Oposición y expertos advierten que Argentina espía a los críticos

A pocos días de las elecciones presidenciales, dos legisladoras de la oposición presentaron una denuncia judicial por presunto "espionaje ilegal" por parte de los organismos de inteligencia del Estado hacia referentes de la oposición, periodistas y los miembros de la Corte Suprema de Justicia, entre otros. Hay más de 100 personas señaladas como víctimas de un sistema de Inteligencia que los expertos aseguran que se escapó del control de las autoridades.

Patricia Bullrich y Laura Alonso, del PRO, llevaron ayer ante la Justicia la nómina de los vigilados, tras una comparecencia inicial del martes, donde se afirma que "se estuvieron y se están realizando una interceptación de líneas telefónicas y almacenamiento de datos provenientes Whatsapp, mails, mensajes de texto, en los teléfonos celulares y computadoras".

Según Bullrich, el espionaje comenzó después de la muerte del fiscal Alberto Nisman.

La nómina de escuchados es variada, con todos los candidatos presidenciales a excepción del oficialista Daniel Scioli, así como con otras personalidades influyentes de la sociedad. Figuran también los cuatro miembros de la Corte Suprema de Justicia, los jueces Claudio Bonadio y Sandra Arroyo Salgado –exesposa de Nisman– y al ex director de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), Antonio "Jaime" Stiuso, prófugo, entre otros tantos.

"El patrón común de todos los espiados, es que mantienen posiciones críticas o independientes al gobierno nacional", sostiene la presentación. Entre los nombres aparecen asimismo varios periodistas (Nelson Castro, Joaquín Morales Solá y Jorge Lanata entre otros) y miembros de la llamada farándula, como Marcelo Tinelli, Jorge Rial o Luciana Salazar, pareja de Martín Redrado, expresidente del Banco Central.

En su escrito, las legisladoras solicitaron que se dispongan dos allanamientos a edificios desde donde se coordinarían las actividades delictivas.

"Un invento de tantos"

El contenido de la denuncia fue desmentido por el gobierno, que ayer de mañana la calificó como "invento", según palabras del jefe de gabinete Aníbal Fernández en rueda de prensa.

El jefe de ministros advirtió de "inconsistencias" en la denuncia y sostuvo que obedece a que "faltan días para las elecciones", por lo que concluyó que "es un invento de los tantos que hicieron estas dos diputadas".

En tanto, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, así se llama a la nueva SIDE) afirmó que "no realiza ninguna tarea de interceptaciones telefónicas o seguimientos de comunicaciones por cualquier medio".

Por otra parte, el juez Sebastián Casanello, que recibió el escrito, se dijo sorprendido por la publicidad que tomó el asunto, pues en esta etapa del proceso se suele manejar todo con mayor reserva. De todos modos, indicó, se tomaron las primeras medidas adecuadas.

"La denuncia se hizo cerca del mediodía sin mayores precisiones que las que están en los portales, y sin documentación. Pasaron un par de horas y empiezan a llamar los periodistas, que me dicen que tenían la denuncia y un listado. Ese listado no lo tuvimos y no lo tenemos", amplió.

"Vigila, espía, escracha"

Algunos expertos en espionaje argentino citados en los medios de prensa coincidieron ayer en que la lista en cuestión es extraña y podría evidenciar que las legisladoras fueron en parte engañadas para que le dieran difusión. Pero en todo caso, sirve al momento de centrar la atención en las prácticas de espionaje conducidas por el gobierno, un asunto que cobró relevancia tras la muerte del fiscal Alberto Nisman y después de que se destaparan las molestias que hubo en la SIDE por la reestructura de fines de 2014.

Algunos periodistas se han dedicado al estudio de este tema y coinciden en que el espionaje no solo es real y habitual, sino que se convirtió en una práctica descontrolada en la que trabajan más de 5.000 agentes y con un presupuesto de cerca de US$ 253 millones. "No espían a los narcos. Nos espían a nosotros", sentenciaba ayer por twitter uno de los expertos en el tema, Claudio Savoia, periodista de Clarín y autor del libro Espiados.

Hace dos semanas Savoia participó junto con otros expertos en una audiencia pública organizada por la candidata presidencial Margarita Stolbizer que llevaba por título "El gobierno nos vigila". La opositora, del Frente Progresista, acusó que el gobierno usa la información que obtiene de modo ilegal para "institucionalizar la práctica del carpetazo que ha usado siempre con la intención de la intimidación".

"El gobierno nos vigila, nos espía, nos escracha. Los servicios de Inteligencia se han convertido en servicios de espionaje al servicio del poder. Hay toda una maquinaria estatal para vigilarnos", ratificaba ayer Savoia por Twitter. La investigación que recoge en su libro concluye que el kirchnerismo desplegó "los amplios y sofisticados métodos de espionaje y vigilancia social" que se usan.

Su veredicto es compartido por Gerardo Young, también periodista y autor del libro Código Stiuso. "El espionaje ilegal es una práctica que el kirchnerismo viene empelando desde hace muchos años", comentó en una entrevista antenoche en el canal TN.

El periodista indicó que, al margen de los vicios que podría contener la nómina divulgada por las legisladoras del PRO, se nota que esta fue realizada "por alguien que está en la Secretaría de Inteligencia hoy o que tiene mucha llegada a su institución".

"Evidentemente están detrás de los pasos de Jaime Stiuso y después, ya que están, aprovechan una investigación 'formal' para usarla como herramienta política o económica de extorsión", denunció Young.

La idea detrás de semejante modus operandi, como tantas otras cosas en Argentina, es en parte atribuible a Juan Domingo Perón. Una búsqueda rápida por algunas de sus frases célebres lleva a esta: "Todos los hombres son buenos, pero si se los vigila son mejores".