Mundo > 58 días para la votación

Recta final y feroz en EEUU: Biden en ventaja y Trump acorta distancias en estados clave

El aspírante demócrata tiene una ventaja más sólida que Hillary Clinton en 2016 pero el mandatario buscará remontar en los estados péndulo
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08 de septiembre de 2020 a las 05:01

A 58 días para las elecciones de Estados Unidos  —después de este festivo del 7 de setiembre en que se celebra el Labor Day (Día del Trabajo), que marca el tradicional inicio de la campaña de otoño— la carrera por la Casa Blanca presenta a Joe Biden adelante por 7.1 puntos en el promedio de encuestas de Real Clear Politics (RCP), pero se avizoran días intensos y un ataque "feroz" del presidente Donald Trump, según señaló The New York Times.

No hay un "lógico" ganador; ni tampoco un favorito. Biden tendrá que defender la ventaja con la que cuenta en la fotografía de este día, y el que va por la reelección está intentando —como hace cuatro años— una remontada, en el marco de una atípica campaña marcada hasta ahora por las limitaciones impuestas por la pandemia.

The New York Times indicó que desde 1992 ningún presidente llegó al fin de semana del Día del Trabajo como un claro perdedor, como fue el caso de George Bush, que caería vencido en su intento de continuar en la Casa Blanca ante Bill Clinton. Sus sucesores, Clinton, su hijo George W. Bush y Barack Obama, que iban ganando para esta fecha, terminaron alcanzando la reelección.

¿Los imitará Trump o correrá la suerte de Bush padre? Los republicanos tienen esperanzas en la reedición de la victoria contra pronóstico de 2016, algo que en el bando demócrata no olvidan e, incluso, temen.

Pero, ¿podrá vencer Trump a pesar de los más de 180 mil muertos por la pandemia (a la cabeza de un ranking mundial indeseable), de la caída de economía y de las protestas raciales que desde mayo, con la muerte de George Floyd, dividen y encolerizan a Estados Unidos?

La ventaja de Biden parece más sólida que la de Hillary Clinton para esta fecha. La candidata demócrata, primera mujer en aspirar a la presidencia de los Estados Unidos por alguno de los dos partidos principales, tenía una ventaja de 2.1 puntos en el promedio de las encuestas nacionales, pero en franca caída desde el 10 de agosto de 2016 cuando la distancia a su favor era de 7.3%.

Biden, como se apuntó al principio, promedia 7,1% por ciento por encima de Trump— cinco puntos más que la señora Clinton— pero el 26 de julio pasado, según RCP, la ventaja promedio era de 9.3%.

El presidente contraataca y acorta la distancia es el dato que arrojan las mediciones en el inicio de esta recta final, que ha obligado también a Biden a un mayor activismo electoral, junto con su pareja de fórmula, la senadora Kamala Harris, la primera mujer negra que aspira a la vicepresidencia de Estados Unidos, enviando un claro mensaje con su designación hacia la minoría afroamericana en busca de un respaldo efectivo a los demócratas. Más allá del foco nacional, la campaña se libra por parcelas, por segmentaciones, por grupos etarios, por ubicación geográfica o por estudios.

Como Clinton, Biden tiene la primera opción de ganar el voto popular, es decir, de tener más votos que Trump, algo que los republicanos aceptan a dos meses de la elección. Pero, aunque suene paradójico, la presidencia no la gana necesariamente el que obtiene mayor caudal electoral, sino el que obtiene la mitad más uno de los delegados al Colegio Electoral: 270 de 538. Y cada Estado de la unión americana tiene un número variable asignado de delegados 

En lugar de una sola elección, se trata de medio centenar de elecciones. En la mayoría de los estados, el que gana la elección, así sea por muy exigua diferencia, se lleva todos los delegados. 

Real Clear Politics divide el inmenso mapa de su país con los tradicionales colores rojo (Republicano: ¿no debería ser al revés?) y azul (demócratas), pintando estados sólidos para unos y otros (California, con sus 55 delegados, y Nueva York, 29, en azul intenso) y una franja roja en el centro, medio oeste y sur de rojo muy rojo, con más de una decena de estados, que compensan parcialmente la ventaja demócrata. Y luego en degradaciones los que se inclinan más hacia uno y otro partido, hasta esos grises donde se vislumbran arduas batallas.

