Ciencia > Astronomía

Los astrofotógrafos uruguayos que se enamoraron del espacio

Con cámaras semiprofesionales, telescopios y hasta celulares, los aficionados a la fotografía de los astros llegan cada vez más lejos
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14 de septiembre de 2020 a las 05:00

Por Camila Pereira Pastorini - Especial para Cromo

Dicen que cuando vemos el cielo nocturno vemos el pasado. La luz que emitieron cientos de estrellas hace miles y millones de años atrás llega a nosotros obligándonos a detenernos y elevar la mirada ante la belleza e inmensidad del universo.

Tanto las estrellas como la Luna han sido protagonistas de una disciplina cada vez más común: la astrofotografía. Ésta práctica que comenzó- como todo- con ensayos y errores, logró tener la primera fotografía nítida de la Luna hace 180 años atrás, cuando John William Draper, médico y profesor de química de la Universidad de Nueva York la tomó usando un telescopio reflector de 13 pulgadas.

Un año antes de ese momento histórico, un 2 de enero de 1839, Louis Daguerre intentó tomar la primera fotografía del único satélite natural de la Tierra, con su invento, el daguerrotipo. Sin embargo, a causa del largo período de tiempo necesario del proceso fotográfico para conseguir fijar la imagen sobre una superficie de plata pulida, la fotografía quedó como un punto borroso.

La inquietud por capturar imágenes del cielo y sus cuerpos celestes es histórica. Décadas después de las imágenes de Draper y Daguerre, las técnicas fotográficas mejoraron considerablemente permitiendo capturar fotografías de mayor calidad y resolución, aunque en el caso de la Luna sólo se había logrado fotografiar su parte visible.

En octubre de 1959 la sonda soviética Luna 3 logró enviar las primeras 17 imágenes de la cara oculta del satélite, caracterizado por ser un terreno montañoso, diferente al de la cara visible.

En la actualidad la astrofotografía ha sido impulsada por los constantes avances tecnológicos que permiten una mejor captura y edición de las fotografías, así como también las redes sociales que juegan un papel importante en la difusión de la disciplina.

Astrofotografía en Uruguay

Alberto Ceretta es docente en el Observatorio del Consejo de Educación Secundaria, ubicado en el Liceo IAVA en Montevideo y también ejerce como docente y técnico en el Observatorio Astronómico Los Molinos, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura. Se interesó desde joven por la ciencia que estudia los astros, asistiendo a las reuniones de la Asociación de Aficionados a la Astronomía y realizando algún curso extracurricular, vinculado a la temática, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.

“Cuando comencé hacía fotografías del cielo pero con cámara réflex y película química. Hoy en día, ha cambiado mucho la forma de trabajar debido a la electrónica y las cámaras digitales réflex o los celulares”, contó el docente.

Para apreciar el cielo estrellado o la vía láctea, el fotógrafo utiliza varias técnicas. Una de ellas requiere tomar varias capturas de larga exposición, es decir, dejando que ingrese luz al sensor de la cámara por mayor cantidad de tiempo: 16, 20, 30 segundos o los que se necesiten.

“Nuestra vista nos permite detectar, en el cielo considerado más oscuro, estrellas hasta magnitud 6 en la escala de magnitud aparente”, dijo Ceretta. Ese número indica qué tan brilloso es el objeto celeste para un observador desde la Tierra y la cantidad de luz que se recibe de ese objeto. Cuanto menor es el número, más brillante es la estrella.

Cuando estamos en la ciudad, por ejemplo en Montevideo, logramos ver menor cantidad de estrellas –hasta magnitud 4– a causa de la contaminación lumínica. Por lo tanto, al utilizar la técnica de larga exposición, se logra detectar objetos que no son visibles a simple vista.

“Haciendo una fotografía de unos segundos, o sumando varias imágenes, podemos ver estrellas de magnitud 7 u 8 que no son visibles ni siquiera en el cielo más oscuro”, comentó el docente.

Cuestión de práctica

Otra de las técnicas más comunes para hacer una fotografía de paisaje astronómico, es stacking, también conocido como “apilado”. Ésta técnica implica realizar un video de miles de cuadros del astro y luego, con la ayuda del software Registax, se mejora la resolución de la imagen revirtiendo el efecto destructivo de la atmósfera. También se usa como herramienta en las secuencias de imágenes de larga exposición de objetos débiles para facilitar su detección.  

Cuando miramos el cielo con nuestra cámara, atravesamos toda la atmósfera. Hay zonas de ésta que tienen diferente temperatura y por ende diferente densidad. Por lo tanto, cuando la luz de una estrella o planeta pasa a través de esas zonas se produce una refracción, que descompone parte de la onda de luz.  “Esa parte se reconstruye con los softwares, desechando las partes más dañadas en la imagen y completándolas gracias a estadísticas de cómo se vería”, explicó Ceretta.

En Uruguay la turbulencia atmosférica es un poco problemática porque vivimos en una zona con clima húmedo. De todas formas, hay buenos lugares en donde ubicarse, destacándose, por ejemplo, los departamentos de Tacuarembó, Paysandú, Salto o alguna otra zona del interior del país que se encuentre alejada de la contaminación lumínica de las ciudades.

