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20 de junio 2020 - 5:01hs

Las políticas de encierro perjudican “significativamente más” a los trabajadores de bajos ingresos debido a la naturaleza de las actividades que realizan, según concluye un informe del economista Rafael Guntin que estudió el caso de Uruguay. 

El trabajo denominado Trabajo a distancia y contacto en Uruguay, plantea que las medidas de distanciamiento social también pueden ser regresivas pero que si se pasa del encierro al distanciamiento hay una diferencia significativa para las personas de bajos ingresos. 

Además, plantea el estudio, la mayoría de los trabajadores que se beneficiarían de salir del encierro y pasar a un distanciamiento social se encuentran en el interior del país. Allí se practican muchas tareas que son imposibles de realizar a distancia pero que no implican un contacto muy cercano. Es decir, podrían mantener el distanciamiento sin afectar la tarea. 

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De todos modos, el trabajo aclara que a pesar de un “potencial impacto regresivo de las políticas de encierro”, no significa que se deban evitar ya que pueden ser deseables por cuestiones de salud. Además, plantea Guntin, esos efectos pueden ser atenuados en la medida de lo posible, utilizando distintos instrumentos que el gobierno tiene al alcance de la mano como transferencias e impuestos. 

Hasta ahora el gobierno recurrió a ambos instrumentos aunque desde la oposición han reclamado diciendo que las medidas son insuficientes. 

El teletrabajo, para pocos

El autor del estudio, licenciado por la Universidad de Montevideo y realizando un doctorado en la Universidad de Nueva York, plantea que el 77% de los trabajadores tienen dificultades para ejercer sus tareas desde la casa y el 22% realizan actividades de proximidad (requiere estar con personas a menos de un brazo de distancia). 

Al desagregar por ingresos, esos porcentajes varían. Casi nueve de cada diez (87%-88%) de los trabajadores pobres o informales tienen dificultades para realizar sus tareas desde casa y uno de cada cuatro realiza tareas de proximidad. 

“Esto sugiere que trabajadores pobres e informales se encuentran más expuestos a políticas de encierro y/o distanciamiento social”, dice el informe que utiliza datos de la Encuesta Continua de Hogares y de la base de datos O*NET.

Diego Battiste

Al mismo tiempo, el estudio plantea que no hay grandes diferencias entre Montevideo y el interior respecto al impacto del distanciamiento social pero sí de las políticas de encierro. Es que los trabajadores con alto contacto son similares pero el 84% de los trabajadores del interior no pueden realizar trabajo a distancia mientras que en Montevideo esa cifra desciende a 66%. 

A nivel general, la diferencia entre trabajo remoto y trabajo presencial pero con bajo contacto es notoria. Mientras que en una cuarentena más estricta solo entre el 20% y el 34% de los trabajos no se verían afectados, con medidas de distanciamiento entre el 70% y el 89% no serían afectados.

Eso se explica, dice el estudio, porque en Uruguay entre el 47% y 68% de los trabajadores realiza tareas de bajo contacto pero que no se pueden realizar a distancia. La amplitud de los intervalos se debe a que se consideran distintas formas de agregación. 

Bajando estos números a trabajos concretos, el informe plantea que desarrolladores de software, abogados o contadores (y otras actividades profesionales) “tienden a realizar trabajos que se pueden hacer a distancia y no quieren un contacto muy cercano”. Se trata de actividad de ingresos altos. 

Por otro lado, maestros de Primaria requieren de contacto pero igual pueden realizar su trabajo a distancia. Este tipo de trabajo es una excepción en Uruguay. Albañiles o mozos de restaurante no pueden realizar su trabajo a distancia y requieren de un contacto muy cercano en general, estas actividades tienden a tener ingresos bajos.

Finalmente, las actividades relacionadas a la agro-industria (peones, agricultores, ganaderos) y otras industrias no requieren contacto cercano, pero no se pueden realizar a distancia. Estas actividades también tienen niveles de ingresos relativamente bajos.

“La cantidad de trabajadores con posibilidades de trabajo a distancia incrementan significativamente con el ingreso y que el share de trabajadores con contacto cercano se reducen con el mayor ingreso (pero de manera menos significativa)”, apunta. 

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