Los corales del Mar Rojo en peligro por mortandad masiva de erizos

Entonces, corroboraron la tragedia: “Allí, donde había abundancia de erizos diadema (diadema setosum), no encontramos más que esqueletos y montones de espinas de esta especie con púas muy largas y un círculo naranja bien visible sobre un cuerpo negro”, dice la científica.

La hipótesis inicial de la catástrofe recayó en un vertido de productos químicos o en un episodio de contaminación que podría haber diezmado la población de erizos, pero al avanzar los estudios, se comprobó que los diadema setosum criados en el cercano Instituto Interuniversitario para las Ciencias Marinas también se vieron afectados por la plaga. En dos días, habían muerto todos los erizos de mar que tenían en las piletas de este centro situado en la misma costa.

Descartada la hipótesis del accidente, se intensificaron los análisis, y los científicos descubrieron que otra especie de erizos de mar, los echinothrix calamaris, también morían en las mismas aguas, aunque otras poblaciones de erizos continuaban expandiéndose entre los arrecifes de coral.

Schmidt afirma a la agencia de noticias AFP que “los diadema setosum son la especie de erizos de mar más expandida en la costa de Eilat y su desaparición puede tener consecuencias devastadoras en este ecosistema, ya que estos animales se alimentan de algas que se proliferan rápidamente y al consumirlas impiden que recubran los corales, que necesitan luz para crecer”. Y agrega que “las algas crecen más fácilmente que los corales, asfixiándolos y matándolos en tramos enteros del arrecife”.

El biólogo de la Universidad del Sur de Florida, Estados Unidos, Mya Breitbart, señala que “aunque ocupan menos del 0,2% del fondo marino, los arrecifes albergan más del 25% de la biodiversidad marina mundial, y la hecatombe de erizos de mar es particularmente aterradora en el Mar Rojo, donde los corales son conocidos por su robustez”.

En 2022, Breitbart había comenzado a estudiar un fenómeno muy similar ocurrido en el Caribe, donde una variedad de erizos muy cercana a los diadema setosum había mutado su comportamiento, lo que provocó una mortandad masiva cuando los arrecifes de la zona todavía no se habían podido recuperar de otra súbita muerte de erizos de mar durante los años 1980.

Si bien las causas de esa hecatombe no se pudieron detectar, las consecuencias sí son conocidas. Como explica Omri Bronstein, especialista en invertebrados marinos de la Universidad de Tel Aviv: “Los arrecifes del Caribe cambiaron por completo de un ecosistema donde predominaban los corales a un ambiente donde prevalecían las algas”.

Bronstein, director de la investigación en Eilat, investiga si se trata de un agente patógeno, como el que golpeó el Caribe hace 40 años, o está ante un escenario completamente distinto. Y dice a AFP: “Lo único claro es la imposibilidad de frenar el contagio en el mar”.

Por eso su equipo se abocó a la cría en cautiverio de ejemplares de estas dos especies de erizos amenazadas antes de soltarlas en el Mar Rojo y lograr que repueblen los arrecifes una vez pasada la amenaza. Y también estudian los posibles orígenes de la catástrofe.

“Si los agentes malignos llegaron por mar, se pueden tomar medidas para limpiar las embarcaciones y minimizar el riesgo de expandir este tipo de patógenos”, dice Bronstein. Pero advierte que “si bien esto es algo que podemos arreglar, la próxima enfermedad está de camino, probablemente esté en un puerto o en uno de los barcos que surcan nuestros océanos”.