Las pasiones que parió la pandemia y un oda a la siesta

Ya está servido el Pícnic! de esta semana, que te invito a degustar sin prisa y con todas las pausas que quieras. En estos días he pensado bastante en lo bueno que nos ha dejado este año, para variar un poco, porque es cierto que en el balance hay mucho que resta. Me encontré entonces repasando las actividades que recuperé, muchas de las cuales me fascinan, a pesar de lo cual casi siempre me costaba encontrarles tiempo. Este año leí y escribí más, compartí más tiempo con mi familia (con discusiones incluidas), aprendí más sobre jardinería y plantas (aunque sigo siendo bastante rudimentaria) y retomé el tejido, una herencia de mis abuelas que estaba ahí guardada en algún paraje de mi mente y que revivió gracias a tutoriales de YouTube y una memoria táctil que me sorprendió. De todo esto me di cuenta mientras repasaba el artículo de la profesora de Negocios de la Universidad de North Carolina, Brianna Barker Gaza, llamado Cómo hacer espacio en tu vida laboral para el resto de tu ser. En él plantea que muchas veces le dedicamos tanta energía al trabajo, incluso a uno que nos apasiona, que terminamos “quemándonos”, en buena parte porque dejamos de lado todas nuestras otras pasiones.
 
“La naturaleza codiciosa de nuestro trabajo (que nos pide que usemos más sombreros, que hagamos más, que estemos siempre activos), combinada con las demandas de nuestra vida personal y la presión social de estar y concentrarnos en una sola cosa, significa que debemos aprender cómo gestionar nuestro portafolio de diferentes identidades y las expectativas que las acompañan”, dice Barker Gaza.
 
Los invito a leer sus sugerencias para recuperar, valorar y hasta sacarle provecho a nuestras diversas pasiones y facetas. Aquí solo les resumo algunas:

• Bienestar
• Estilo de vida
• Cultura
• tendencias
• pandemia
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