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Relojería de alta gama busca educar a clientes uruguayos
Crecen las marcas de relojes de lujo que tienen representación en el ámbito local; empresas uruguayas buscan convencer a clientes sobre las ventajas de comprarlos en el país
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12 de agosto de 2015 a las 05:00
Cada vez son más las marcas de relojería de alta gama que cuentan con representación local, y las empresas uruguayas hacen grandes esfuerzos para atraer a clientes acostumbrados a comprar en el exterior y a turistas que vienen de visita.
El dueño de la exclusiva relojería Chronos, ubicada sobre la avenida Luis Alberto de Herrera, Fernando Stolovas, dijo a Café & Negocios que vieron la necesidad de traer las grandes marcas a Uruguay donde, por una cuestión de escala, no llegaban.
"Nosotros sabemos que hay clientes potenciales en Uruguay y hay uruguayos que compran en EEUU y Europa. Nuestro objetivo principal es que puedan hacerlo en Uruguay con las mismas condiciones que en cualquier parte del mundo, con la misma preparación y atención. Que tengan oportunidad de acceso sin tener que viajar", señaló el director de la relojería representante exclusiva de Dior, Cartier, Chanel, Audemars Piguet, IWC Schaffhausen, Panerai, Jaeguer- Lecoultre, Mont Blanc, Ulysse Nardin, y varias marcas más.
Para Stolovas, que es argentino, Uruguay es uno de los mercados más estables y con mayor crecimiento de Latinoamérica. "Las clases medias y altas pasaron a tener mejores niveles de vida y buenos autos. Saben que tener un auto alemán es importante. Y si tengo un auto de alta gama no puedo tener un reloj de plástico de US$ 100 en la muñeca. Si vos tenés el dinero, nosotros tenemos que darte la educación para que sepas que hay todo un universo que forma parte del lujo", señaló el empresario.
Por otro lado, para la directora de la región de la marca IWC Schaffhausen, Stephanie Aubry, es evidente que tiene que haber una sensibilidad por las piezas de relojería, pero una vez la persona adquiere el gusto es necesario educarla para que sepa qué comprar. "Más allá del diseño exterior del reloj, lo que importa es la maquinaria", explicó. "El primer reloj que se compra es para saber la hora, pero luego el cliente se enamora, se genera una relación de amor", concluyó Aubry para quien cada reloj es "una obra de arte".
En cuanto a la diferencia de comprarlos en Uruguay y no en el exterior, tanto Muñoz como los demás consultados señalan el tema del respaldo y del precio, que es internacional. "Acá tienen garantía extra. La gente que tiene el dinero para comprarse este tipo de relojes busca comodidad y seguridad", explicó Muñoz.
El dueño de la exclusiva relojería Chronos, ubicada sobre la avenida Luis Alberto de Herrera, Fernando Stolovas, dijo a Café & Negocios que vieron la necesidad de traer las grandes marcas a Uruguay donde, por una cuestión de escala, no llegaban.
"Nosotros sabemos que hay clientes potenciales en Uruguay y hay uruguayos que compran en EEUU y Europa. Nuestro objetivo principal es que puedan hacerlo en Uruguay con las mismas condiciones que en cualquier parte del mundo, con la misma preparación y atención. Que tengan oportunidad de acceso sin tener que viajar", señaló el director de la relojería representante exclusiva de Dior, Cartier, Chanel, Audemars Piguet, IWC Schaffhausen, Panerai, Jaeguer- Lecoultre, Mont Blanc, Ulysse Nardin, y varias marcas más.
Para Stolovas, que es argentino, Uruguay es uno de los mercados más estables y con mayor crecimiento de Latinoamérica. "Las clases medias y altas pasaron a tener mejores niveles de vida y buenos autos. Saben que tener un auto alemán es importante. Y si tengo un auto de alta gama no puedo tener un reloj de plástico de US$ 100 en la muñeca. Si vos tenés el dinero, nosotros tenemos que darte la educación para que sepas que hay todo un universo que forma parte del lujo", señaló el empresario.
Por otro lado, para la directora de la región de la marca IWC Schaffhausen, Stephanie Aubry, es evidente que tiene que haber una sensibilidad por las piezas de relojería, pero una vez la persona adquiere el gusto es necesario educarla para que sepa qué comprar. "Más allá del diseño exterior del reloj, lo que importa es la maquinaria", explicó. "El primer reloj que se compra es para saber la hora, pero luego el cliente se enamora, se genera una relación de amor", concluyó Aubry para quien cada reloj es "una obra de arte".
El lujo y la exclusividad
El precio de un reloj de "alta gama" varía según la marca y los requerimientos del cliente. Un reloj de la marca Rolex, por ejemplo, cuya representación oficial la tiene Laffitte Joyeros, puede costar como base US$ 6.000. De ese monto para arriba, dependiendo de los accesorios que el cliente quiera, pero no hay un límite. Según Stolovas, de Chronos, los clientes comienzan por un reloj de este monto y el segundo que adquieren generalmente está entre los US$ 15.000 y US$ 20.000. "El lujo es algo que depende de lo exclusivo, de la dificultad para producir este tipo de relojes. El precio es una consecuencia de la dificultad que hay para fabricarlos. No necesariamente un reloj de oro es más caro que uno de acero, no pasa por el material del cual están hechos sino por las horas hombre que hay detrás de la fabricación", apuntó.La ventaja del respaldo
Para la gerente general de Laffitte Joyeros, Lola Muñoz, el cliente ha variado con los años "porque la plata cambió de manos". "Antes era más de una elite, se transmitía de generación en generación, hoy lo compra cualquiera que tenga plata, desde ejecutivos a deportistas", señaló.En cuanto a la diferencia de comprarlos en Uruguay y no en el exterior, tanto Muñoz como los demás consultados señalan el tema del respaldo y del precio, que es internacional. "Acá tienen garantía extra. La gente que tiene el dinero para comprarse este tipo de relojes busca comodidad y seguridad", explicó Muñoz.
