Fútbol > EL ANÁLISIS
Peñarol recuperó todo lo que quería con un juego completo en “modo copa” y le apunta a Nacional
El domingo pasado, tan solo 72 horas antes, recibió un verdadero mazazo cuando perdió ante Deportivo Maldonado. No fue solo el resultado, no fueron solamente los tres puntos que quedaron por el camino, sino que Peñarol no fue Peñarol.
Aquella tarde lo superaron ampliamente, pero careció hasta de rebeldía, de actitud para ir en busca de la victoria como le corresponde siempre.
El fixture le puso enfrente a Montevideo City Torque, uno de los rivales más complicados, que normalmente lo ha atorado en su salida, que no le daba respiro con sus ataques por las puntas con dos muy buenos laterales como Franco Pizzichillo y Andrew Teuten, y al cual le había ganado la última vez en un polémico partido y en la hora con un gol de Ariel Nahuelpán, quien sigue al margen por indisciplina.
Este miércoles nadie se acordó de la mano que podía haber dado el argentino en ofensiva, teniendo en cuenta la sequía goleadora de Agustín “Canario” Álvarez Martínez, quien hacía cuatro encuentros que no convertía.
Pero además de eso, como sucede siempre, cada vez que Walter Gargano es Walter Gargano, Peñarol es Peñarol. Es así de sencillo.
Como dijo su técnico Mauricio Larriera al término de la valiosísima victoria contra Montevideo City Torque, Peñarol “volvió al modo copa”. Se asemejó mucho a aquel equipo que contagiaba por el fútbol que mostraba y que lo llevó hasta las semifinales de la Sudamericana.
El equipo necesitaba que la defensa funcionara mejor y lo consiguió. Que Gargano volviera a su nivel, y sucedió. Que el Canario Álvarez Martínez recuperara su confianza, y así fue. Que Facundo Torres saliera de la modorra que le causó la lesión ante Sporting Cristal, y “retornó” con dos goles, su primer doblete desde que juega en Primera división con estos colores. Que Gary Kagelmacher recibiera la quinta tarjeta amarilla para poder jugar el clásico y así fue, faltando 3 minutos. Todo lo que fue a buscar al Estadio Campeón del Siglo, lo consiguió en una noche redonda.
Fue el partido perfecto, completo de Peñarol, mostrando una superioridad enorme contra un rival que se vio maniatado después de que el conjunto de Larriera le cediera la pelota durante los primeros minutos.
Lo liquidó con la experiencia y la velocidad típica de Agustín Canobbio quien está llamado a un futuro -cercano- brillante.
Entonces, Peñarol se posicionó muy bien por derecha con la dupla Giovanni González-Canobbio y le hicieron el 2-1 a Teuten a quien empezaron a desdibujar en su juego. Lo atacaron por todos los medios y lo desbordaron.
Pero, además, Peñarol contó con un Facundo Torres diferente, más cercano al medio del ataque y no tan tirado sobre la izquierda. Una vez más, demostró que es ahí donde rinde mejor y así llegó a su primer doblete con la aurinegra.
La zaga se posicionó mucho mejor que ante Deportivo Maldonado con un Kagelmacher muy firme y esta vez, bien acompañado por Edgar Elizalde.
Tanta fue la superioridad aurinegra que el segundo tiempo fue todo suyo. Sorprendió tanto a su rival, que, a su vez, el propio Montevideo City Torque fue una versión edulcorada de lo que siempre es, casi sin actitud. Pero esa también es una virtud de este equipo de Larriera.
La clase de Gargano se vio en todo el partido, pero, sobre todo, cuando tras un error en la salida de Joaquín Fernández, se fue solo y sin marca hasta el arco de Gastón Guruceaga para definir, y cuando vio que llegaba Álvarez Martínez, le cedió el tercero para que el chiquilín recuperara la confianza goleadora. Esa solidaridad también juega.
Fue un partido en el que hubo muchas confirmaciones en Peñarol, sobre todo, luego del espejismo que se vivió en Maldonado el pasado domingo.
Peñarol recuperó la mejor versión de Torres, volvió a vivir la clase de Gargano, el gol del Canario Álvarez, y recuperó la punta del Torneo Clausura. Ahora vendrá Villa Española, pero ya le apunta a Nacional.
