"Buenos días, soy Guillermo Montenegro, el embajador de Argentina”. Así se presentó el diplomático número uno de la vecina orilla en Uruguay en la mañana de ayer, cuando levantó la mano al término del primer panel de la conferencia Cuentas Claras: gobernabilidad para el crecimiento con equidad en
América Latina y el Caribe, organizado por el
Banco Mundial. En el estrado lo escuchaban el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori; el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de
Argentina, Alfonso Prat-Gay; y el ministro de Hacienda de Paraguay, Santiago Peña.
Montenegro mencionó su pasado desempeñándose en el ámbito de la Justicia Federal argentina, y comentó que por eso su pregunta tenía que ver “más que nada con relación a la investigación de hechos de corrupción”.
En concreto, y en el entendido de que se trata de un delito “transnacional”, interrogó acerca de la opinión de los secretarios de Estado acerca de la “necesidad” de crear una corte interamericana y para el Caribe que tenga como cometido la lucha contra el crimen organizado.
“Yo sé la opinión del presidente Macri”, sostuvo el embajador desde su mesa.
Se trataría de un organismo “que no solamente tenga una capacidad de recomendación sino directamente una capacidad de investigación y de sanción”, explicó.
Esto, continuó el representante argentino, “teniendo en cuenta que la corrupción no tiene fronteras y el hecho de que los tratados internacionales muchas veces en lo que tienen que ver con investigaciones cercenan la posibilidad de celeridad y eso hace que no tenga una respuesta rápida a la lucha contra la corrupción”.
Respuesta ministerial
Cuando llegó la hora de responder, cada uno de los tres ministros que habían oído el planteo de Montenegro desde unos metros de distancia manifestaron su visión a favor del surgimimiento de un agente de estas características.
Astori fue el primero en señalar que compartía “en forma total” la propuesta de crear un organismo con las características descriptas por el embajador argentino.
“Estamos enfrentando precisamente una tendencia internacional a la expansión a este nivel de delitos muy importantes que tienen que ver con la corrupción, y menciono especialmente el lavado de activos y por supuesto su vinculación con el crimen organizado y el terrorismo”, sostuvo.
“No bastan las normas nacionales al respecto, porque el poder de esa corrupción no es nacional, es internacional”, añadió.
A su turno, Prat-Gay indicó que debido a la “trazabilidad” y “transnacionalidad” de este tipo de ilícitos “siempre es bueno tener la presión de pares en un grupo que nos permita hacer las cosas bien, y que si no las hacemos bien, que aquellos que sufren que no hacemos las cosas bien tengan un lugar al cual recurrir”.
A su salida de la conferencia, el ministro de Hacienda argentino añadió sobre este punto que todavía resta que se cumplan leyes ya existentes sobre esta materia.
“Somos muy conscientes de que el narcotráfico siempre encuentra la manera de escabullirse, de esconderse, y por eso hace falta un esfuerzo mancomunado de los distintos gobiernos de la región, porque el narcotráfico, el terrorismo, son delitos transnacionales”, se explayó.
Se trata de un tema, agregó Prat-Gay, que está en la agenda de todos los foros del Mercosur, de la región y otros ámbitos, como el G20.
El ministro Peña, en tanto, apuntó que las organizaciones criminales buscan qué jurisdicción posee un “ambiente más relajado” para instalarse allí. “Y ahí tenemos que entender que estos grandes delitos son delitos transnacionales”, concluyó.