Calle 20 de Punta del Este, Maldonado

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Rebajas en la Calle 20 y La Barra: el "boom" de los fines de semanas y la nostalgia por argentinos

Punta del Este cambió sus hábitos de verano y empresarios extrañan “turismo de elite”; avizoran “el invierno más largo de la historia”
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16 de enero de 2021 a las 05:01

Es un jueves de la primera quincena de enero, está por atardecer y el movimiento de autos en el puerto de Punta del Este es continuo. Avanzan lento, pero avanzan sin los embotellamientos propios de los últimos veranos en esta ciudad. Algunos dejan la rambla y doblan en la calle 20, que en 2021 tiene mucho más de Remanso –su nombre real– que de Fashion Road –su nombre glamoroso–.

Al comienzo de la primera cuadra hay un local vacío para alquilar, con los vidrios sucios y grafiteados. En la vidriera hay un adhesivo que recuerda algún descuento del 30% y, adentro, cortinas que tapan espejos –seguro fueron probadores– y un mostrador negro –seguro fue una caja–.

Por momentos los autos se aglomeran, hacen ruido y parecen muchos. Serían muchos en otro contexto, pero nunca un 14 de enero en un centro comercial  de Punta del Este. Faltan autos porque falta gente, porque faltan los que más gastan, los que extrañan los comerciantes. Los extranjeros.

Otros veranos sería imposible avanzar, los locales estarían llenos, habría problemas para encontrar estacionamiento. “No se podría salir de Punta del Este”, resume Carolina Algaré, encargada de la casa de  decoración Kallalith y del café Papirosen, de dueños argentinos. En la calle 20 los comercios apuestan al turista extranjero antes que al nacional, explica Algaré, por “el nivel de lo que se presenta al cliente” y por las marcas “exclusivas” que ofrecen.

Calle 20 de Punta del Este, Maldonado

Algaré trabaja hace 12 años para la misma marca y cuenta que hace tres temporadas comenzó a sentirse la baja en las ventas, pero en 2021 la caída fue abrupta.

El turista es otro: hay menos argentinos y los brasileños se ven “muy poquito”, estima Verónica Castro, la encargada de Fifth Ave, donde trabaja hace 11 años. En este 2021 se encontró con un “nuevo público”: “La mayoría de esa gente que viaja a otro lugar en esta época y ahora tuvo que quedarse. Están descubriendo el local”. Pero las ventas bajaron.

La mayoría de los clientes llegan los fines de semana, cuando hay un “boom” que entre semana se desinfla, explica Castro. “El movimiento que hay en Punta del Este es el de un fin de semana largo de invierno, y un poco más”, compara.

Esta es la segunda temporada que Joaquín Gómez trabaja en Tascani y se sorprende con los lugares libres que hay en la calle: en el verano anterior era imposible estacionar a mediodía y ahora cada conductor se puede tomar su tiempo para acomodar el vehículo. Las ventas en el local, cuenta, muestran números “irreales”. El 31 de diciembre es el día que más se vende, pero el último día de 2020 no se vendió “nada” y las compras bajaron a la mitad.

Versace Jeans ofrece 60% de descuento, pero martes, miércoles y jueves está cerrado; y Á la plage invita –en un pegotín con el logo del Ministerio de Turismo– a ahorrar 14,4% porque son un “shop tax free”. La Compañía del Oriente está vacía y ofrece una sale final: todo con doble IVA off, y afuera, en un pizarrón negro, dice que está abierto (open, aclara) con 70% off.

Los off se repiten por las vidrieras. Sale Up to 50%, se ofrece en Carmen Steffens;  20%, 30%, 50% y 70% de descuento en Perramus y 40% menos en Undici. “We are on sale”, llama Daniel Cassin, pero cierra a las 9 de la noche.

Pecarí es la excepción que confirma la regla. Carmela, la encargada, cuenta que los uruguayos –en especial los que  volvieron del exterior– salen más y que se concreta más la compra aunque haya menos gente caminando por las calles. “Cliente que entra, cliente que compra. Ahí ves que la temporada está siendo buena para nosotros”, se explica.

Es fácil contar cuántas personas hay en una cuadra y en la que está el local de Pecarí no llegan a 10. Las luces de La Pasiva están apagadas y una hoja A4 pegada en la puerta con cinta adhesiva anuncia que el viernes sí estarán abiertos. “Los esperamos”, dice debajo. El hotel El Remanso tiene todas las habitaciones oscuras salvo dos. En la recepción está todo prendido. Solo está el recepcionista.

