"¡No! Soy una poeta lírica estadounidense blanca. Y pensé, bien, tal vez en un siglo diferente, pero no ahora", respondió Louise Gluck apenas enterada de que acababa de ganar el Nobel de Literatura 2020, y consultada por la prensa sobre si lo esperaba.
Sin embargo Glück es considerada una de las más grandes voces de la poesía estadounidense, y uno de los grandes motores de su escritura es su niñez. La vida en familia de esta escritora nacida en Nueva York, la estrecha relación entre los padres y los hermanos y hermanas son algunos de los temas en los que ha centrado su obra.
"Yo era una niña solitaria. Mis interacciones con el mundo como ser social eran poco naturales, forzadas, como representaciones, y yo era más feliz cuando leía. Bueno, no todo fue así de sublime, vi mucha televisión y también comí mucho", cuenta la poetisa, según recuerda en una crónica para AFP Hugues Honoré.
Sin embargo, pese a esas características, la niña nacida en 1943 tuvo siempre el empuje de su familia para que lograra expresar su creatividad. Durante su niñez tuvo como una de sus heroínas a Juana de Arco, a la que dedicó un breve poema en 1975. "Y ahora las voces responden que debo convertirme en fuego, según el plan de Dios".
La adolescencia de Gluck fue difícil. Además de sufrir de anorexia, debió enfrentar la pérdida de una hermana, que murió poco después de nacer.
"Mi hermana pasó toda una vida en la tierra./Nació, murió./Mientras tanto,/ni una mirada despierta, ni una frase," dice en Lost Love ("Amor perdido", 1990).
Tras abandonar los estudios, se casó y luego se divorció rápidamente. La poetisa comenzó a revelarse a través de su primera antología en 1968, Firstborn (Primogénita). Con un segundo matrimonio, encontró más estabilidad: volvió a la escuela y se convirtió en una estudiante universitaria. Además, es madre de un niño.
"A lo largo de la obra poética de Glück, muchas de las figuras centrales de sus poemas son femeninas (...) ya sea una mujer joven a menudo descrita como la hija de alguien, o una madre", escribe la investigadora en literatura Allison Cooke, quien añade que la joven mujer en la poesía de Gluck "encaja en el discurso feminista sobre 'lo que significa ser mujer'".
En más de 50 años publicó 13 antologías. La última, en 2014, se titula Faithful and Virtuous Night (Noche fiel y virtuosa).
Siete de sus obras fueron traducidas al español, todas por la editorial independiente española Pre-Textos. Su último libro, A village life (Una vida de pueblo), publicado en mayo pasado, fue traducido por el venezolano Adalber Salas, quien lo describió como "un volumen de poesía excepcional e inesperadamente necesario dadas las nuevas circunstancias que nos rodean, este mundo extraño que nos vemos forzados a habitar" debido a la pandemia de covid-19.
"Delicadeza (…) y crudeza tierna son quizás las dos de las marcas más memorables del estilo de Louise Glück", reflexionó Salas al presentar el libro.
En los últimos años varias mujeres lograron el máximo galardón en literatura. Sin embargo, solo 16 de los 117 Premios Nobel en este área fueron atribuidos a mujeres. Antes de Gluck, en 2018 lo alcanzó la polaca Olga Tokarczuk, en 2015 la bielorrusa Svetlana Alexiévich y en 2013 la canadiense Alice Munro.
El Observador y AFP
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