El presidente del Círculo Militar, Carlos Silva, está convencido de algo: "A la gente le dieron manija para que salga el plebiscito porque, en su interior, piensa que van a salir los militares para la calle, van a agarrar a todo el malandraje y lo van a hacer pelota. La gente quiere ver a las patrullas en la calle correteando a los chorros". Así se expresó al ser consultado por El Observador acerca de la reforma constitucional impulsada por el senador nacionalista Jorge Larrañaga, que será sometida a plebiscito en octubre.
Entre otras propuestas, el proyecto incluye la creación de una Guardia Nacional formada por dos mil militares que colaborarán con la policía en sus tareas cotidianas. Si bien el 69% de la ciudadanía votaría la reforma, según la encuesta de Opción realizada en abril, el jerarca de la agrupación castrense aseguró que la mayoría de los militares la ven como un "gran problema" y "no la comparten para nada".
En primer lugar, los uniformados son críticos de que Larrañaga no les haya consultado su opinión antes de redactar la reforma. Silva sostuvo que el legislador "sacó sus conclusiones", sin conocer realmente cómo operan las Fuerzas Armadas. "Es como si yo me pusiera a ejercer de abogado cuando no sé nada ni estoy preparado para eso. La gente simplifica las cosas y piensa que va a resolver las situaciones, pero no", reprochó.
Uno de los argumentos que Silva dio es que la policía y el Ejército tienen formas opuestas e incompatibles de operar. "El Ejército es una maquinita que funciona con una cantidad de protocolos, no es como una fuerza policial que dice 'andá a cuidar el estadio para que no se arme lío, pongamos un policía en esta puerta y otro policía en esta otra'", adelantó.
El presidente del Círculo Militar dijo que el uso de las Fuerzas Armadas siempre debe estar "encuadrado", lo que significa que operen bajo un mando que provea todas las necesidades. Algunos de los requisitos que Silva mencionó fueron un equipo encargado de la inteligencia de la operación que se va a ejecutar y el estudio de la situación, "para que la fuerza sepa cuál es la misión que tiene que cumplir". En otras palabras, "los militares están entrenados para trabajar en equipo, no separadamente" y por eso "no están preparados para ser mandados por policías".
"Esto que se quiere hacer es fraccionar las fuerzas, sacar dos mil soldados que dependen del comando del Ejército y pasárselos a no sé quién. No estamos de acuerdo en que se fraccionen las fuerzas y se pasen a la orden de personas que no están acostumbradas a mandar a los militares", criticó. A su vez, dijo que "no tienen nada que ver" el armamento y el equipamiento que usan una y otra fuerza.
Por otra parte, el jerarca sostuvo que existen políticas internacionales que buscan expresamente separar las tareas de la policía de las de las Fuerzas Armadas. En los casos que sí se da la conjunción, manifestó, hay una planificación mucho mayor que en la reforma propuesta por el entonces precandidato a la Presidencia.
Silva planteó el caso de México, donde las Fuerzas Armadas están a cargo del control y represión del narcotráfico. Allí, "el comandante que está a cargo de la represión tiene una oficina de inteligencia, una de logística, una de operaciones, una de personal y otras oficinas necesarias para dar apoyo al personal que va a ejecutar esas operaciones", aseguró.
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