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Los 100 años de Gastón Guelfi: el presidente que marcó la historia

El 28 se cumple el centenario de su nacimiento; fue el más ganador de Peñarol con tres Libertadores, dos Intercontinentales, la Supercopa de Campeones y nueve Uruguayos; contrató a Spencer y a Morena
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21 de abril de 2018 a las 05:00

Era tan bueno en todo lo que hacía, que un día le pidieron que fuera Ministro de Economía. En Peñarol le salía todo bien. Todo. "Pero no aceptó porque no quería usar a Peñarol como trampolín para la política", contó su hijo Gastón a Referí.

El próximo sábado 28 de abril se cumplen 100 años del nacimiento del presidente más exitoso en la historia de Peñarol: Gastón Guelfi.

Y su apellido tiene toda una historia. No lleva diéresis pero la "u" se pronuncia.

En los siglos XII y XIII en Europa, había dos facciones que combatían que eran los Güelfos y los Gibelinos. El movimiento empezó en Alemania y continuó en Italia. Güelfo en plural es Guelfi. Debido a eso, el apellido surge como Guelfi en italiano.

Su abuelo Manuel llegó desde Génova y fue el primero de la familia, un marino inmigrante genovés.

Llegó a Peñarol porque un importante grupo de socios e hinchas entendía que era la persona adecuada para postularse y un amigo suyo, Fernando Parrabere, fue quien hizo el planteo para que se presentara como opción en las siguientes elecciones para la reconquista del Campeonato Uruguayo que venía siendo de Nacional en los últimos tres años. Se presentó en enero de 1958 y ganó.

Se crió en la calle Cerro Largo entre Cuareim y Rondeau con sus hermanos María Esther –quien heredó el nombre de su mamá, María Esther Crovetto, Graziella y Nelson. Pero en parte se crió en la chacra que compró su padre –también llamado Manuel–, en 1926 –cuando tenía ocho años– en la Villa Peñarol, en donde hoy sería el cruce de Carlos A. López y Camino al Paso de la Cruz.

Gastón fue al Elbio Fernández y al Colegio Pío, para luego hacer la carrera de contador en la Udelar. En el Pío jugó como lateral izquierdo.

Conoció a Lidia Mendy y al tiempo se casó el 11 de abril de 1945. Tuvo dos hijos: Gastón y María Cristina, quien falleció trágicamente en 1977 en un campo que tenían en Capilla del Carmen, en Paysandú. Fue cuatro años del fallecimiento de su padre.

Gastón, su hijo, es de un perfil bajísimo. Habla con orgullo de su padre, pero no quiere fotos para este informe. "Él es el personaje interesante, no yo", dice mientras muestra fotografías que son tesoros. "Fue un padre muy bueno, que se hacía querer mucho. Con él recuerdo un clásico que ganó Peñarol 5-0 en 1953 y lo vimos en la Olímpica. Mi padre era un hombre que parecía tranquilo, pero la procesión le iba por dentro en los partidos", explica.

Pero también escucha atentamente y participa de la charla Fernando Guelfi, hijo de Gastón y nieto del histórico Gastón.

Al margen de sus ocupaciones, el presidente atendía a los jugadores cuando precisaban algo en cualquier momento. Se dedicó 100% al club. Fue como un apostolado para él.

"Y eso que tuvo operaciones –explica Gastón–: al año de ser electo fue intervenido de una hernia de disco. No se iba a presentar a las elecciones de 1959, al año de haber sido electo por primera vez, debido a esa operación, pero un grupo importante de socios le fue a pedir a la chacra que se presentara, y finalmente lo hizo y ganó otra vez".

En 1965 lo operaron de cálculos al riñón en una intervención bastante severa, pero siguió al frente.

Trabajó en Manuel Guelfi & Cía en el departamento de financiaciones. De chico, su vocación siempre había sido el campo, pero su padre lo llevó a su empresa.

Su forma de ser tan sincera y honesta, llevó a casos insólitos. La empresa tenía una asociación de obreros y empleados con una directiva, y lo eligieron a él como presidente siendo patrón para que los representara ante el directorio, según recuerda Fernando.

Un día trajo a Peñarol a Alberto Spencer. No lo conocía nadie, pero Juan López –el técnico de Uruguay en el Mundial de 1950 y quien lo dirigió en la selección de Ecuador–, se lo recomendó. Guelfi había ido meses antes, en julio de 1959, a la inauguración del Estadio Modelo y lo había impactado.

