Durante mucho tiempo se pensó que los ratones eran criaturas incapaces de modificar los sonidos que ellos mismos producían.
No obstante, durante el cortejo estos roedores emiten una suerte de silbido que los caracteriza. Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, sugiere que los ejemplares machos tienen la habilidad de modificar el tono de ese silbido para que coincida con el que emiten los demás ratones a su alrededor.
Aprendizaje vocal
Según dicen los autores en el artículo, publicado en la
revista científica Plos One, los ratones también comparten mecanismos cerebrales y de comportamiento que involucran el aprendizaje vocal, típico en aves cantoras y humanos.
Según BBC, estudios anteriores habían mostrado que los ratones machos expuestos a las hembras cantan complejas canciones, pero el oído humano no es capaz de oírlas. Es que se trata de una suerte de “serenata ultrasónica”, emitida entre 50 y 100 KHz.
De delfines y ratones
El aprendizaje vocal se atribuye a papagayos y otras aves cantoras, además de a ballenas, delfines, leones marinos, murciélagos y elefantes. Los ratones estaban lejos de entrar en esta categoría, que se considera bastante rara en el mundo animal, según BBC.
No obstante, los investigadores de Duke dijeron que el ratón no solo cuenta con los circuitos en el cerebro, sino también con los atributos de comportamiento que les permite aprender vocalizaciones.
A favor y en contra
Según dijo el supervisor del estudio a BBC, el doctor Erich Jarvis, la investigación ha cambiado la manera de entender cómo los ratones generan sonido. Aseguró que en estos animales encontraron “los circuitos que por lo menos están modulando estas vocalizaciones”: se encuentran en el lóbulo frontal, en el mismo lugar donde se lo encuentra en humanos.
Por su parte, el experto en comunicación vocal, el doctor Kart Hammerschmidt, expresó su escepticismo respecto a los resultados del estudio. Adujo que la cantidad de animales analizados no era suficiente, pero Jarvis lo contradijo: “Hemos encontrado esto en doce pares de ratones y en cada una de las parejas… Al menos a nuestra forma de verlo, es confiable y estadísticamente significante”.
A medio camino
Aún así, Jarvis coincidió en que su investigación no cuenta todavía con “evidencia clara” que afirme que esta habilidad de los ratones es igual a la de los humanos y aves. A su entender, esta capacidad se encuentra a medio camino entre la de una gallina y un pájaro cantor, o un primate y un humano.