La semifinal comenzó con una prueba de suerte. Las tres finalistas tuvieron que, de a una, retirar una piedra de un tocón. ¿Por qué? Porque la prueba estaría inspirada en el célebre restaurante español de los hermanos Roca. Debajo de cada piedra había un elemento de la naturaleza, en el cual debían basarse para cocinar una entrada y un plato principal. Además, también se les especificó el sistema de cocción que deberían utilizar.
La primera fue Luciana, que tuvo que preparar un plato con la tierra como base. A su vez, debía cocinar al vapor. Por eso, presentó ante el jurado una galleta catalana con vegetales al vapor, peceto braseado en oporto y salsa de su reducción. Su segundo plato consistió en Tierra de hongos con dumpling rellenos de duxelle y salsa de puerros, almendras y espumante.
Magdalena de los Santos, que finalmente quedó tercera, debió cocinar sus platos teniendo en cuenta que su elemento era el aire y que el plato que preparara debería ser confitado. Su primera presentación consistió de Espumoso de frutilla con avellanas tostadas y salsa de frutilla, mientras que su plato principal fue brótola confitada con trigo bulgur, espárragos salteados y hongos confitados.
Por último, María Gracia debió cocinar su plato con el que pretendía llegar a la final tomando en cuenta al mar como elemento y que debía freír los alimentos. Su primer plato fue arroz meloso de mejillones y langostinos con chips de plátano. El segundo fue langostinos con crema de palta y chutney de mango.
Al final, y luego del característico momento de suspenso sostenido, María Gracia y Luciana pasaron a la final.
Los platos finales de Luciana y María Gracia, las dos finalistas, tenían un solo requisito: debían presentar un menú de tres pasos: entrada, plato principal y postre.
En la entrada, Luciana presentó ajo blanco con uvas, mientras que María Gracia prefirió sorprender al jurado con un tataki de lomo. Para el plato principal, Luciana preparó fagotini de seso y espinaca, que fue especialmente elogiado por Sergio Puglia. María Gracia, por su parte, presentó chivo al coco, un plato difícil que fue, según el jurado, correcto.
El postre de Luciana se basó en una deconstrucción de cannoli, un plato calificado como arriesgado, pero "estupendamente bien hecho", según Puglia. "En este postre está Nápoles, esta Uruguay y está la excelencia", agregó el cocinero uruguayo.
María Gracia eligió para el final una mousse de maracuyá con crocante de chocolate. "Es un postre muy fino, muy delicado. Muy bueno", destacó Lucía Soria.
Para resolver el ganador, el jurado calificó cada plato con un puntaje por separado. Cada uno de los platos fue evaluado bajo diferentes aspectos, como su calidad o su presencia.
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