Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA
El goleador de Depor Maldonado, al que se le frustró el pase por dinero y terminó en un quirófano
Setiembre de 2019. Rodrigo tenía un dolor en el alma. Luego de consagrarse campeón con la división Primavera de Pescara de Italia, el club le había comunicado con no tenía dinero para comprar su pase. Armó la valija y se vino con un nudo en la garganta.
Se fue a su Maldonado natal. A volver a empezar. Un buen día, para no quedar parado, pidió permiso para comenzar a entrenar con el plantel de su club, Deportivo Maldonado.
En un entrenamiento de fútbol la rodilla no respondió. La lesión de meniscos derivó en una intervención quirúrgica. Cuando estaba en pleno proceso de recuperación estalló la pandemia de covid-19 y el retorno se demoró más de lo previsto.
Lejos de bajar los brazos, Rodrigo Muniz sigue peleando por su sueño.
Con apenas cuatro años dio sus primeros pasos en una cancha de fútbol cuando sus padres lo llevaron a jugar a Nacional de Maldonado. Pero dos años después, cuando la familia se mudó a San Carlos, se fue a jugar al club Libertad donde hizo todo el baby.
Culminada la etapa del fútbol infantil su padre Rafael, que jugó en el Depor cuando el club brindó sus primeros pasos en el profesionalismo, lo llevó a las formativas.
Con apenas 15 recibió una noticia que le movió el piso. Alejandro Garay, entrenador de la selección sub 17 de Uruguay, lo convocaba a una preselección. Daba ventaja de edad, pero se mostró.
A mediados de junio de 2018 su representa Pablo Boselli llamó a sus padres para informarles de la novedad: “Hay posibilidades de que Rodri viaje a Italia”.
Los padres no le dijeron nada. Se guardaron el mejor secreto durante un mes. “Hasta que semanas después me contaron que iba a Pescara”, expresó el jugador en diálogo con Referí.
La familia entendió que no podía dejar ir solo al chico y se embarcaron en la aventura. “Mis padres dejaron todo y me acompañaron. Mi madre trabaja durante el verano en un hotel en Punta del Este y mi padre tenía una empresa de construcción”, reveló Rodrigo.
Y en un abrir y cerrar de ojos cambió la vida de Muniz.
“Pasé a vivir en un barrio que tenía un complejo de apartamentos a más o menos cinco kilómetros del centro de entrenamiento en una ciudad que se llama Montesilvano”, contó el jugador.
A la hora de ir a entrenar tuvo la suerte de que el ómnibus que disponía el club para llevar a los chicos que se quedaban en la residencia, pasaba por la esquina de su casa.
Al inicio fue complejo el tema del idioma, pero rápidamente le tomó la mano.
“Me cambió la vida porque es otro mundo, se juega de otra forma, se vive de otra forma. Las infraestructuras son muy diferentes a las de Uruguay. Las casas, los edificios, las rutas, todo es muy distinto. Es completamente diferente a lo que estamos acostumbrados. Pero lo que más me costó fue desde el punto futbolístico por el cambio de posición”, reconoció el delantero de Deportivo. Y explicó: “yo solía jugar de clásico 9 y allá jugaban 4-3-3 y me ponían de extremo. Me costó hasta que le agarré la mano desde el punto de vista táctico”.
El chico debutó contra Lazio en el equipo Primavera que jugaba en la Serie B. Unos días después anotó su primer gol por Coppa Italia.
Muniz se consagró terminó consagrando campeón con la Primavera de Pescara.
Ocurrió en abril de 2019 cuando vencieron 3-0 a Foggia y lograron el ascenso a Primavera 1. Muniz marcó uno de los goles.
Pero aquel mundo de los sueños se derrumbó. Cuando llegó el momento de poner el dinero para abonar la cláusula de compra, Pescara comunicó que no tenía dinero. Y Rodrigo se tuvo que volver.
La lesión
Muniz volvió a Maldonado. Se tuvo que reacomodar nuevamente a la rutina fernandina. A pesar de que perdió contacto con Pescara, en su mente mantuvo siempre la idea de regresar a Europa.
Pero en su vuelta ocurre lo inesperado. “Yo me vine con la idea de volver a Italia. Un día, para no quedarme parado, pedí para moverme en el Deportivo y en un entrenamiento con Primera, haciendo fútbol interno, me lesioné los meniscos”, expresó.
La recuperación demandó más tiempo del esperado. Porque en medio del viaje se sumó la paralización de todas las actividades por la pandemia.
“En total estuve parado cerca de un año porque la lesión me llevó bastante para recuperar y luego agarré la pandemia”, reconoció el jugador. A lo largo de ese período, el delantero se expresaba a través de su cuenta de Twitter con mensajes positivos: “Enfocado y trabajando en lo que quiero, las buenas no tardan en llegar”.
El 19 de agosto, Rodrigo Muniz volvió a la actividad oficial.
Su debut en Primera división ocurrió esa tarde en el Campus Domingo Burgueño en la victoria de Deportivo Maldonado 2-0 sobre Peñarol. Entró a los 69 minutos y a los 77 marcó el segundo y definitivo tanto.
Rodrigo expresó su sentimiento a través de las redes sociales.
“Después de más de un año puedo decir que volví, se hizo duro y muchos momentos no fueron lindos. ¡Toda lucha tiene su recompensa! Muy feliz, a disfrutar del momento pero sin bajar los brazos y seguir siempre hacia adelante que hay mucho por recorrer. Vamo' nosotros”.
“Esto fue como volver a vivir”, expresó en la charla con Referí. Y agregó: “sentir el cosquilleo que te da la previa de cada partido. Temor nunca tuve, estaba con la ansiedad propia del que quiere volver a jugar”.
El fin de semana Muniz jugó su segundo partido y volvió a marcar, esta vez ante Progreso.
Una frase de su cuenta de Twitter refleja su sentimiento: “Agradece mucho y aprecia lo que tienes hoy, porque no sabes si mañana lo tendrás…”.
