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Mudanza de los techitos verdes: entre la esperanza y la desaprobación

El traslado será provisorio por entre diez meses y un año, mientras se remodela la plaza Oribe, en 18 de Julio y Fernández Crespo
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08 de julio de 2019 a las 16:20

La remodelación de la plaza Oribe en la esquina de 18 de Julio y Fernández Crespo, conocida como la zona de los "techitos verdes" por los puestos de ese color, obligó a los vendedores a trasladarse en forma provisoria a la plaza de los Treinta y Tres, también conocida como plaza de los Bomberos.

Las estructuras provisorias que alojarán a los vendedores en las veredas de la plaza sobre las calles Minas y Colonia ya están instaladas y allí permanecerán por entre diez meses y un año, tiempo que está previsto que duren las obras en la otra plaza. Luego de que se trasladen los puestos, las estructuras verdes serán demolidas y se trasladará el monumento de Manuel Oribe a la plaza de enfrente (18 de Julio y Brandzen). La remodelación abarcará instalación eléctrica, trabajos de alineación de suelos y pluviales.

El alcalde Carlos Varela, de la zona del Centro, Cordón, Ciudad Vieja y Parque Rodó (Municipio B) había dicho a El Observador que el objetivo de la remodelación es convertir el eje de Fernández Crespo en una avenida circuladora, ya que transita mucha gente por allí y, actualmente, la estructura no favorece la circulación. Agregó que la obra estaba prevista desde al menos hace diez años.

La decisión municipal generó diferentes reacciones en los vecinos y comerciantes de la plaza de los Bomberos, donde se instalarán alrededor de 80 puestos. 

“No me parece buena idea traer esa multitud de gente frente al Banco República, le quita seguridad al banco, es difícil controlar tanta gente”, aseguró Nicolás Pargade, vecino de la plaza. “Pienso que puede dificultar la circulación en la vereda, sobre todo en la calle Minas, porque está la parada que siempre se llena de gente”, agregó.

En tanto, Gonzalo Fernández, otro vecino, destacó que la medida provisoria permite conservar los empleos aunque entiende que los comercios no encajan con "el estilo de la plaza". “Es provisorio, está bueno que mientras hagan la reforma tengan su lugar, así la gente no pierde los puestos de trabajo. La estructura pienso que está muy bien, pero no siento que encajen con el estilo de la plaza”, opinó. 

Por otro lado, a Pargade le es indiferente la estética de esta plaza. “Me da igual esta plaza, no me gusta para nada, sólo tiene dos cortes diagonales para transitar, espacios verdes inutilizables con pasto seco rodeados por rejas y árboles de plátanos que dan alergia”, se quejó.  

El vendedor Miguel Ramos dijo que no ve muy estable la estructura de los puestos. "Creo que pueden lloverse o en el caso de haber un temporal se pueden destrozar. Igual me parece bárbaro que nos den un lugar, lo aceptamos”, concluyó.

Selva Perdomo, una señora que tiene un puesto de feria desde 1991 en la plaza, cree que la incorporación de los techitos verdes no perjudicará su negocio, sino lo contrario. “Está bien, son provisorios, todos tenemos que trabajar, creo que nos va a ayudar a que venga más gente por acá”, afirmó.

Juan Maidana, vendedor de garrapiñadas instalado en la esquina de 18 de Julio y Magallanes desde hace tres años, también cree que va a haber más movimiento en la plaza. “Aunque no sé si eso significará que yo vaya a tener más clientes, pero creo que va a favorecer”, dijo.

Ese también es el sentir de dos vendedoras -Rosario y Susana, que prefirieron no decir sus apellidos- de la tienda de artesanías instalada en la plaza hace años y que tiene a la venta productos fabricados por 38 artesanos. “No creo que esto perjudique el comercio, en los techitos verdes no venden artesanías, sino ropa”, comentó Susana. Además, cree que tal vez esto ayude a que haya más iluminación y más cuidadores en la plaza, lo cual es necesario ya que considera que “de noche el ambiente está feo”.

“Algo que veo muy positivo es que los feriantes debieron hacer un trámite legal para seguir con sus puestos, entonces me parece bien que quienes cumplan con las reglas merezcan estar allí”, dijo Rosario.

La mudanza y la nuevas condiciones

Según explicaron los feriantes, la mudanza comenzará esta semana. “La venta en la feria ha bajado mucho y también hay menos feriantes. Hace 20 años éramos 200, ahora sólo somos 80”, dijo uno de ellos, Miguel Ramos. En la plaza Oribe, la mitad de los comercios estaban inhabitados, por lo que en la remodelación esto será contemplado y se ganará en espacio público.

Además, la Intendencia de Montevideo (IMM) estableció un horario que deberán cumplir, de lunes a viernes de 10 a 18 y el sábado de 10 a 13, aunque podrán permanecer más rato si hay mucha clientela. Ramos cree que esto ayudará a que los feriantes trabajen de manera uniforme, evitando los puestos vacíos a determinadas horas. 

El tope de faltas que pueden tener los feriantes será más estricto. En Fernández Crespo podían tener hasta 15 faltas pero en la plaza de los Treinta y Tres sólo podrán faltar hasta seis veces por mes. Si exceden esa cantidad de días, se les puede aplicar una suspensión o directamente se les puede quitar el permiso para el puesto.

 

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