Otras técnicas fotográficas son startrail y fotografía con seguimiento. En la primera se toma una secuencia de fotos, siempre de larga exposición, con la que queda registrado el movimiento aparente de los astros. En el segundo caso, se monta la cámara en un mecanismo con motores llamado seguimiento sidéreo, que hace que la cámara acompañe el movimiento de los cuerpos. En la fotografía, durante ese tiempo, los astros van a quedar fijos. Si no se realiza ese seguimiento, en la imagen van a quedar trazos de luz.

Tomar imágenes de lo que se conoce como cielo profundo, donde se pueden apreciar nebulosas o galaxias, es el desafío más lindo de un astrofotógrafo, dijo Ceretta. Igualmente, para capturarlas no necesariamente se precisa utilizar un telescopio. “Un requisito casi indispensable es contar con el dispositivo que se encarga de hacer el seguimiento sidério, pero disponiendo de una cámara con teleobjetivo de 300 milímetros o similar, ya se puede fotografiar varias de las nebulosas o cúmulos y con un nivel de detalle muy bueno”.

Cómo sacar fotos en celulares

Hoy la astrofotografía también es posible utilizando un celular. Casi todos los de gama media y alta disponen de un modo manual que permite configurar parámetros como si se tuviera una cámara profesional.

El celular permite hacer exposiciones de 30 segundos o más. En particular, la exposición de objetos débiles lleva aproximadamente media hora y se precisa de un trípode y un sujetador para el dispositivo.

“En caso de sacar una secuencia de imágenes, es preferible que se tomen en modo RAW, un formato de archivo digital que contiene la totalidad de los datos de la imagen, para que el celular no los comprima ni manipule, porque puede perjudicar la calidad de ésta”, explicó el docente. Para hacer uso de este formato o JPG, se puede descargar la aplicación DeepSkyCamera.

Por otra parte, descargando la app StarTrail, se puede utilizar la secuencia de fotos para generar una imagen con el movimiento aparente de los astros.

En redes sociales

A través de Instagram podemos conocer también el trabajo de Mauricio Salazar, conocido en la red social como @astropolo_. Hace tres años se compró una cámara Sony A 6000 con la que empezó a sacar fotos sin tener claro en un principio qué tipo de fotos hacer. Unos meses después vio fotos nocturnas en Instagram, que le parecieron interesantes, y realizó su primera toma en las afueras de Montevideo, en la casa de su novia.

“Aunque el resultado no fue aceptable para lo que hoy considero bueno, con esa primera prueba quedé enganchado”, contó Salazar.

De manera autodidacta comenzó a estudiar por internet sobre cómo sacar la foto, en qué momento y con qué equipo necesitaba contar. También sigue en las redes, desde ese entonces, a fotógrafos estadounidenses que tienen guías para sacar buenas fotos y ha leído sobre astronomía para familiarizarse con lo que observa.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Arco playero 🌈⛱️ . Había quedado pendiente de editar está panorámica del arco galáctico en la playa de San José. Se pueden observar las nubes de Magallanes, la polución lumínica de Montevideo y a la derecha la de la Plata. . Gracias a la modelo @magebertolotti ♥️. . . #astrophoto #milkyway #vialactea #cielos #astrophotography #long_exposure #universetoday #fujix #astronomia #fujixt3 #nightsky #night_excl #moonrise #nightscape #milkywaychasers #night_shooterz #nightphotography #longexpo #nightscaper #ig_astrophotography #longexpoelite #fotografia_nocturna #longexposure_shots #beachready #galaxyart #playas #postalesdeluruguay #nightimages #igersuruguay #uruguay🇺🇾

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La práctica le dio perfeccionamiento tanto en la toma de imágenes como en la edición. “El postprocesamiento es súper importante en este tipo de fotos, a diferencia de las fotos diurnas que salen más ‘prontas’ de la cámara”, dijo y agregó que trata de dedicarle bastante tiempo a la postproducción para que el resultado sea de calidad y tenga impacto al compartirla en redes.

Actualmente tiene una cámara Fujifilm –para poder compartir lentes con su padre– y un celular Huawei P40 Pro con el que ha tenido buenos resultados. De todas formas, aclara que tener una buena foto no depende en un 100% del equipo que se tenga, sino que también influyen bastante las técnicas y el postprocesamiento que se haga.

“Si tuviéramos el mejor equipo que existe y está en la mejor locación, sin contaminación lumínica, podríamos hacer una exposición de 20 segundos con una apertura del diafragma de 2.8, que deja entrar bastante luz. El resultado sería una foto bastante pronta, a la que prácticamente no hay que editarla demasiado”, contó Salazar.

Para la edición en general utiliza Photoshop porque tiene más opciones que otros programas de edición como Lightroom, aunque reconoce que los dos programas se complementan sin ningún problema.

Tiene varias fotos preferidas entre las que ha sacado, pero una de las más especiales para él es la que le sacó al Faro José Ignacio y por la que ganó la distinción del sitio web APOD (Astronomy Picture of the Day) de la NASA y la Universidad Tecnológica de Míchigan en Estados Unidos. “Hizo que me conociera bastante gente en Uruguay y también es un reconocimiento para el país”, dijo.

Por otra parte, participó a su vez, en el concurso 35 Awards, para el que envió nueve fotos en 2019 y quedó seleccionado entre los 35 mejores fotógrafos nocturnos del concurso. 

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