La violencia criminal en Haití dejó al menos 1.500 muertos desde el primero de enero

El dato, informado por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, señala que la ola de violencia ocasionó sólo en abril unos 600 muertos y que el número de crímenes, secuestros y ataques a personas creció un 28% entre enero y marzo respecto al último trimestre del año pasado.

El titular del organismo, Volker Türk, denunció en el texto la existencia de "un ciclo de violencia sin fin" y exigió una "respuesta firme y urgente" ante la situación de emergencia en materia de derechos humanos. El funcionario, además, recordó que la situación está generando desde el año pasado nuevos desplazados que huyen de los barrios de Puerto Príncipe más golpeados por la violencia extrema.

El informe presentado destaca que la violencia no solo se hace más extrema y frecuente, sino que se extiende inexorablemente a medida que las bandas criminales tratan de ampliar las zonas donde operan. El documento precisa que a los 600 crímenes registrados en abril le antecedieron los asesinatos de al menos 846 personas entre enero y marzo, período en el que se reportaron 393 heridos de gravedad y 395 secuestrados, fenómeno este último que cada vez es más frecuente.

El informe detalla que el aumento de la actividad de las bandas armadas se constata también en áreas de Puerto Príncipe que anteriormente eran consideradas zonas seguras, como en el departamento de Artibonite. El documento, además, refiere que la violencia sexual hacia las mujeres y las niñas se ha agudizado en todo el país, tanto como los secuestros de niños, profesores, médicos y funcionarios de justicia.

El trabajo de la Oficina del Alto Comisionado agrega que las bandas imponen impuestos ilegales a los ciudadanos, bloquean con retenes el tráfico en las principales carreteras del país y saquean negocios y vehículos. Todo ello cuando el Consejo de Seguridad se limitó una vez más a expresar su “preocupación” por el agravamiento de la situación, pese al insistente pedido del secretario general de la ONU, António Guterres, de enviar una fuerza armada internacional para contener la crítica situación.

"Los miembros del Consejo de Seguridad están muy preocupados por el deterioro de la seguridad y la situación humanitaria en Haití", indicó mediante una declaración el órgano que integran Rusia, China y Estados Unidos, entre otros países; texto que menciona los secuestros, la violencia sexual, la trata de personas, las ejecuciones extrajudiciales y el reclutamiento de niños en grupos armados, al tiempo que afirma que "los responsables de estos crímenes atroces sean llevados ante la justicia".

La declaración del Consejo de Seguridad también hace referencia al régimen de sanciones introducido en octubre pasado contra las pandillas, pero que en la práctica está dirigido contra una sola persona, Jimmy "Barbacoa" Cherizier, un ex-policía líder del grupo armado G9 an Fanmi e Alye, una alianza formada por los grupos armados más poderosos con base en Puerto Príncipe.

"Preocupados por la necesidad de apoyo para la seguridad", los miembros del Consejo hicieron un nuevo llamado a "todos los actores políticos a participar en negociaciones constructivas y significativas para permitir la organización de elecciones legislativas y presidenciales inclusivas, libres y justas, tan pronto como se cumplan las condiciones".

Lejos de las intenciones, los hechos señalan que no se han realizado elecciones desde 2016 y que el primer ministro Ariel Henry, designado en julio de 2021 sólo 48 horas antes del asesinato del último presidente, Jovenel Moïse, carece de legitimidad y hace imposible celebrar elecciones en condiciones seguras, según los analistas y las oenegés que trabajan en el territorio.

(Con información de la agencia de noticias AFP)