Martin Wolf
Lecciones de revitalización desde el País Vasco
Cuando de regeneración se trata, merece la pena examinar el éxito de esta antigua región industrial
Cuando de regeneración se trata, merece la pena examinar el éxito de esta antigua región industrial
Martin Wolf
¿Cómo se puede elevar el nivel de las regiones en declive? Esta pregunta surge en cualquier lugar en el que los antiguos bastiones de la industria pesada han colapsado en los países de altos ingresos. Tener nostalgia por el pasado es inútil. Más bien hay que regenerar y renovar. El País Vasco, en España, lo ha conseguido. Su éxito sugiere algunas grandes lecciones: en primer lugar, la renovación debe venir de dentro; en segundo lugar, nunca se termina.
El pueblo vasco está concentrado en tres provincias del noroeste de España y en tres provincias del suroeste de Francia. Los vascos hablan una única y antigua lengua, y poseen una cultura propia. El País Vasco, cuya mayor ciudad es Bilbao, cuenta con cerca de 2.2 millones de habitantes. Se convirtió en un centro de industria pesada a finales del siglo XIX, basada en la minería y en el acero. Pero fue víctima de una terrible violencia durante la Guerra Civil española, incluyendo el infame bombardeo de Guernica en 1937, y posteriormente la represión de su lengua y de su cultura.
En la década de 1970, el País Vasco seguía siendo una de las regiones más ricas de España. Pero se enfrentaba a grandes dificultades. Al igual que en otras partes del mundo, sus industrias pesadas estaban en serio declive y el desempleo era elevado. Además, había que crear una administración desde cero para la nueva "comunidad autónoma". A pesar del regreso de la democracia en la década de 1970, la región estuvo convulsionada durante un largo tiempo por el terrorismo de la ETA, el cual no terminó sino hasta 2011.
Esto, entonces, era una crisis. Cuatro décadas después podemos ver lo que sucedió. El desempleo está muy por debajo de la media española, aunque los ratios de empleo son bajos para los estándares europeos. El producto interno bruto (PIB) nominal per cápita pasó del 70 por ciento de la media de los UE15 en 1985 a acercarse a la media en 2019. En paridad de poder adquisitivo, los ingresos medios per cápita en el País Vasco en 2019 se acercaban a los de Alemania. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha señalado que la asistencia social es, en general, tan alta como, o más alta que, en las regiones ricas españolas, como Cataluña y Madrid.
Este renacimiento es también cultural y físico. Bilbao, en particular, ha pasado de ser una sucia ciudad industrial, aunque con impresionantes edificios de finales del siglo XIX, a un modelo de renovación arquitectónica y cultural. El mundialmente conocido Museo Guggenheim de Frank Gehry está en el centro de todo esto. Pero no es el único, tal como lo descubrí durante una reciente visita. La regeneración arquitectónica es tan espectacular como la comida.
Entonces, ¿cómo se logró y qué se puede aprender de ello? Parece que hubo dos condiciones necesarias: el deseo de triunfar y la libertad para hacerlo. Aunque ambas condiciones eran necesarias, sólo se volvieron suficientes al contar con un contexto favorable y al tomar las decisiones correctas. La adhesión de España a la Unión Europea (UE) fue el contexto. Pero, ¿cuáles fueron las decisiones?
Una sorprendente característica fue cómo se tomaron las decisiones, es decir, mediante una estrecha cooperación entre todos los niveles de gobierno y entre los sectores público y privado. El objetivo compartido que lo ha motivado todo ha sido el de un desarrollo social y económico equilibrado. Según el Instituto Vasco de Competitividad, la década de 1980 estuvo "definida por la creación de la nueva administración regional junto con la necesidad de promover una sustancial reestructuración industrial". Esto "evolucionó en la década de 1990 hacia una estrategia construida en torno a los clústeres y orientada a la mejora de la eficiencia, el fomento de la diversificación no basada en la I+D, y la promoción de la internacionalización". Luego esto evolucionó en la década de 2000 "hacia un sostenido enfoque en la innovación y la diversificación industrial impulsada por la ciencia".
Después de 2008, España en su conjunto cayó en otra enorme crisis. Una vez más, la estrategia de desarrollo tuvo que ajustarse. Y lo hizo aprovechando las crecientes fortalezas del País Vasco en la ciencia y en las tecnologías de fabricación avanzadas, así como en la biociencia e incluso en la nanociencia. Ahora, en la década de 2020, el País Vasco se enfrenta a otra serie de retos, especialmente los de la transición energética.
Como en otros casos de rápido desarrollo económico a nivel mundial, el éxito sentó las bases para la siguiente etapa. Pero la historia del País Vasco parece estar marcada por la capacidad de encontrar la respuesta adecuada a lo que estaba ocurriendo en el mundo. Dado que un exitoso desarrollo exige la creación de una gama de vitales bienes públicos, depende de un gobierno orientado al desarrollo. Pero esto último, a su vez, depende de la capacidad de las empresas privadas para aprovechar las oportunidades. Una buena manera de pensar al respecto es considerarlo un matrimonio de cooperación con competencia dentro de una economía mundial abierta.
¿Qué pueden aprender otras partes del mundo de esta historia de regeneración y posterior desarrollo de una vieja región industrial? Al fin y al cabo, el reto no es único. En el Reino Unido, por ejemplo, se anticipa que el secretario de Estado para la Elevación del Nivel, la Vivienda y las Comunidades, Michael Gove, presente pronto un plan de revitalización.
Los paralelismos con Gales, Escocia y partes de Inglaterra son evidentes. Probablemente la lección más importante es que quienes viven en, y son responsables de, la región deben tener tanto los recursos como la libertad para tomar decisiones. No sólo porque es probable que lo hagan mejor. También porque es una forma de fomentar la audacia necesaria. Además, debe hacerse un gran esfuerzo para fomentar la cooperación entre los distintos actores con el fin de crear y aprovechar las sinergias. Por último, debe haber un incesante esfuerzo por desarrollar los recursos de la región. El cambio nunca termina.
Es bastante razonable preguntarse cuánto se puede aprender de una región tan diferente en su historia e identidad. Pero los audaces esfuerzos nunca llegarán sin una autonomía mucho mayor. En el Reino Unido, sobre todo, se ha dependido mucho y durante demasiado tiempo de las decisiones procedentes de Londres. No es así como ha prosperado el País Vasco. La autonomía es importante. Debemos aprender de eso.