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Schiappacasse, una carrera a toda velocidad y que aún no logró consolidar
Todo le sucedió muy rápido a Nicolás Schiappacasse. Nació en el Cordón hace 23 años, después su familia se mudó a un apartamento en la calle La Paz y luego a una casa cerca de la iglesia San Pancracio, antes de mudarse a Madrid a los 17 años.
Cuando empezó a jugar al fútbol era tan chico que no había categoría para su edad en el cuadro del barrio. A los seis años lo vieron jugando en una plaza del Paso Molino y lo invitaron a jugar en el Universal. En ese equipo de baby fútbol marcó 326 goles, contados por un amigo.
A los 10 años fue goleador de un mundialito Danone que se desarrolló en el Santiago Bernabeu del Real Madrid y a los 11 lo vieron jugando al fútbol en la playa y lo recomendaron a River Plate. En esa época era todo un sacrificio para sus padres Daniel -vendedor en una casa de repuestos- y Blanca -feriante- para llevarlo a los entrenamientos.
A los 12 años comenzó a representarlo Enrique Espert y a los 13 fue convocado a la selección sub 15 y luego a la sub 17, donde compartió con Federico Valverde.
Un día llegaron a Montevideo enviados del Atlético de Madrid para filmar a juveniles de Nacional en un partido contra River Plate, pero lo vieron a Schiappacasse y decidieron invertir 1,5 millones de euros en él. Tenía 15 años.
Viajó a Madrid, firmó un precontrato por cinco años, el club le regaló una camiseta personalizada con su sobrenombre "Chappa", y en su estadía en la capital española tuvo un guía de lujo: Diego Godín.
Después volvió para seguir jugando en River. Debutó en Primera división en 2015, con 16 años. Al quinto partido marcó su primer gol. Era una promesa del fútbol uruguayo. Medía 1,80 m de estatura, pero un estudio de proyección de altura que le hicieron a los 12, indicaba que iba a alcanzar 1,86 m.
En julio de 2016, con 17 años, Schiappacasse se unió al plantel de Atlético de Madrid en la pretemporada. Compartió asados con Josema Giménez, entrenó al lado del Niño Torres y se hizo amigo de Antoine Griezmann.
"Llegar al club fue lo más loco de mi vida porque de estar jugando a la play con el Niño Torres y verlo caminando al lado mío, o comer al lado de Godín, fueron cosas que no las podía creer. Al lado de esos monstruos aprendés muchas cosas, no solo en lo futbolístico, sino de vida", comentó a Referí en 2017.
Un año después salió a préstamo al Rayo Majadahonda de la segunda división española y continuó en Parma de Italia, Famalicao de Portugal y Sassuolo. En ninguno de los equipos logró consolidarse.
En 2017 fue campeón Sudamericano sub 20 y fue al Mundial de Corea, y en 2019 fue el goleador uruguayo en el Sudamericano sub 20 y luego participó en el Mundial de Polonia.
A principio de 2021 llegó cedido a Peñarol, pero apenas pudo disputar seis partidos, porque el 18 de mayo, frente a River Plate de Paraguay por la Sudamericana, se rompió los ligamentos.
En el inicio de 2022 tenía todo pronto para prolongar por seis meses su préstamo con Peñarol, pero este miércoles, mientras concurría en un auto a Maldonado para ver el clásico, fue detenido en la Interbalnearia portando un arma de fuego.
En diciembre pasado, el presidente Ignacio Ruglio, los técnicos y los jugadores de Peñarol fueron llamados a declarar en Fiscalía tras viralizarse videos de los festejos del campeonato, en los que entonaban canciones de violencia contra Nacional. Schiappacasse publicó en Instagram una foto en un ascensor junto a Pablo Ceppelini con el mensaje "declaranding".
Este jueves tiene que volver a hacerlo: declarar ante Fiscalía, pero tras un hecho mucho más grave.
