A mediados de mayo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), había prorrogado la apertura de ofertas del llamado a licitación para la adjudicación de una tercera zona franca, en la zona del aeropuerto El Jagüel en Maldonado.
Esto porque una empresa interesada había pedido más información, tras constatar en varias visitas olores fétidos en el área cercana al predio licitado, que es lindero a la planta de tratamiento de aguas residuales de OSE.
El potencial inversor había señalado que la presencia de “malos olores” era “altamente preocupante” para la factibilidad comercial del emprendimiento.
En junio OSE presentó a la Intendencia de Maldonado un informe en el que se detalla el plan de rehabilitación previsto para resolver en “forma rápida, eficaz y perdurable el inaceptable escenario actual”.
Ese plan, según la empresa estatal, pone “especial atención” al control preventivo y correctivo de procesos que durante los tratamientos “pudiesen provocar la emisión de olores ofensivos y/o impactos negativos desde el punto de vista ambiental”.
También incluye acciones de control de calidad de aire para establecer un protocolo objetivo de control y comunicación de calidad de aire en planta y adyacencias, dice el documento al que accedió El Observador.
La planta de tratamiento de OSE -la más grande y moderna del país-, está operativa desde el año 2013, y da servicio a todo el sistema de alcantarillado sanitario de Maldonado y Punta del Este. Una década después su ubicación es muy cercana al Centro de Convenciones y a otros desarrollos residenciales y comerciales que se han ido proyectando en la zona.
El informe de OSE afirma que tras 12 años de operación continúa, la planta ha alcanzado sus objetivos con “suficiencia”, aunque se han advertido “disfuncionamientos”, principalmente asociados a la operación de algunos equipos electromecánicos y unidades de proceso (tratamiento y deshidratación de lodos y gases), que provocan emisiones no deseables de gases ofensivos a la atmósfera.
Según OSE, la mayor dificultad se concentra en el proceso de tratamiento de los lodos provenientes del tratamiento físico-químico, fuente principal de la generación de “ofensas a los sentidos”, dice el capítulo que expone una extensa explicación técnica del estado de situación.
El plan de “implementación inmediata y urgente” (se ejecutará en 9 meses sin incluir Ios plazos destinados a la tramitación de compras, adquisiciones y entrega por parte de proveedores) demandará una inversión total aproximada de US$ 7,5 millones.
La obra se incluirá parcialmente en el plan de inversiones de OSE para 2023, y otra parte en el plan 2024, dice la carta firmada por el gerente general de la empresa Arturo Castagnino y dirigida al intendente Enrique Antía. Según se explica, se actualizarán y modernizarán procesos “de acuerdo con las mejores prácticas internacionales”.
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