Liderando en el mundo

Dejar de lado un análisis serio de la tributación de los fenómenos de la economía digital es dejar de alcanzar expresiones de gran capacidad contributiva en nuestros días, y dejar pasar por ello mismo importantes fuentes de recaudación. 
Pero lo desafiante del asunto es que la economía digital es ágil y ubicua, y permite llevar adelante modelos de negocios sin presencia física estable. Ello supone grandes retos para los países donde los clientes de estos modelos de negocios generan ganancias al consumir, y los enfrenta al gran dilema de reaccionar con afán recaudatorio poniendo limitaciones y restricciones que desestimulen el acceso de sus ciudadanos a las fuentes de información mundial y que en definitiva los alejen del mundo futuro y sus caminos. 

Dejar de lado un análisis serio de la tributación de los fenómenos de la economía digital es dejar de alcanzar expresiones de gran capacidad contributiva en nuestros días, y dejar pasar por ello mismo importantes fuentes de recaudación. 

Este problema ha sido ya reconocido por la OCDE en 2017, al solicitar del sector privado opiniones sobre los problemas de tributación de estos nuevos modelos de negocios. Lo hizo ante la evidencia de que los países, incapaces de lograr consensos multilaterales al respecto, han comenzado a optar por medidas unilaterales agresivas, no alineadas con los propósitos de favorecer la globalización y evitar la doble imposición en los negocios transfronterizos. Un fenómeno que puede verse ya como un “neosoberanismo fiscal”.

Por todo esto celebramos el camino que ha seguido Uruguay en los últimos años, a través de la introducción de normas legales, reglamentarias, y, más recientemente, con la emisión de la resolución 9720 de 11 de octubre de 2018, por la que se terminan de regular detalles de la tributación de populares plataformas digitales, como Netflix y Uber. Entre otros aspectos a destacar, cabe señalar que la normativa uruguaya les permite a estas plataformas pagar voluntariamente sus impuestos en dólares y hacer anticipos trimestrales, sin necesidad de designar un representante legal en Uruguay.

Por todo esto celebramos el camino que ha seguido Uruguay en los últimos años, a través de la introducción de normas legales, reglamentarias, y, más recientemente, con la emisión de la resolución 9720 de 11 de octubre de 2018, por la que se terminan de regular detalles de la tributación de populares plataformas digitales, como Netflix y Uber.

Como informó El País el 17 de octubre pasado, la metodología ha sido aplaudida por las propias empresas alcanzadas, y muchos países miran como modelo el camino de Uruguay y siguen de cerca las vicisitudes de su aplicación. 
Debemos celebrar procesos normativos de este tipo, que, sin renunciar a legítima recaudación, son sensibles a la realidad económica y a la necesidad de acercar a nuestro país al mundo y al desarrollo. 
Esta actuación de nuestra autoridad tributaria demuestra, por otra parte, que cuando Uruguay se lo propone en serio y se despoja de vendas y ataduras ideológicas es capaz de liderar el camino en muchos campos. Si esta mentalidad innovadora se extendiera a otras actividades en las que el Uruguay se encuentra atrasado o enfrenta desafíos como el área educativa, mucho cambiaría para bien.