Lo recuerda su hijo: "Luego del Sudamericano, en diciembre, Juan López habló con mi padre para que lo trajera a Peñarol. En enero, papá arregló una cifra con los directivos y se fue con un maletín y el contrato para firmar. En el interín se enteró Nacional e hizo una oferta superior. Cuando llegó mi padre, los dirigentes del club Everest le comentaron de esta oferta, pero se negoció finalmente en la cifra que habían arreglado".

Una vez en Montevideo, no fue fácil que Spencer se quedara porque extrañaba mucho. "Tuvo que ver mi viejo, el Tito Goncálves, los hermanos (Juan Carlos y Roberto) Amor que lo llevaban a su casa tratando de que estuviera solo lo menos posible. También lo llevaban a la casa quinta de papá los fines de semana", agregó. En esa misma casa, en 1960, recibieron a Santiago Bernabéu y a la delegación de Real Madrid.

Cuando se casó, Spencer ya cambió el talante y sobre todo, cuando empezó a hacer goles de todo tipo y color. "Muchas veces cuando se refería a mi papá, decía que para él había sido como un padre cuando llegó acá. Cada vez que a Spencer lo condecoraban en su país, mi padre lo acompañaba, como diciendo 'así me aseguro que volvés'".

El presidente de Ecuador, Otto Arosemena, fue uno de los que los recibió. "Llegó un momento en que Spencer era el mejor embajador de Ecuador en el mundo, entonces el gobierno de su país lo llamaba y le entregaba condecoraciones y mi padre lo acompañaba", explica.

Catorce años después, contrató a Fernando Morena.

Cuenta Gastón: "Morena era hincha de Nacional. Independientemente de su gusto, había que concretar la operación, no solo con River, sino con él. Recuerdo que la reunión con Castro Quintela terminó a eso de las 10 de la noche. Mi padre siguió en la sede porque tres días después había un nuevo acto electoral para el cual él se presentaba otra vez y había mucha gente. Debe haber llegado a casa a las 12 de la noche y a las 6 de la mañana, falleció. O sea, ocho horas después de contratar a Fernando Morena".

El presidente más joven de la historia de Peñarol, quien asumió a los 39 años y el más joven presidente honorario, murió de un infarto masivo.

"Estaba durmiendo y despertó a mi madre a eso de 6 menos cuarto de la mañana con un dolor fuerte en el pecho; empezó a caminar con 'paso marcial', según lo definió mi mamá, y mientras le pidió que llamara a un médico urgente. Dejó de caminar, se sentó en la cama y cayó para atrás impactado. Mi madre me llamó a las 6 de la mañana y era mi cumpleaños 27. Pensé: 'La vieja siempre me llama temprano para ser la primera en saludarme, pero esta vez, exageró'. Y me dijo: 'Vení pronto Gastón, se murió tu padre'. Nunca más festejé mi cumpleaños. A veces me dicen 'llamá a algunos amigos, pero no puedo. Anímicamente no puedo. Es superior a mí'".

Cuando llegó 1961, Peñarol llevaba tres Uruguayos al hilo, dos Libertadores y una Intercontinental. Faltaba jugar el título por el Uruguayo. A Guelfi lo honraron con la distinción de presidente honorario el 24 de noviembre de 1961 y el clásico por la segunda rueda se jugaba el domingo 26. Nacional ganaba 2-0 con goles de Escalada y Juan José Rodríguez. Terminó el primer tiempo.

"Mi padre bajó al vestuario y los hinchas de la América de Nacional le gritaban: 'Y... ¿presidente honorario? ¿Cómo arreglás esta?'. Y se reían. Empezó el segundo tiempo y ganó Peñarol 3-2 con dos goles de Cabrera y uno de Walter Aguerre. Cuando llegó el tercer gol, (Carlos) Zeni, como todos nosotros, gritó el gol y cayó desvanecido. Pensamos que era un ataque al corazón. Entonces mi padre, al mismo tiempo, clamaba por un médico que atendiera a Zeni y diciéndole a los hinchas de Nacional: 'No se vayan que falta la vuelta olímpica'", indicó.

Esa fue la conquista del tetracampeonato y al año siguiente se ganó el primer quinquenio manya.

