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Pese a las protestas, el Senado francés aprobó el proyecto de reforma jubilatoria de Macron
El Senado de Francia aprobó la propuesta del Ejecutivo para aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. El proyecto de ley fue aprobado por 201 votos a favor contra 115 en contra.
La votación se produce en el contexto de huelgas y protestas masivas que desde hace semanas se vienen produciendo en toda Francia en contra de la iniciativa del presidente Macron.
El gobierno francés está buscando modificar el sistema de pensiones del país a pesar de la fuerte oposición de los sindicatos, con el argumento de que si no practican los cambios propuestos es financieramente insostenible.
Además de llevar la edad de jubilación a los 64 años, Macron busca aumentar el período de pago requerido para calificar para una pensión estatal completa.
El cambio sería gradual, aumentando tres meses por año a partir de septiembre, hasta 2030.
A partir de 2027, los trabajadores tendrán que aportar a la seguridad social durante 43 años en lugar de 42 años para poder cobrar una pensión completa. El año adicional ya estaba previsto en una reforma de 2014, pero Macron está acelerando el ritmo de la transición.
El proyecto oficial prevé una renta de pensión mínima garantizada de no menos del 85% del salario mínimo neto, o aproximadamente 1.200 euros por mes en los niveles actuales, para los nuevos jubilados.
Después del primer año de jubilación, las pensiones de quienes reciben un ingreso mínimo estarán indexadas a la inflación. El gobierno espera recalibrar al alza los ingresos de quienes ya reciben las pensiones más bajas.
Los trabajadores públicos en trabajos considerados física o mentalmente arduos mantendrán el derecho a la jubilación anticipada, aunque su edad de jubilación se incrementará en la misma cantidad de años que la fuerza laboral en general (los agentes de policía, los limpiadores de alcantarillado, los guardias de prisiones y los controladores de tráfico aéreo se encuentran entre los que actualmente pueden jubilarse a los 52 años).
Cesarán una decena de los denominados “regímenes especiales” con distintas edades de jubilación y prestaciones que actualmente cubren, entre otros, a los trabajadores ferroviarios, de electricidad y gas y al personal del banco central.
El gobierno de Macron argumenta que las medidas, aunque impopulares, son necesarias para apuntalar el esquema jubilatorio para el futuro.
Después su aprobación en el Senado el proyecto debe pasar por el escrutinio de la Cámara baja de la Asamblea Nacional, donde podría ser más dificultoso para el gobierno lograr una mayoría en favor del proyecto.
La cámara baja también está trabajando en las enmiendas propuestas en forma de un plan de compromiso que también podría enviarse al Senado para su votación.
El aumento de la edad de jubilación y los cambios propuestos a las pensiones se enfrentan a una fuerte oposición de la sociedad francesa y sectores políticos de izquierda, que expresaron su enojo por la aprobación senatorial.
Los políticos de izquierda expresaron su enfado después de que el Senado votara a favor de las reformas.
"Su nombre siempre estará unido a una reforma que hará retroceder el reloj casi 40 años", dijo la socialista Monique Lubin al ministro de Trabajo, Oliver Dussopt.
Los sindicatos han prometido aumentar la presión sobre el gobierno llamando a la acción masiva de los trabajadores de diferentes sectores.
Las entregas de combustible, las escuelas, los trenes y los vuelos están siendo interrumpidos por las manifestaciones.
La mayoría de los demás países europeos ya han aumentado la edad de jubilación a 65 años o más, por lo que el sistema de jubilación de Francia, pese a las reformas se contaría todavía entre los más los más generosos de Europa y en particular, de Europa occidental.
(Con información de agencias)
