Ollas populares: a Uruguay Adelante se le vence el contrato y el gobierno todavía no definió si renovará

Al principio el impulso fue exclusivamente barrial, con vecinos y vecinas que buscaban un techo, juntaban donaciones de comida, y cocinaban por largas horas para dar un plato de comida a personas que lo necesitaban. Pero conforme la pandemia siguió su curso, la necesidad comenzó a hacerse cada vez más difícil de cubrir para los barrios y sus organizaciones.

Por eso, en abril de 2021 el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) firmó un acuerdo con la ONG Uruguay Adelante (UA) para ayudar con alimentos a las ollas, después de meses en los que referentes de los movimientos criticaban por falta de apoyo,y las autoridades del gobierno debatían entre apoyar a estos grupos o cubrir esta necesidad por otras vías.

Uruguay Adelante se encarga de la compra y distribución de comida para las ollas del área metropolitana, y el Mides de disponer los recursos económicos, con un presupuesto de US$ 3 millones. Según explicó Santiago Pérez, fundador de la organización, son 750 las ollas a las que UA brinda sus servicios, con 2.000 toneladas de comida entregadas hasta octubre, a razón de 75 por semana.

Sin embargo, a un mes y medio del fin de contrato, el 30 de noviembre, el Mides no definió hasta el momento si renovará o no el acuerdo con la organización. Carolina Murphy, directora territorial de Montevideo del Mides, aseguró a El Observador que el tema “se está estudiando”, y que consideran el apoyo a las ollas como “una línea más” de servicio alimentario que brinda la cartera.

Mientras tanto, Pérez aseguró que desde Uruguay Adelante “la intención es seguir” o “ayudar en la transición”. El intermediario entre las ollas y el gobierno dijo que van a hacer “lo posible” para “no estar un día sin asistencia”, pero sin un contrato firmado no lo pueden asegurar.

Gallinas flacas

La Coordinación de Ollas Populares, una agrupación que intenta dar un mensaje de conciencia más allá de su servicio a la población, ha criticado el servicio de UA, por su “mala calidad” de alimentos y “poca cantidad” de proteínas, explicó a El Observador su representante Esteban Corrales. Este viernes la coordinadora protestó frente al edificio del Mides para pedir una mejora en el servicio, luego de que la comida brindada por el gobierno a través de UA fuera “pollos flacos”, y no hubiese “salsa de tomate”, entre otras quejas.

Murphy bajó a conversar con los referentes de la coordinación, y les transmitió la intención de Lema de recibirlos, pero contó que ellos “habían conversado en su plenario que si llegaban a recibir una invitación debían negarse”. Corrales calificó esta intención como “una absoluta demagogia”. “Nosotros quisimos reunirnos en junio, y se nos ninguneó, no merecemos ser tratados de esa forma”, expresó.

Desde UA acusan que “con esos pollos el año pasado no había ningún problema”, y que hay una intencionalidad política detrás de las protestas por la calidad de los alimentos brindados por el Mides, dijo Pérez. El fundador detalló que el organismo compró “la producción entera del país de gallina pesada”, y que si se dio gallina flaca es porque “no había más”, debido a que en este momento brindan 20% más de servicio del que planeaban. Además, explicó que las proteínas “son las mismas”, sea el tipo de gallina que sea.

Para Pérez es “una irresponsabilidad pedirle algo al gobierno que no puede dar”, y que por una cuestión de presupuesto hay que pedir “con coherencia”. Por esto no piden salsa de tomate, al considerar que “no tiene los nutrientes” que sí tienen otros condimentos suplementarios que brindan.

La política en el medio

El problema para el líder de esta ONG es que la Coordinación de Ollas Populares no quiere que renueve el contrato con el Mides. “Quieren usar la olla para transmitir un mensaje”, aseguró, y añadió que el gobierno por su parte “lo único que le pide a las ollas es que den comida, nada más”.

Desde la Coordinación consideran a la olla popular “como una denuncia”, y una reflexión de “cómo se llegó a esta situación”, valoró Corrales.

Pérez acusó a la organización de ollas de tener un “doble discurso”: “Cuando nos reunimos con ellos nos dicen que no podrían hacer la distribución sin nosotros, pero afuera salen a pegarnos”.

La Coordinación  se desmarca de UA por considerar que mientras esta organización es privada y hace de intermediaria, ellos se autodefinen como una organización social que no tiene injerencia en el “manejo totalmente discrecional'' que tiene la ONG sobre los fondos que brinda el Mides.

Números poco claros

Desde la Coordinadora acusan que el gobierno solo brinda “menos del 25%” de los insumos con los que se sostienen las ollas, que hasta ahora han subsistido “haciendo malabares”, con “la solidaridad de los vecinos y las vecinas”. 

Según Pérez, 500 ollas reciben un servicio directo de Uruguay Adelante, mientras que 250 reciben la comida de manera indirecta, a través de la coordinadora. En los últimos meses el 10% de las ollas pasó al formato directo.

Los números sobre la cantidad de personas con inseguridad alimentaria es otro conflicto que rodea a los tres organismos en conflicto: desde el Mides, Murphy aclaró que no tienen los números exactos; Corrales, de la Coordinación de Ollas Populares, explicó que por la investigación de consultoras independientes llegaron al número del 6% de uruguayos que sufren este problema, unas 150.000 personas; y Pérez, de Uruguay Adelante, remarcó que cuando les comunican desde las ollas que hay más personas que piden su plato de comida, “nunca dicen cuántos son”, lo que lleva a problemas en la distribución.