Puja por fondos oficiales en el agro brasileño

En el primer mes y medio del gobierno de Jair Bolsonaro se suman los cruces entre los planes de recorte de gastos y liberalización de mercados del Ministerio de Economía con las políticas de apoyo sectorial y proteccionismo del Ministerio de Agricultura.

Por ahora son diferencias que no llegaron a mayores y que, en algún momento, tendrán que se arbitradas por Bolsonaro.

Semanas atrás el Ministerio de Economia dispuso que no se cobraran después de 18 años las tarifas antidumping a las importaciones de leche en polvo de la Unión Europea y Nueva Zelanda.

La titular de Agricultura, Tereza Cristina Correa, respondió y logró que se subiera la actual tasa de 28% del Arancel Externo Común sobre esas importaciones para compensar la eliminación de la tarifa antidumping.

En tanto, desde el equipo económico se propuso dentro de la reforma previsional el fin de la exoneración de aportes a la seguridad social sobre las exportaciones agrícolas.  Se estima que esta exención tiene un costo anual de R$ 7.000 millones (US$ 1,891 millones).

La medida tiene la resistencia del Ministerio de Agricultura, que considera que el sector no puede perder recursos sin una evaluación amplia sobre su impacto. Ya las alertas están en Agricultura ante la pretensión de Economía de reducir los subsidios al sector.

La semana pasada la cartera de Agricultura redobló su apuesta al proponer que en 2020 se pueda duplicar el presupuesto para el subsidio de los seguros agrícolas. El secretario de Política del Ministerio de Agricultura, Eduardo Sampaio, indicó que de R$ 440 millones (US$ 119 millones) este año se pretender ir a R$ 1.000 millones (US$ 270 millones) en 2020.

El valor actual del subsidio para el seguro agrícola da para cubrir cerca de 6,8 millones de hectáreas, menos del 10% del área total planta en Brasil. La propuesta deberá pasar ahora por el filtro tanto del Ministerio de Economía como del Banco Central, que están en plena tarea de reducir el rojo en las cuentas públicas.