Las caras del galán

Wyoming, Estados Unidos. "Solo tierra arada y seca", describe el director inglés Ridley Scott, un árbol gigantesco, mantenido por cables, una cabaña blanca tradicional y una cosechadora monstruosa.

En ese panorama, el mítico Rick Deckard (Harrison Ford) desciende de un vehículo y se adentra en la cabaña, para luego enfrentarse a un hombre de unos 160 kilos. "Y no les voy a decir nada más".

Scott deja de narrar e instaura el suspenso, inaugurando, al mismo tiempo, las inquietudes en torno a Blade Runner 2. Aunque la secuela de ciencia ficción tendrá a Ford retornando a uno de sus roles más memorables, también incorporará al canadiense Ryan Gosling en un papel coprotagónico de identidad aún desconocida.

Pese a que el nombre de Gosling, de 35 años, no es nuevo para Hollywood, su figura se ha visto mayoritariamente asociada a películas independientes, de presupuesto limitado o aclamadas por la crítica y descuidadas por el público internacional.

De la mano de Scott y Terrence Malick (La delgada línea roja, El árbol de la vida), que lo sumará a una producción poblada de celebridades, Gosling tendrá la oportunidad de continuar demostrando su versatilidad y acercarse a una taquilla que aún no lo reconoce como uno de sus jóvenes alicientes.

Con el encanto de Robert Redford y Paul Newman, y la economía interpretativa de Marlon Brando, el actor ha captado la atención de ejecutivos y productores, como fue evidente en el ataque informático sufrido por Sony Pictures a fines de 2014.

Sin embargo, el historial de Gosling experimentó un reciente fracaso con Lost River (2014), su debut como director, en el que colocó a Christina Hendriks (Mad Men) frente a la pantalla para interpretar a una madre soltera que lucha por mantener a sus dos hijos. Tildado de excesivamente onírico, pretencioso y trillado, Lost River fue una de las grandes decepciones de Cannes en 2014.

La evolución del actor infantil

Aunque aquel debut se vio influido por su propia infancia, la biografía de Gosling suplanta el Michigan de Lost River con la provincia canadiense de Ontario.

Pero la carrera de Gosling comenzó en Orlando, Florida, con el programa Mickey Mouse Club, que también catapultó a Britney Spears y Christina Aguilera.

Luego de un pasaje por Escalofríos (1996) y ¿Le temes a la oscuridad? (1995), el joven actor decidió apartarse de la televisión y llegó a la pantalla grande con el controversial The Believer (2001), donde interpretaba a un judío neonazi.

Su primer éxito llegó tres años después con Diario de una pasión (2014), que lo consagró como uno de los nuevos galanes de Hollywood. El rol se verificó con Blue Valentine (2010), Crazy, Stupid, Love (2011) y Drive (2011).

Títulos dramáticos, cómicos y thrillers se han apilado en un repertorio variado que ahora añadirá un clásico de la ciencia ficción. Por fuera de la calidad de las películas, las interpretaciones de Gosling han sido alabadas sin excepción, un resquicio de fortaleza en una nueva generación.

Sus mejores películas

The Believer. Basada en la historia real de un miembro del Ku Klux Klan que fue desenmascarado como miembro de la comunidad judía, The Believer sigue a Daniel Balint (Gosling), un joven de orígenes judíos que se convierte en un líder neonazi y debe enfrentar sus propias contradicciones.

Lars y la chica real. Lars (Gosling), un eterno inadaptado social, comienza a desarrollar un interés romántico, aunque platónico, con Bianca, una muñeca de dimensiones reales. Forzados a tratar a Bianca como una persona más, la familia y los vecinos de Lars le dan un espacio a ambos en el pueblo.

Blue Valentine. Oscilando entre el pasado y el presente, el filme retrata la relación de Dean (Gosling) y Cindy (Michelle Williams), una pareja casada y con una hija. Desde el enamoramiento inicial hasta los cimientos roídos de su matrimonio, las tensiones y concesiones son el obstáculo.

Drive. Sin nombre que lo identifique, un joven conductor (Gosling) trabaja en un taller mecánico durante el día y a la noche sirve de chofer para delincuentes que quieren huir de la escena del crimen. Cuando conoce a Irene (Carey Mulligan) y su hijo, la posibilidad de un cambio reluce.