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Persecución y acoso: la pesadilla de la menor asesinada por su pareja
Un hombre de 42 años fue imputado por el femicidio de la adolescente de 17 años de Ciudad del Plata, San José, por homicidio muy especialmente agravado y fue enviado a prisión preventiva por 180 días.
La adolescente se había escapado de un centro del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), a donde había ido a internarse por cuenta propia.
La internación voluntaria de la menor se había dado "luego de dos años de una vida de consumo de sustancias estupefacientes y de ejercer la prostitución en la calle", detalló la fiscal del caso Sonia Pritsch en el escrito que presentó a la Justicia.
Mientras estuvo allí, añadió la fiscal, la menor había narrado que había cortado el vínculo con su pareja, quien la obligaba a "trabajar en la calle para él".
El hombre no se rindió: la "acosaba por mensajes de Facebook" y la amenazaba por teléfono para que volviera con él.
Finalmente, el femicida logró su cometido y la ayudó a escaparse del INAU para llevarla a su casa.
La adolescente había tenido una hija con otro hombre. La bebé vivía en la casa de la madre de ese hombre. El sábado 25 fue a la casa de su exsuegra para ver a su hija acompañada del imputado. El hombre llevaba un revólver calibre 22 –la misma arma que usó en el delito después–, que se cayó al suelo y al levantarla dijo: "No se preocupen que no es para ustedes". Eso alertó a la dueña de casa quien, asustada llamó al INAU, donde sabía que su exnuera estaba alojada.
Al otro día, el domingo 26, la víctima llamó por teléfono de nuevo a la abuela paterna susurrando que quería "ver a su beba": la testigo dijo que escuchó la voz de un hombre obligándola a que corte el llamado, y que la adolescente había dicho algo más que no alcanzó a comprender.
El crimen ocurrió el miércoles 29: la fiscal detalló que se encontraban los dos acostados en la casa del imputado cuando la adolescente le contó, "ansiosa y feliz", que en las próximas semanas iba a visitar a su padre en Rivera y que además había planificado mudarse a Montevideo, donde su padre había "acondicionado un cuarto para instalar una peluquería donde ella pudiera atender, pues había estudiado eso y era lo que amaba hacer".
Entonces el hombre se enfureció y comenzó a golpearla en la cabeza, e incluso le pegó con la culata de su revólver, según se desprendió del informe forense.
Y en un momento la tiró al piso y le disparó dos veces a su cabeza.
"Minutos después, al tomar conciencia de la situación, mueve el cuerpo de la victima, apoyándolo sobre la cama, dejándolo sostenido sobre sus rodillas, dorso hacia arriba, con sus manos hacia los costados de la cabeza, con las palmas de la mano hacia arriba", dijo Pritsch, que contó que inmediatamente después de eso el hombre intentó limpiar el cadáver con "un balde con agua y un trapo", pero enseguida llegó la policía.
El hombre le dijo a los efectivos que la menor se había suicidado, un argumento que no se sostuvo. Las pericias realizadas al arma determinaron que incluso el imputado disparó una tercera vez, aunque esa bala no impactó en el cuerpo.
De acuerdo al parte de la Jefatura de Policía de San José, las pericias que se hicieron en la vivienda del crimen concluyeron que el asesino realizó “modificaciones en la escena y características de las heridas en el cuerpo de la joven, que hacen presumir una actividad dolosa”.
El indagado no tenía antecedentes penales pero sí una denuncia de violencia doméstica por parte de su expareja.
Según la cuenta que lleva el grupo Feminismos UY este femicidio es el noveno en lo que va del año, aunque también suman a las dos mujeres asesinadas en Canelones este fin de semana, cuyos casos están abiertos.
