El 19 de abril de este año el Parlamento aprobó una moción enviada por May para adelantar las elecciones y volver a repartir los 650 escaños.
Las elecciones generales -que antes de esa maniobra estaban previstas para 2020- suponían un barajar y dar nuevamente, que tanto el Partido Conservador de la primera ministra, como los opositores Partido Laborista, Liberal Demócrata y de los nacionalistas escoceses del SNP, estuvieron dispuestos a enfrentar. Por eso, con estos apoyos, May consiguió sumar más de tres cuartos de los legisladores necesarios para validar la moción.
Con el adelanto en las elecciones May quería aprovechar el viento de cola que recibió al asumir sin titubear el liderazgo de la nación y a la vez el descenso histórico del apoyo al principal partido opositor: el Partido Laborista. Sin embargo, el crecimiento del izquierdista líder de los laboristas Jeremy Corbyn, que arrastró un gran apoyo sobre todo de los jóvenes universitarios gracias a sus promesas de campaña, sorprendió y desestabilizó los planes del gobierno.
En este sentido, Corbyn hizo crecer en 29 los escaños que su partido tenía previo a estas elecciones. Del total de 650 bancas el Partido Laborista se hizo de 261 y resultó segundo en cantidad de escaños justo después del partido de May que obtuvo 318 asientos en la Cámara de los Comunes. Así, la líder conservadora no pudo lograr los 326 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta, algo que la limita aún más respecto a su situación inicial.
Una de las claves para entender el éxito electoral inesperado que tuvo Corbyn fue su campaña centrada en redes sociales y alejada del brexit, núcleo de la política británica en los últimos tiempos.
El brexit fue el foco del discurso de May luego de conocerse los resultados. La mandataria afirmó que esta derrota no le impedirá iniciar la negociación con Bruselas en diez días. Según anunció líder del Partido Conservador formará gobierno con el apoyo de los unionistas de Irlanda del Norte (DUP), para encabezar las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
En una declaración ante la residencia de Downing Street, May confirmó esta decisión al pedirle a la reina Isabel II el permiso para formar un Ejecutivo en minoría, con el apoyo táctico de los diputados del DUP, después de perder la mayoría absoluta que su formación ostentaba desde 2015.
"Esto nos permitirá unirnos como país y canalizar nuestras energías hacia un acuerdo exitoso del brexit que funcione para todos en este país, asegurando una nueva asociación con la Unión Europea que garantice nuestra prosperidad a largo plazo", agregó.
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