Ese mismo año se jugaba la semifinal de la Libertadores en Puerto Sajonia, el actual Defensores del Chaco. Peñarol le ganó de atrás 2-1 a Olimpia y se armó un gran lío. "A los jugadores le tiraban de todo. Piedras, bulones, pilas, lo que fuera, y no se podían retirar del campo. Mi padre estaba en el palco y saltó a la cancha, para correr la misma suerte que los muchachos. Allí le impactó un proyectil en su cabeza. Le tuvieron que dar varios puntos de sutura y cuando llegó a Montevideo, no sabíamos que venía con la cabeza lastimada. Cuando lo vimos bajar del avión, fue impactante. Esa noche, ni dormimos en casa".

El año 1966 fue notable. Le ganaron una final infartante de atrás a River argentino en la Libertadores y la Intercontinental a Real Madrid en el Bernabéu.

Fernando habla de su abuelo: "Cuando perdió la primera Intercontinental, en 1960, dijo: 'Vamos a ganar la próxima Libertadores y a los europeos (pensando en Real Madrid). Ganaron la Libertadores y también la Intercontinental, pero en ese caso fue a Benfica. Unos años después, en 1966, se dio el gusto de ganarle a Real Madrid, como quería".

Arriesgó parte de su patrimonio personal. Tuvo embargos ya que puso su casa como garantía para el club. "Cuatro años después de su muerte, aún continuaba embargado por haber ayudado a Peñarol", recuerda su nieto Fernando.

La historia le hizo un lugar. Guelfi es un pedazo gigante de Peñarol.



SU HISTORIA EN FOTOS


Pergamino firmado por Ghiggia y Óscar Gestido para Guelfi
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DE COLECCIÓN

En 1961, un grupo de socios le regaló un pergamino con la firma entre otros, de Ghiggia y de Óscar Gestido, luego presidente del país.


Gastón Guelfi con Santiago Bernabéu
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EN 1966

Una foto histórica con Santiago Bernabéu antes de ganarle la final de la Copa Intercontinental de aquel año.


Gastón Guelfi con Alberto Spencer
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CON SPENCER

El capítulo Spencer fue muy importante en su vida; lo fue a buscar a Ecuador. Abajo, aparece en Villa Peñarol junto a él y Linazza, y al costado, con Otto Arosemena, presidente de Ecuador; arriba, con sus hijos María Cristina y Gastón, junto a una copa ganada.


Gastón Guelfi golpeado en la cabeza
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UN GOLPE Y UNA COPA

En la semifinal de 1961, se juntó a los jugadores en Asunción y le pegaron una pedrada. Luego, con William y la Intercontinental.


Gsatón Guelfi con su padre Manuel
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DE ENTRECASA
El día que Gastón Guelfi homenajeó como socio de Peñarol a su propio padre, Manuel, y lo condecoró. Un momento emocionante para el presidente aurinegro de entonces.


Gastón Guelfi con Castro Quintela
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SU ÚLTIMA FOTO
Guelfi con Castro Quintela, presidente de River, firmando el pase de Fernando Morena; horas después, el titular aurinegro moriría.


Gastón Guelfi como jugador del Colegio Pío
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COMO JUGADOR
Le gustaba mucho el fútbol y lo jugó entre otros, defendiendo a Colegio Pío. Aquí, con el plantel de su categoría y como lateral zurdo. Es el de arriba a la derecha.


Gastón Guelfi recibiendo un homenaje de los jugadores de la selección
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HOMENAJE DE LA SELECCIÓN
Tras ganar la Intercontinental de 1966, los jugadores de la selección, lo homenajearon. Aquí con Sasía y Roberto Sosa, de Nacional.


Gastón Guelfi con Pedro Rocha y Pablo Forlán
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CON ROCHA Y PABLO FORLÁN

Uno de los tantos encuentros que tuvo con futbolistas de Peñarol. Aquí aparece junto a Pedro Virgilio Rocha y Pablo Forlán.



LAS CIFRAS

3 Copas Libertadores obtuvo Peñarol bajo su mandato.

2 Intercontinentales logró el club con Guelfi al mando.

1 Supercopa de Campeones ganaron los mirasoles con él.

9 Campeonatos Uruguayos logró el aurinegro con Guelfi.

9 años y medio estuvo Nacional sin poder ganar un clásico por el Uruguayo con Guelfi.

1 quinquenio ganaron los aurinegros con Guelfi desde 1958 a 1962.


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