La clave está en un grupo de estados identificados como swing state, o bisagras, o péndulo que cambian de una elección a la otra y pueden inclinar la elección, en virtud de los contrapesos que ambas agrupaciones políticas se reparten en otras comunidades.

En 2016, Hillary Clinton para esta fecha estaba adelante en seis de esos estados clave: Wisconsin (4.4% arriba), Michigan (7,6%), Ohio (1,5%); Pensilvania (6 %); Florida (2.7%), Carolina del Norte (0.6%). Y en todos terminó perdiendo con Trump. Biden también se está imponiendo en esas localidades, donde Obama ganó en cinco de de ellas en 2012: solo perdió en Carolina del Norte.

Perder allí le costó a Clinton la victoria final. La ventaja promedio de Biden en esos seis estados más Arizona, donde el demócrata va adelante también, es de 3.2%. Para el 28 de julio era de 6.3%.

Batallas clave

En esta fase decisiva de la campaña, las baterías apuntan a esos estados, en los cuales el festivo del Labor Day no detuvo la campaña: Biden estuvo en  Pennsilvania, su estado natal, reunido con dirigentes sindicales; Kamala Harris fue a Wisconsin, que la semana pasada visitaron tanto Trump como Biden, a raíz de las protestas por el incidente en el que varios policías dispararon a quemarropa contra Jacob Blake, un hombre negro. En 2016, la participación electoral de los afroestadounidenses en Wisconsin se desplomó y Trump se impuso por 0.7%

El vicepresidente Mike Pence también viajó a Wisconsin y el presidente anunció una conferencia de prensa para hablar de la mejora económica, uno de los puntos en los cuales centrará su campaña en la medida que los datos de empleo y de mayor dinamismo económico le sigan reportando beneficios.

Dos exgobernadores republicanos citados por The New York Times, Tim Pawlenty de Minnesota y Scott Walker de Wisconsin, admitieron que Biden había entrado en otoño con ligeras ventajas en sus estados, pero que la carrera podría cambiar fácilmente.

"¿Puede Trump recuperar a algunos de esos votantes en el segundo y tercer anillo de suburbios?", se preguntó Pawlenty, al señalar que  la gente está inquieta por la violencia de las protestas raciales.

Walker, por su parte, dijo que las esperanzas de Trump en Wisconsin dependen cada vez más de los tres debates presidenciales, que "tendrán un impacto si preocupa a los votantes por Biden".

Biden, que abandonó el sótano de su residencia en Wilgminton, Delaware, donde pasó la mayor parte del confinamiento, estará el miércoles en Michigan, y en paralelo su campaña está gastando cada vez más recursos en anuncios para refutar los ataques de Trump sobre la ley y el orden, el otro gran eje de la campaña.

The New York Times señaló que el candidato demócrata recaudó una suma récord de US$ 365 millones en agosto y puede ser ahora más agresivo y constante en sus mensajes de campaña, mientras según el diario neoyorquino la campaña de Trump gastó enormes sumas en anuncios televisivos y digitales a principios de año sin efectos perceptibles.

Bill Stepian, el director de campaña del presidente, está adoptando un enfoque más cauteloso, y surgen dudas sobre cuánto efectivo dispone la campaña a la reelección.

Los asesores de campaña de Trump sostienen que sus encuestas privadas son más alentadoras que las públicas. Pero si bien el giro de Trump hacia un estridente mensaje de ley y orden lo ha ayudado a consolidar el apoyo conservador, su retórica sobre los disturbios en un puñado de ciudades no parece haber influido en los moderados, dijeron estrategas de ambos partidos, según The New York Times.

El diario indicó que Liesl Hickey, un estratega republicano que ha realizado una extensa investigación sobre los votantes suburbanos, dijo que la pandemia sigue siendo su principal preocupación.“Sus vidas todavía están perturbadas. Las escuelas están cerradas; los negocios están cerrados ", expresó.

El coronavirus, su impacto, el manejo de la crisis, será el gran protagonista de la campaña, si los demócratas tienen la habilidad y claridad para colocar el tema en el centro del debate, el cual puede inclinar la balanza en estados como Florida y Arizona, que votaron por el presidente en 2016,  pero que ahora han sido fuertemente afectados por la pandemia. 

A dos meses, con la marca de la incertidumbre de estos tiempos, la elección de Estados Unidos ofrecerá un escenario de confrontación que, es posible, no concluya el 3 de noviembre.

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