Barack Obama se reunió ayer con la canciller alemana Angela Merkel con el objetivo de continuar trabajando en el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea. Este acuerdo ha despertado críticas generalizadas, en especial en Francia, por lo que las negociaciones se encuentran atascadas. Sin embargo, el presidente estadounidense se mostró confiado de cerrar el acuerdo comercial antes de finales de este año, el último de su mandato.
El primer mandatario estadounidense reconoció que los acuerdos comerciales generan "grandes emociones" y dijo que un tratado de estas características aporta crecimiento económico y
empleo, también para los países del sur de Europa. No obstante, Francia opone resistencia ya que el acuerdo es poco popular en ese país, por lo que el presidente François Hollande se niega a hablar del tema.
El tratado "fracasará" si no hay concesiones por parte de Washington, opinó el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel. El jerarca volvió a rechazar el texto porque, según él, se trata de un "compre americano". De todos modos, en la interna del gobierno germano crece la impaciencia por que se cierre el acuerdo, ya que son unos de sus principales defensores en Europa.
Decenas de miles de personas se movilizaron el sábado en Hanover, la ciudad alemana en la que se reunieron los mandatarios, para mostrar su rechazo al megaproyecto. Obama reconoció que algunos tratados de libre
comercio del pasado provocaron desigualdades, pero opinó que hay que "aprender del pasado" y fomentar intercambios con "altos estándares"