Novias de alquiler: para ahorrar o por practicidad cada vez más uruguayas rentan su vestido de boda

 ¿El motivo? Muchas se preguntan qué hacer con el vestido cuando las luces se apagan y la fiesta termina, “las más jóvenes además no quieren acumular cosas”, afirma Virginia y agrega que prefieren tomar como recuerdo del casamiento las fotos porque el vestido “nunca más se ve”.

Del otro lado del mostrador, la minoría que sigue firme en mandar a hacer el vestido lo hace con la idea de reutilizarlo y, además, en el caso de las quinceañeras los vestidos son regalados por madrinas o abuelas que prefieren que puedan conservarlo.

Pero la razón principal para inclinarse por el alquiler no es otra que su costo.  En el caso de Morena el alquiler sale un 25% de lo que vale mandar a hacer el vestido especialmente para la ocasión. En el caso de su negocio alquilar vale unos $ 10.000 y confeccionar el vestido a medida puede hacerse a partir de los $ 40.000. “Se hacen pruebas del vestido, siempre hay algún ajuste que hacer, y el largo hay que hacerlo casi el 100% de las veces, el vestido les queda como si hubiese sido hecho para ella”, señala la empresaria sanducera.

Finalmente, Virginia destacó que los vestidos de novia se alquilan con unos tres meses de anticipación.

Festiva comenzó con el alquiler de fiestas hace aproximadamente dos años. Lara, su directora, asegura que el alquiler permite acceder al vestido soñado, sin tener que pagar el precio de esa prenda.

"Puede tener costos astronómicos, no hay límites en lo que se puede llegar a gastar" asegura la referente de Festiva a propósito de cuánto se puede llegar a invertir en confeccionar un traje de novia a medida y afirma que el alquiler permite "reducir gastos sin renunciar a una pieza hermosa, a eso que siempre soñaste", esto incluye por ejemplo a piezas de firmas de renombre como Vera Wang.

"Hoy las chicas prefieren darle otro destino a ese dinero como un viaje o a algo que tenga un uso más duradero", reflexiona Lara, la titular de Festiva.

En esta tienda los vestidos van desde los $ 1.800 hasta los $5.300. "Los más caros son despampanantes", dice la empresaria. En el caso de Festiva las novias también se llevan incluidos los accesorios.

"Tenemos talles desde el XXS hasta el 8XL" sostiene Lara y hace hincapié en la ventaja de que todas puedan encontrar un modelo que las haga sentir bien. Además, en los vestidos se pueden hacer pequeños ajustes.

En Festiva se reservan vestidos cómo máximo 10 meses antes de la boda. 

Carolina y Claudia son las dueñas de Queen of Dresses, una tienda que comenzó en 2017 y que creció a pesar de la parálisis de 17 meses que le supuso la pandemia. “Hoy en día es cuatro o cinco veces mayor mandar a hacer un vestido, sumado a los tiempo que conlleva”, indicaron a El Observador. 

“Ajustamos los vestidos a nuestras clientas”, indican y hacen hincapié en la importancia de que más allá de las pruebas cada cual pueda elegir un vestido con el que se sienta segura. En su oferta hay vestidos de civil e iglesia y sus precios van desde $1.290 a $2.800.

Renata Love es una tienda de alquiler de vestidos de fiesta y si bien hay imponentes vestidos blancos en sus escaparates, estos no se alquilan, solo se venden. “Alquilarlos me parece muy complejo”, subraya la dueña del negocio, Gabriela Bustelo y destacó que son vestidos difíciles de recuperar luego de su uso y que es una tarea que lleva mucho trabajo. Además subrayó que, en su visión, el vestido de novia “se tiene que comprar porque es una vez en la vida”.

A su comercio las novias llegan entre seis y ocho meses antes de la fecha especial, aunque algunas van un mes antes y otras hasta con un año de antelación. Los precios de sus vestidos de novia para la venta se encuentran entre $ 15.900 y $ 25.900.

Llega en avión

Otra alternativa a la confección es pedir el vestido desde el exterior y traerlo por medio de un courier. Según Andrés de Miquelerena, country manager de Tiendamia, esta tendencia se mantiene constante desde hace varios años y tiene como punto a favor que los vestidos en cuestión también son más baratos que si se hicieran a medida.

En este sitio de e-commerce, por ejemplo, hay un catálogo variado de vestidos de novia cuyo precio varía entre los US$ 50 y los US$ 200. Cabe destacar que en esta opción no hay ajustes personalizados del vestido comprado como sí ocurre cuando se alquilan y tampoco es posible corroborar su calidad. Se recibe lo que se compra.

 “Pueden comprar un vestido como si fuera exclusivo,  lo reciben en tiempo y forma y en un tiempo razonable”, comenta Andrés de Miquelerena  y apunta que también se percibe demanda desde Uruguay de  vestidos de 15 años y de ropa de fiesta para niños.