El 15 de octubre del año pasado, la Fiscalía envió un correo electrónico a las defensas de la Operación Océano con la selección de chats entre la víctima y los imputados que se utilizaría como prueba anticipada. Este miércoles, el abogado Eduardo Sassón denunció ante la jueza María Noel Tonarelli que esos chats eran apócrifos, lo que suscitó que el resto de los defensores evaluaran su propia situación y que, otra vez, se suspendieran las audiencias. El equipo fiscal, encabezado por Mariana Alfaro (que ocupa ese lugar tras la salida de Darviña Viera) afirmó en un comunicado que los "errores" se habían subsanado en noviembre.
Según reconstruyó El Observador con fuentes presentes en la audiencia, esta fue la versión que Alfaro dio a la jueza cuando se la consultó al respecto. Sassón había manifestado antes que había más de 30 puntos en los que los chats se apartaban de los originales. Si bien los defensores reconocen que se subsanó en noviembre, afirman que nunca se les avisó de que inicialmente había habido un error.
"Desde noviembre de 2021 las carpetas con la información completa están a disposición de las defensas de los imputados y es una carga de las mismas retirarlas para ejercer su derecho", esgrime el comunicado de la Fiscalía. Pero fuentes de la defensa resaltaron que actualmente la carpeta investigativa es muy extensa —pesa aproximadamente cuatro teras— y que tal como la selección de chats apócrifos se había enviado a través del correo electrónico oficial de la fiscalía, debía haberse comunicado que hubo un error que se subsanó por la misma vía.
En noviembre —mes citado por el comunicado fiscal— fue fecha en la que un policía especializado que designó el fiscal de Corte, Juan Gómez, ordenó la carpeta investigativa luego de que en audiencia se detectara que hubo pruebas que no fueron ingresadas al juicio. En ese entonces, se suponía que había quedado lista y con la información completa para entregar a los defensores.
A partir de la denuncia de Sassón, varios abogados detectaron diferencias entre los documentos a los que habían accedido y los presentados por la Fiscalía. En lo que coinciden todos los consultados por El Observador es que las conversaciones estaban alteradas, pero no en forma aleatoria. Es decir, tenían una coherencia semántica. Desde el equipo de Alfaro se aseguró que no hubo ningún tipo de intencionalidad ni mala fe.
Los casos varían. Por un lado, hay chats en los que están intercalados mensajes de distintas épocas. A modo de ejemplo, un mensaje enviado en abril tiene una respuesta que en realidad corresponde a junio. Por otro, hubo un chat en el que no era correcta la fecha del cese de la comunicación. Es decir, se afirmaba que el imputado y la víctima habían estado en contacto hasta determinado mes y se encontró que habían tenido conversaciones posteriores cuyo contenido no estaba incluido.
A partir del momento de la audiencia, la jueza Tonarelli dispuso que la Fiscalía enviara los chats originales a las defensas en 48 horas y que en otras 48 horas los abogados los examinen para ver si encuentran diferencias con el material que contaban previamente. La magistrada también libró un oficio al Departamento de Depuración, Priorización y Asignación de Fiscalía (DPA) para que se le asigne la investigación del hecho a un fiscal de flagrancia.
Las audiencias se retomarán el 5, 6 y 7 de abril.
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