado donde se habían conocido.

"El cambio de conducta de Felipe y el hecho de que él empezaba a concurrir a la terapia constituyeron el disparador. Queda claro que en cualquier momento Felipe iba a contar lo que estaba pasando", explicó en su momento el abogado del padre, Gumer Perez.

La justicia solicitó el archivo de la causa tras determinar que ni la madre ni el padre tenían responsabilidad penal en lo sucedido. 

2016: David Fremd: El crimen antisemita que sacudió Paysandú

El 8 de marzo de 2016, Paysandú se vio conmocionado por la muerte del comerciante David Fremd. El homicida lo mató a varios cuchillazos en la espalda y quiso escaparse. Pocas cuadras después fue detenido por vecinos y entregado a la Policía.

David Fremd era judío. Y quién lo mató, Omar Peralta, hacía varios años que se había convertido a la religión islámica. El juez Fabricio Cidade, que imputó al asesino por los delitos de homicidio especialmente agravado, actos de odio y lesiones (por herir al hijo del fallecido), concluyó que el asesino "cometió un homicidio que es al acto de mayor violencia humana por excelencia, motivado por el odio que sentía hacia la comunidad étnica y religiosa que representaba su víctima."

Peralta era un maestro rural, había adoptado el nombre de Abdullah Omar y declaró en el juzgado que se sintió "perseguido" por la comunidad judía y ubicó como "disparador" de esa supuesta situación "un incidente de palabras" que mantuvo en el año 2006 cuando era estudiante de magisterio con el entonces embajador de Israel en Uruguay a quien, durante una visita a Paysandú, "le habría recriminado la muerte de niños palestinos".

Peralta resultó ser procesado como cualquier imputable por parte de Cidade, aunque se recomendó una internación médica y fue internado en el Hospital Vilardebó. Pero en octubre de 2016, en base a un informe elaborado por el Instituto Técnico Forense (ITF) se valoró que el asesino "no fue capaz de apreciar el carácter ilícito de sus actos ni determinarse libremente", y la Justicia lo declaró inimputable.

Para el juez, el homicida actuó con premeditación ya que primero pasó por el local "La Popular" en busca de Fremd, luego volvió y al ver que el comerciante llegaba al lugar lo atacó porque el comerciante —que además tenía activa presencia en la comunidad judía de Paysandú— "representaba o personificaba aquella comunidad que tanto odio le provocaba por la supuesta persecución vivida durante años".

El juez afirmó que se trataba "de una persona que profesaba una religión históricamente beligerante con la judía, por causa de ella mantuvo un incidente con un representante del Estado de Israel que marcaría su vida, que habría dado lugar a una supuesta persecución en su ámbito de estudios y en el ejercicio de la docencia como maestro, todo lo cual derivaría en un fracaso profesional y laboral".

 

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