Módulos de lactancia uruguayos buscan expandirse en la región

En ese mismo año —incentivada por la promulgación de la Ley de Salas de Lactancia—, ingresó al mercado Tatami: una empresa dedicada a la fabricación, alquiler y venta de módulos especiales para posibilitar la lactancia en empresas.

El producto es una sala modular privada con capacidad para una mujer por vez que incluye un mueble mesada de melamínico blanco con un lavatorio, un asiento de espuma de alta densidad tapizado en tela aquaclean, toma corriente para ordeñadora y un freezer para el almacenamiento de la leche extraída durante el día. Estos son los requisitos establecidos en la normativa legal. 

Tatami

“Antes del lanzamiento de la marca trabajamos en investigación para hacer los módulos adecuados”, contó a Café y Negocios una de las socias de Tatami, Patricia Román. Ella, junto a sus tres colegas  —Marie France Bourgeois, Carolina de León y Pelayo Soria—, querían trabajar en un proyecto con propósito por lo que resultaba atractivo buscar la forma de promover las salas de lactancia en empresas, y hacerlo bien. 

El producto tenía que ser una solución para un problema de dos caras: la necesidad de las mujeres de contar con una sala de lactancia en sus lugares de trabajo y la dificultad de las empresas para brindar este servicio. 

Trabajaron durante un año con diseñadores industriales nacionales para crear un proyecto que contemple sus objetivos y consiguieron la pieza actual, que además de cumplir con la normativa gubernamental es “estéticamente linda” para las empresas. 

Tatami

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Módulos en pie

Actualmente, hay 30 módulos establecidos en un total de 16 empresas. Esto es así porque algunas optan por  más de un módulo para sus oficinas. 

Además, hay piezas alquiladas. Los dueños de Tatami vieron un nicho de mercado en el alquiler de las salas de lactancia porque las empresas no siempre tienen empleadas que necesitan el módulo y no quieren tener la pieza constantemente en sus oficinas. 

Para alquilar, el servicio se ofrece por un mínimo de tres meses, pero no hay un máximo de tiempo. 

Por otra parte —y porque con los años el proyecto evolucionó—, Tatami ofrece el acondicionamiento de espacios en empresas. Esto significa que, en una habitación que no tiene ningún uso, se monta una sala de lactancia. Para eso, se colocan los elementos requeridos según la mencionada ley 19.530.

“No hay una solución similar en Uruguay”, aseguró Carolina de León y apuntó: “Obviamente cada empresa puede acondicionar su propia sala, pero esta es una solución en mano por lo que tiene valor agregado”.

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Pausa al crecimiento

Desde que la empresa entró al mercado hasta el 2020, el nivel de ventas dependía de qué tanto se mencionaba la ley. “Cada vez que el gobierno y los medios de comunicación hablaban de la exigencia de la ley, nosotros teníamos más consultas y se activaban las ventas”, explicó Román. 

Y durante mucho tiempo el tema estuvo en agenda. Hasta el 2019, los socios de Tatami visualizaban un buen equilibrio entre la inversión para realizar el producto y las ganancias. Sin embargo, con la llegada de la pandemia  esto se terminó. 

Por un lado, los ministerios que se encargaban de fiscalizar la normativa —Ministerio de Salud Pública y Ministerio de Trabajo y Seguridad Social— se abocaron a la emergencia sanitaria. 

Por el otro,  el trabajo remoto eliminó el interés de las empresas por comprar los módulos. “Veníamos bien y avizorábamos un 2020 muy bueno, pero a partir de marzo de ese año no generamos más ventas”, dijo Román. “El negocio fue de la mano con las medidas sanitarias que se tomaron por pandemia”, sostuvo De León. “La no presencialidad fue en contra de nuestro negocio”, agregó. 

Entonces, las proyecciones de la empresa cambiaron. 

No obstante, con una vuelta paulatina a la normalidad en el mundo empresarial esperan retomar los niveles previos a la pandemia, y volver a ser un negocio rentable. 

“La idea es mantener la empresa hasta salir de esta situación  porque a medida que las empresas vuelvan a fortalecerse el negocio se va a recuperar”, aseguraron las socias. 

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De Uruguay a la región

Dentro de los planes de Tatami en 2019, estaba la internacionalización de la marca.  Según contaron Román y De León, la firma recibía consultas de los países vecinos por lo que iban a empezar a venderles: “Vimos que en otros países de la región había leyes similares, entonces quisimos internacionalizar el módulo”, comentó Román. 

Con este objetivo, realizaron un nuevo diseño del módulo que es escalable y a la vez cumple con las normativas a nivel regional. 

Ya estaba todo listo para iniciar la comercialización pero llegó la pandemia y las consultas bajaron. Ahora, Tatami está retomando su pendiente: innovar con el módulo escalable.

Para los socios de la empresa, el próximo paso a dar en el negocio es la internacionalización cuando la economía en la región se recupere.