Servicios como
Wipimapia y
Open Street Map permiten modificar online el mapa virtual de todo el mundo, de forma que cualquier persona pueda actualizarlo.
Así, cuando una calle cambia de nombre o un edificio deja de ser una escuela y pasa a ser un hospital, por ejemplo, el usuario introduce ese cambio y el mapa se mantiene a tiro con la realidad.
Este es el rol que desempeñaría la comunidad uruguaya a través del
Plan Ceibal para el
Servicio Geográfico Militar (SGM), el cual analiza la posibilidad de actualizar la cartografía del territorio nacional.
El director del Laboratorio Tecnológico de la Información Geográfica (Latingeo), Carlos López, planteó la idea de emplear el Ceibal para maximizar el uso de la Tecnología de Detección del Cambio (TDC), empleada para el proceso cartográfico.
López, quien es especialista en el control de la calidad de datos geográficos, explicó que se está frente a un “cambio de paradigma” en este campo, ya que hoy en día es más fácil que la sociedad acceda a la información geográfica. En consecuencia, las necesidades de la población respecto al reajuste geográfico son cada vez mayores.
Información voluntaria
Actualizar la cartografía del territorio nacional significaría además contar con una imagen digital, lo que facilitaría el trabajo y posibilitaría detectar cambios mediante la TDC.
Sin embargo, esta tecnología no detecta cambios más micro, como una variación en el nombre de una calle o de un edificio. Se necesita, entonces, salir a recorrer para confirmar la información. Y eso solo lo pueden hacer las personas de a pie.
Ceibal proporcionaría la intervención humana necesaria para detectar los cambios en el entorno y actualizarlos en la cartografía, mediante Información Geográfica Voluntaria (IGV).
Se trata de un concepto “nuevo, aún bajo estudio”, advirtió López, quien explicó que este se relaciona con la web 2.0: una web social y participativa, donde el usuario no solo lee y ve, sino que escribe y genera contenidos.
Condiciones
No obstante, Uruguay podrá utilizar esta tecnología cuando se actualice en
Google Earth o cuando se ponga a disposición un mapa online. Solo entonces Ceibal podría jugar su papel. Y es que las XO se encuentran distribuidas por todo el país y sus usuarios dominan la tecnología aplicada al entorno, argumentó López para respaldar la sugerencia.
Por tanto, la plataforma de edición remota (a la que todos los usuarios pueden acceder) y una comunidad que supervise lo que alguien publica (lo que hace que la información sea más fiable) es lo que Ceibal tiene para ofrecer.