Número mágico

El presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado, José Pereyra, se apoya en los hábitos de consumos de los uruguayos para explicar la mala temporada. Punta del Este atiende “un turismo de elite”, dice, que gasta más que los uruguayos. “El turista local no tiene eso de gastar sin remordimiento”, se explaya.

Hay comercios de Punta del Este cuyas ventas bajaron un 80%, pero todo depende del rubro en el que se desempeñen. En las “grandes superficies” –los supermercados– la pérdida está en el entorno del 40% y el 60%. Si la baja fue de un 40% hay que festejar: es el “número mágico” y es casi “un éxito”.

Pereyra ratifica que los fines de semana “hay movimiento”, aunque siempre hay lugares en los que “no hay nadie”. “Hoy abrir es un canto de amor a la patria. El mejor resultado es empatar”, destaca.

La crisis de los comercios impacta directamente en la pérdida de puestos laborales, lo que lleva al departamento de Maldonado a estar en “una situación muy mala”, como la define el delegado de la Federación Uruguay de Empleados del Comercio y los Servicios (Fuecys) César Teijón. “Es la peor de los últimos 25 años”, amplía.

Hubo una “merma importante” en la cantidad de trabajadores de la temporada, pero todavía no se conocen los números oficiales del descenso de empleados que debe informar el Banco de Previsión Social (BPS).

Teijón arriesga que se tomaron entre 20% y 25% menos de trabajadores y “muchos” contratos terminan el último día de enero. El sindicalista remarca un problema que se va a arrastrar durante el año: el de los estudiantes. Es habitual el trabajo zafral de los jóvenes para solventar los gastos de los estudios universitarios durante el año y en este invierno “no van a contar con esos ingresos”.

Uruguayo “haciendo vidriera”

En Indianstyle la apuesta es a que los uruguayos “encuentren oportunidades”. Este local de ropa, en la avenida principal de La Barra, suma promociones para convencer a los uruguayos: hay dos por uno, hay 50% de descuento. En la entrada, una hoja rosada promociona que el precio mínimo de venta es US$ 20. Antes era US$ 40.

La única trabajadora del local, Victoria Furtado, dice que al uruguayo se lo vio poco dentro del local y, en general, se lo encontraba “haciendo vidriera” y no se “animaban a entrar”. Pero “los pocos que entraron, compraron”, celebra.

La Barra de Maldonado

El uruguayo entra a los locales “buscando las ofertas”, a diferencia del argentino, que “compra lo que sea porque le gusta”, describe Furtado. Por eso es que los precios tuvieron que cambiar y empezaron a bajar: el comienzo de la temporada 2021 eran los valores de la liquidación de 2020, pero no alcanzaba. Había que buscar más ofertas.

“Hay que ingeniárselas para las promociones y buscar una buena cartelería porque ya no llama (la atención) la vidriera como llamaba antes sino una cartelería que apunte a que tenés muy buenos precios”, comenta.

Es el tercer año que Furtado trabaja en este local de La Barra y, si los compara, el éxito fue de más a menos. En 2019, tenía dos compañeras; en 2020, una; ahora está sola.

En 20 metros, hay cinco locales que tienen los restos de lo que en algún momento fue Monaqueda, Meat & Bar, Cardan Carboa, illy, Marina y un comercio de surf. Ahora solo están pegados (o despegándose) los nombres en la vidriera.

A solo una cuadra del mar y con vista al Océano Atlántico, estos espacios están vacíos (solo con algún objeto que quedó perdido) y, en su entrada hay las tablas levantadas, un cartel con promociones despintado y yuyos creciendo, como si fuera un espacio abandonado.

Algunos locales de La Barra no fueron alquilados para esta temporada

En el shopping OH! La Barra las ventas bajaron un 50% en un año, según los datos de Javier Stolvisky, el director del centro comercial, quien asegura que nuevas marcas internacionales llegaron al lugar pese a estar en el “peor momento”.

El movimiento de autos en el mediodía del viernes también es continuo, pero, como en la Calle 20, que se puedan encontrar lugares para estacionar es una muestra de lo que todos repiten: faltan extranjeros.

La zafra, entonces, "viene mal”, concluye Pereyra, pero en realidad duda de si a este verano se lo puede llamar temporada. Para él no lo es y encuentra una definición mejor: “Lo que vamos a tener en Punta del Este es el invierno más largo de la historia”.

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