Martina Barreiro, la pianista goleadora que deslumbra a Italia

Esta es la segunda temporada de Barreiro en ese equipo pero la primera en la principal categoría del pallamano, como se le dice al handball en Italia. 

El año pasado llegó para reforzar al club en el ascenso, terminaron primeras en la fase regular pero al llegar los playoffs el torneo se canceló por la pandemia de coronavirus. 

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Este año volvió con las pilas recargadas. Su actuación rompió tanto los ojos que el entrenador y el manager de su equipo le hicieron llegar el interés de la selección italiana para nacionalizarla. 

Pero Barreiro dijo que no. “Si juego por Italia no puedo volver a jugar por Uruguay y más allá de lo económico me tira mucho más jugar por mi país y con mis amigas”, le contó a Referí desde Trapani, la ciudad donde está alojada viviendo en un apartamento junto con dos jugadoras italianas y una argentina. 

Ambas ciudades están ubicadas en la isla de Sicilia. “Trapani es una ciudad turística y ahora se está aquietando el movimiento. Tiene costa y playa sobre el mar Tirreno. Erice está en la montaña, es una ciudad histórica muy bonita”, explicó. 

“Si bien el covid-19 afectó más que nada al norte de Italia luego se fue expandiendo y llegó al sur. Ahora se están tomando un montón de medidas para evitar rebrotes. Hay que ir de tapabocas en la calle, los locales tienen horarios limitados y los partidos algunos son a puertas cerradas y otros con el aforo limitado”.

Lo primero que hizo Barreiro al llegar a Italia fue comprarse una bicicleta para moverse igual que en Montevideo. 

Creció en Arroyo Seco y siguiendo los pasos de su hermana Camila fue a jugar al handball a  UGAB donde conoció al entrenador Miguel Berger: “También hacía tenis pero preferí el handball porque es un deporte colectivo”. 

Sus padres solo le permitían jugar en una categoría más grande por lo que recién con edad de juvenil (sub 18), con 17 años, debutó en el primer equipo de Goes y también en la selección uruguaya.  

Con las misioneras fue figura clave para la obtención de los federales 2013, 2014 y 2016. 

Con la selección ganó la medalla de bronce de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. 

En Uruguay vivía a las corridas arriba de una bicicleta. Prácticas y partidos por un lado. Clases de música por otro, clases de facultad y trabajo.

“Trabajé de secretaria un tiempo pero como con las ocho horas no me daban los tiempos me puse a hacer y vender granola y a trabajar en formativas de Goes”, contó. 

Pianista y futura ingeniera

Hizo cuatro años en la escuela de música y tomó clases particulares de piano durante 10 años. Es profesora de solfeo. 

“A un mes de recibirme me fracturé la muñeca, el escafoides que dura entre tres y cuatro meses recuperarme, así que no pude dar el examen. Después empecé la facultad y lo fui postergando. Preparar un examen lleva mucho tiempo”, reveló. 

En las reuniones de amigos o en familia puede llegar a tocar un par de temas si se lo piden. 

“Es una experiencia muy personal, muy liberadora y que disfruto mucho en soledad. Viene de mi abuela, que tocaba. En la cuarentena, en Uruguay, me pasé tocando el piano. Acá lo extraño, aunque me traje una melódica”, contó. 

Si bien no es de tocar en público, cuando llegó a Italia se cruzó con un piano y sin ponérselo a pensar tocó un par de temas. Uno de Richard Clayderman y una partitura de Bach. 

Se ganó unos aplausos y charló unos minutos con un profesor de música cubano que se le arrimó a preguntar cuánto tiempo llevaba tocando piano. 

Lo que más disfruta tocar es Franz Schubert y música española. 

En Italia, ahora, avanza vía Zoom en la carrera de Ingeniería Electrónica donde cursa quinto año. 

Con apenas 24 años, Barreiro ya tiene este currículum de talentos bien diversificados. 

Pero ahora su cabeza está metida en intentar conquistar la liga de Italia de handball donde en lugar de andar a las corridas pagando para jugar, como en Uruguay, cobra por una de sus pasiones.