La Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU) y el Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), están de acuerdo con ofrecer información al consumidor sobre el precio de venta de los productos por unidad de medida, pero tienen algunos reparos sobre cómo instrumentarlo en la práctica.
El proyecto de ley que promueve el diputado del Frente Amplio, Gustavo Olmos, es que el precio por kilo, litro o metraje esté obligatoriamente en la etiqueta que se pone en la góndola, independientemente de las presentaciones que haya a la venta, y así el consumidor pueda ver cuál es la opción más conveniente.
El representante de ASU, Daniel Menéndez, explicó en la Comisión de Industria de Diputados que la gremial está de acuerdo con la “filosofía” del proyecto, pero que se debe ver la forma de buscar más tecnología para “no usar tantos papeles” en las góndolas, que de por sí ya tienen espacio limitado.
A modo de ejemplo, dijo que si a la etiqueta que hoy está en la góndola se le agrega el precio por unidad de venta “queda tan chico” que si está en la tercera góndola “mucha gente no la va a poder leer”.
Desde su punto de vista, una alternativa en las grandes superficies podría ser mediante la aplicación de tecnología para que el consumidor pueda comparar los precios. Esa solución sería “más sencilla” de aplicar que cambiar 30 mil etiquetas, alertó.
“Es algo que actualmente existe, ya que en la punta de góndola hay lectores de códigos de barras que dicen el precio. Se puede incrementar la cantidad de lectores para que la gente no tenga problemas, y se puede poner dentro de la pantalla, que es grande, la comparación de precios entre uno y otro producto”, afirmó Menéndez, según la versión taquigráfica de la comisión.
En tanto, la delegación de Cambadu trasmitió que desde la gremial “siempre” se ha promovido y considerado “importante la información clara” para el consumidor, tanto a nivel de precios, como en etiquetado, pero que “cierto nivel de detalle” como el que plantea el proyecto “es extremadamente engorroso” y “costoso” para llevarlo a cabo en los locales comerciales.
A modo de ejemplo, se utilizó el caso de los refrescos que se comercializan en distintas presentaciones y a veces mediante promociones. “Tenemos las promociones, por ejemplo, dos botellas de 2,25 litros a determinado precio. Entonces, en ese caso, la unidad de medida sería otra: los 100 mililitros pasan a costar distinto cuando hay una promo”, afirmó el integrante de Cambadu, Adrián Cabrera.
“Hay otros artículos en los que hay que considerar los metros. Por ejemplo, en el papel higiénico, tenemos en cuenta los metros. ¿Y el doble hoja? ¿La calidad? El atributo fundamental en determinado artículos, claramente, no es la medida, sino la calidad del producto. Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a hablar de la unidad de medida cuando, de repente, lo que importa es el gramaje del papel, si es doble hoja, si es un papel de lija -perdónenme- o un papel de otra calidad?”, se preguntó.
Por su parte, la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), planteó que comparte “la razón de ser” del proyecto, pero aclaró que para los comercios chicos implicaría más personal o más horas hombre que sumaría a los costos. La gremial apunto “a la brecha” que se está formando entre las grandes superficies y el pequeño comercio.
“La pyme tiene ese problema: cada vez que se le pone una regulación nueva, si la quiere cumplir, tiene que usar más horas hombre o más recursos. Este proyecto está bien, la base está buena y va en concordancia con lo que está pasando en Europa y en Estados Unidos. Es bueno que uno tenga una compra informada sobre el producto, eso es indudable. Ahora, ¿qué pasa? Si nosotros le agregamos más costos, le agregamos más trabas, lo que va a pasar es: o el comercio pequeño se va a la informalidad, o no va a respetar la ley”, afirmó el representante de CEDU, Oscar Vargas.
“Y, después, el tipo de precios es algo muy importante. ¿Qué pasa cuando un producto, por ejemplo, un vaso, sale $ 5, pero con tarjeta vale $ 3, con la tarjeta Oca vale $ 2,5 y, después, contado, efectivo, tiene un descuento extra? ¿Cuál precio hay que poner? La ley debería especificar mejor cómo poner esos precios”, añadió Vargas.
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