Los ocho meses de la guerra de Ucrania y el corte del suministro del gas ruso hacia Europa produce innumerables problemas en el Viejo Continente. El más evidente es la inflación y su vínculo con el precio del gas es directo. Alemania, por caso, gastó US$ 48.849 millones en importaciones entre enero y agosto, según la agencia Reuters. En el mismo período del año anterior la cifra fue de US$ 16.875 millones. Es decir, tres veces más.
La cantidad de barcos metaneros creció en el mundo a partir del corte casi total de provisión del gas ruso, tanto por tierra como por el mar Báltico. El promedio anual de estos buques que transportan Gas Natural Licuado (GNL) en navegación o atracados en los puertos a la espera de calentar la carga para mandarlo a las tuberías es de 240, en octubre de 2022 la cantidad ascendió a 268 buques. En las proximidades de los puertos europeos hay alrededor de 50 en espera de bajar su carga.
El gas, desde origen, para convertirse en transportable como GNL, es enfriado a 160 grados centígrados bajo cero. Luego, al llegar a puerto, debe ser calentado nuevamente. Este sofisticado proceso les sirvió a los países europeos como una vía complementaria de otras fuentes energéticas o del gas ruso.
Pero el escenario cambió desde febrero pasado cuando Rusia redujo el suministro de gas a Europa. El temor a la escasez de energía y a que las facturas de los consumidores se dispararan llevó a que esos países compraran GNL sin estimar cuáles serían sus necesidades reales. Entre otras cosas porque se enfrían las economías al ritmo del aumento desmesurado del costo del gas.
Algunos de los barcos que llevan cargas de precios muy elevados, "llevan cinco o seis semanas en espera", dijo Augustin Prate, de la consultora Kayrros, con sede en París y especializada en energía.
Kayrros tiene la información precisa a partir de las señales del Sistema de Identificación Automática (AIS), que los buques transmiten a los receptores, incluso a los satélites y a la cual estos analistas pueden acceder.
Barcos en espera significa que no habrá desabastecimiento, pero aumenta el precio final. Cuando comenzó la guerra, los países europeos se plantearon tener sus depósitos al 80% de su capacidad antes del 1 de noviembre, según este experto. Los últimos datos sugieren que el almacenamiento está ahora en casi el 95%.
Sin embargo, a medida que el GNL llega a los puertos, crece la demanda de instalaciones que calientan el combustible en estado líquido y lo conviertan de nuevo en gas para ir a las tuberías. Y no hay muchas plantas de este tipo en Europa porque la provisión mayoritaria era desde Rusia, a través de gasoductos. Esa es una de las razones por las que los barcos están en espera.
Otra razón es que Europa es que se está consumiendo menos gas del que se consume tradicionalmente en esta época del año, porque las temperaturas se han mantenido relativamente altas al menos hasta fines de octubre.
Un tercer motivo es la disminución de las actividades industriales, señala Antoine Halff, también de la consultora Kayrros.
Otro motivo es especulativo. Los proveedores demoran la entrega porque su precio a futuro podrá ser superior al actual. "El precio que se obtendrá por entregarlo en enero será más alto que hacerlo en noviembre", dice Halff.
Si hay alguna expectativa favorable es que, con el gas asegurado al menos para las próximas semanas, el precio de la materia prima en Europa ha empezado a bajar. Pero nuevas interrupciones del suministro y unos meses de invierno muy fríos podrían cambiar el panorama.
Otro tema es que Europa no es la única región que demanda GNL. Países como Pakistán y Bangladesh también dependen del GNL pero que tienen menos influencia financiera en el mercado. Entonces, esa parte del GNL que tradicionalmente se dirigía a Asia ha terminado en Europa. Ha sido un "gran juego de sillas musicales", dijo Halff.
China, Japón y Corea del Sur también utilizan GNL y deberán buscar proveedores para el invierno que está por venir. Un invierno en que Ucrania sigue siendo un territorio invadido, donde muere gente y crea un incierto panorama internacional.