Santiago González señaló a ASSE por muerte de presa: "Se empastilló"

El jerarca de Interior le quitó responsabilidad a su cartera, y señaló que "habrá que ver qué hicieron bien y qué hicieron mal las personas entendidas del área de salud". En este sentido, afirmó que tanto Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) como el Ministerio del Interior están haciendo una investigación interna.

"No murió por hacinamiento", aseguró González.

"El Ministerio del Interior hace todo el tema de seguridad. Todo el tema de salud en general corre por cuenta de ASSE. La investigación determinará cómo pudo obtener esas pastillas, si alguien debió verla más seguido", continuó.

La mujer tenía 31 años y estaba alojada en el tercer piso, en el sector de prisión preventiva de reincidentes, según la información oficial.

"Hay que ver cuáles eran los problemas que tenía, hay distintas versiones", dijo el jerarca. "Tomó una cantidad de pastillas", sostuvo. Ella tomaba pastillas psiquiátricas que le daba ASSE. Parece que guardó algunas y consiguió otras", afirmó.

El hecho ocurrido en la Unidad 5, derivó en una protesta masiva de reclusas: quemaron de colchones, ropas y algunos mobiliarios y arrojaron elementos encendidos hacia el exterior por ventanas, informó la Dirección Nacional de Bomberos.

Fuentes penitenciarias habían dicho a El Observador que en la revisación primaria no se encontraron indicios de violencia.

La denuncia del comisionado parlamentario

Por su parte, el comisionado parlamentario penitenciario, Juan Miguel Petit, presentó una denuncia ante Fiscalía para que se investigue la causa de muerte. Según el texto al que accedió El Observador, la víctima solicitó atención médica el miércoles a la noche, y accedió a ella en el centro médico de ASSE que se encuentra en el edificio. Volvió a su alojamiento, donde cenó y se acostó a dormir.

De acuerdo los testimonios recogidos por la Oficina del Comisionado Parlamentario (OPP), en esa situación continuó hasta el viernes al mediodía. Una compañera intentó despertarla, pero descubrió que había fallecido, indica el escrito. 

La cárcel de mujeres aloja a 634 reclusas que reclaman mejor atención en salud, cuando su capacidad es de 390 cupos, indica la denuncia. "Los números son claros: la unidad está totalmente desbordada, lo que impide una correcta asistencia y una convivencia sana. A eso se suma que el edificio está en pésimas condiciones materiales, requiriendo un reciclaje total para poder funcionar de manera adecuada", añade.

La oficina indica en el escrito que, en base a planteos de las internas, coinciden en que es necesaria una "atención más rápida y completa, asistencia psicológica, orientación y asistencia para casos adicionales, mayor atención y seguimiento de salud mental, tratamiento odontológico, mejor coordinación con los servicios externos ya que hay demora en la realización de exámenes o intervenciones necesarias en hospitales".

Estos aspectos tienen que ser "estudiados muy seriamente", agrega.