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Musicart: cómo hacer una pintura en el tiempo que dura una canción
De un lado, un músico toca una pieza inédita que compuso para la ocasión. Del otro, un pintor vuelca sobre un lienzo en blanco lo que esas melodías le evocan. La simbiosis de ambos hechos artísticos terminará en la creación de una obra nueva. Esto es lo que sucede con Musicart, el proyecto del artista plástico, ilustrador, músico y licenciado en Comunicación, Gustavo “Pancho” Perrier.
Quizá la de músico sea la faceta menos conocida de Perrier, aunque el ilustrador de El Observador cuenta que su vínculo con la música tiene raíces fuertes. Desde los 16 a los 24 años fue bajista y compositor de la banda de rock El Fuerte Punto Baz. Para pintar, necesita que suene música para entrar en “modo creativo”. E incluso en el plano onírico, el artista no se puede desprender de esas manifestaciones que tanto lo motivan: “Sueño en colores y sueño con música, es como si estuviera pintando y componiendo”.
Entonces, a partir de esos intereses artísticos, nació el proyecto. “Se me ocurrió pedirles a músicos que compusieran una pista original y se filmaran. Y yo iba a usar eso como insumo de inspiración para hacer una obra”, cuenta Perrier. “Al principio lo hice a modo de experimento personal. Había estudiado que había habido experiencias de pintores pintando con música, por ejemplo, Claudio Taddei había hecho algunas cosas. Pero en general fueron con música existente y no inédita para la obra”, agrega.
Así fue que nació el primero de los videos, que fue publicado en las redes sociales y canal de Youtube del artista hace unos dos meses. De la conjugación de la música que compuso el baterista Mape Bossio y la interpretación que realizó Perrier nació Swing cromático, una pintura de 94 por 144 centímetros. Esta pieza fue creada con acríilico, lápiz, corrector, marcador, lapicera y pastel sobre papel.
El artista plástico explica que para contemplar la obra es necesario mirar el proceso de realización mientras se escucha la música, porque la obra “se completa” cuando ambas manifestaciones conviven. “La obra la hacemos entre los dos. En la interacción empieza a surgir la magia”, expresa.
Luego de publicar el video de Swing cromático, los buenos comentarios que recibió en redes empujaron a Perrier a realizar otra experiencia. Pero esta vez, dice, la vara fue más alta. Porque el músico y amigo invitado, Agustín Ruete, le propuso al pintor que realizará su obra en durante el tiempo en el que transcurre la música. Entonces, esta vez la consigna fue realizar una pintura de gran porte en 120 segundos.
Ruete compuso Sol de invierno, que para Perrier tenía un estilo de “Beethoven moderno”. Como además de las alusiones musicales al alemán, este es el año en el que se cumplen 250 años de su nacimiento, a la dupla de artistas se les ocurrió realizar esta pieza a modo de homenaje.
Luego de probar cuatro veces, Perrier logró pintar –al mismo tiempo que la pieza de Ruete– un óleo de Ludwig van Beethoven, con pintura de pisos y acrílico sobre madera. Las dimensiones de esta obra de técnica mixta, titulada Beethoven Beat, son de 2,20 por 1,85 centímetros.
Parte del proceso creativo de Beethoven Beat consistió en el ensayo y error. Perrier contó que Milagros, su hija, lo ayudó mucho en esa etapa. Además de que ella se encarga de la producción de video. “Era algo muy vertiginoso. Yo suelo pintar de una manera muy rápida porque soy un tipo muy ansioso. Empiezo cuatro o cinco obras al mismo tiempo, pinto y pinto, y después las contemplo cómo por tres días”, relata el creador.
Actualmente, Perrier espera los resultados del Fondo Concursable para la Cultura, donde presentó Musicart. Según adelantó el artista, los próximos videos contarán con las creaciones de Christian Cary, Agustín Casanova, Jorge Nasser y Ana Prada. La idea es que en cada interacción, la consigna sea distinta.
El artista visual proyecta que el broche de oro de Musicart sea una muestra en la que se puedan apreciar las obras realizadas junto a un dispositivo al lado de cada una que reproduzca la pieza musical que la inspiró. De esa forma, la serie de obras que al momento se pueden apreciar mediante videos, tendrán su experiencia presencial.
Además de una manifestación artística original, este proyecto supone la posibilidad de conocer a un artista como Perrier desde otra perspectiva más allá de la ilustración. Para él, ambas expresiones ”son una necesidad” y no se imagina su vida sin transitar por ellas, aunque cuenta que ambas le otorgan distintas posibilidades.
“Ilustrar tiene un mensaje mucho más directo y en general es como mucho más inmediato. Tiene que ver con el momento y con la realidad del país y con una reflexión más a flor de piel con lo que está pasando alrededor mío. La ilustración me encanta, ahí busco lo simple, lo impactante y lo directo”, identifica Perrier. Por otro lado, diferencia: “La pintura es un proceso mucho más introspectivo, más rico en el sentido de que no es solo lo que uno pinta, sino también la materia, el tamaño, el formato. Uso una técnica mixta que incluye desde papel de diario, marcador y corrector, hasta óleo y acrílico. Entonces, se pone en juego un abanico mucho más grande de posibilidades a la hora de agarrar la caja de herramientas y crear algo”.
