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Precandidatos del FA fueron a Paysandú a refrescar la “memoria”
Las bocinas de los autos interrumpieron una por demás tranquila y cálida tarde en el centro de Paysandú. Con el coche del presidente de la coalición Javier Miranda liderando la avanzada y los cuatro precandidatos detrás, el oficialismo desembarcó en la capital sanducera para conmemorar los 48 años de su primer acto y desplegar toda su oferta electoral ante el público del interior.
“Respondió la gente, ¿no?”, insistía el intendente de Paysandú Guillermo Caraballo a cada uno de los dirigentes de la capital que se cruzaba por el camino. Lejos de la multitud que colmó el Parque Rodó en febrero pero con una significativa convocatoria, el oficialismo completó su segunda de cuatro presentaciones con todos los competidores de su interna.
Discursos
La palabra “batalla” apareció al menos diez veces en los 16 minutos que duró el encendidísimo discurso de Óscar Andrade, el primer precandidato en tomar la palabra. El sindicalista dijo que el último domingo de octubre habrá un “plebiscito entre dos proyectos de país” y que el arma fundamental para esa “batalla” debe ser “la memoria”.
“Que vengan a poner el grito en el cielo por 8% de desempleo los partidos que enterraron al Uruguay con 20% de desempleo no lo podemos permitir. Que nos vengan a hablar de salarios los partidos que dejaron en 2004 salarios de $ 1200 pesos que no alcanzaban para comprar cuatro garrafas no lo podemos permitir”, ejemplificó.
Andrade resaltó que existe una “batalla campal dura” para hacer “creer que todo es lo mismo”, y dijo que para derrotarlo es necesario que “el programa del Frente se transforme en el de la mayoría del pueblo”
Si “batalla” fue la palabra sobre la que se erigió el discurso de Andrade, la intervención de Carolina Cosse, bastante más larga y menos efusiva, se centró en la palabra “propongo”.
Usando la primera persona del singular, la precandidata marcó su perfil propio lanzando decenas de propuestas concretas como hacer que el 100% de las escuelas pasen de 4 a 7 horas diarias, reordenar y unificar todos los programas de atención a la infancia, incorporar mensajes contra la discriminación y la violencia en facturas del estado, y usar las ventajas competitivas del mundo digital para prevenir y atacar situaciones de violencia de género.
Además, la exministra de Industria dijo que si bien las políticas sociales “sin duda han sido un alivio para la indigencia y han contribuido a la reducción de la pobreza y la desigualdad, si no son acompañadas por una inclusión efectiva en el mundo laboral no se van a lograr efectos perdurables”.
Por otra parte, dedicó también un tiempo para rebatir la idea de que “no hay agenda” y que el país “está adormecido”. “Le preguntaría a los estudiantes del interior, primeros estudiantes de sus familias, si están adormecidos. Le preguntaría a todas las mujeres que marchamos el 8 de marzo que tan entumecidas estamos. Se le puede preguntar a Google por qué decidió hacer un proyecto de cable submarino atravesando 12 mil kilómetros con la empresa publica de un país adormecido”, afirmó.
El tercer lugar le tocó al expresidente del Banco Central Mario Bergara, que tuvo palabras de autocrítica a la hora de referirse a los resultados en seguridad. “Ayer se publicaron datos preocupantes sobre un tema que es foco de preocupaciones, y no podemos esconder el bulto. No vamos a barrer debajo de la alfombra. Tenemos que trabajar más y mejor”, señaló.
Bergara argumentó que el nuevo Código del Proceso Penal (CPP) “entreveró al arranque y mostró dificultades de coordinación”, aunque advirtió que eso se encaminó a tiempo. También insistió en que a la izquierda le llevó “tiempo y crítica” entender que “además de combatir las causas sociales del delito, había que reprimir la delincuencia”. “No se me mueve un pelo en reconocerlo”, manifestó.
Para mejorar la problemática, el precandidato independiente propuso seguir por el camino de “los últimos operativos” de intervención en el territorio, revisar la política carcelaria para “dejar de tener una política represiva y tener más rehabilitación”, y “trabajar para que en el Uruguay no haya mas de un millón de armas repartidas entre ciudadanos”.
Otro de sus énfasis estuvo en las Fuerzas Armadas. Apoyándose en la destitución del comandante del Ejército Guido Manini Ríos –al que acusó de “insultar” a “los tres poderes del Estado–, Bergara dijo que ese episodio “condenable” también “muestra” que el FA tiene “un retraso político en ese tema”.
En ese sentido, llamó a “afrontar una reforma de la ley orgánica que sustituya a una ley orgánica de la dictadura”, y levantó uno de los mayores aplausos de la militancia.
Por último, Daniel Martínez pidió “estar orgullosos de lo hecho” aunque ello “no signifique que todo se ha hecho bien ni que no haya deudas pendientes”. “Nos dicen que hemos administrado mal la bonanza económica. Que yo sepa en los 14 años de gobierno del FA hubo solo dos años de bonanza. El resto del tiempo el mundo fue un relajo”, expresó.
El intendente de Montevideo, actualmente de licencia para hacer campaña, dijo que el problema de la seguridad le “estruja el alma”, y señaló que para resolverlo hay que “entender que no es solo el Ministerio del Interior, sino también el Mides, el Ministerio de Vivienda, y todos juntos”. Planteó “hacer lo que se hace en muchos lados, donde el Ministerio del Interior reprime, pero el resto trabaja para hacer que esos barrios dominados por los mafiosos vuelvan a ser de los vecinos”.
En educación, Martínez llamó a “lograr que el 100% de los que salen de la escuela termine Secundaria y que un porcentaje importante siga hacia una carrera universitaria y la termine”.
En su apelación a la mística partidaria, dijo que “ser frenteamplista significa tener el alma limpia” y que no se es de izquierda si no se es “intransigente” con las faltas éticas, si no se es “austero” y si no se es “solidario”. También despertó algunas risas del público al comentar que “cada vez que uno prende el televisor se enfrenta a un país que está todo horrible” –“es lo que dice Tabaré”, asintió una veterana en la platea– y cuando manifestó que “hay que ser jodido para dedicar tiempo y plata para insultar en las redes”.
Los conocidos versos de Mauricio Rosencof fueron un cierre a tono de una noche con apelaciones a la memoria. "Por los chiquitos que faltan, por los chiquitos que vienen. Uruguayos…¡Nunca más!".
