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Se hicieron amigos en Facultad de Ingeniería y 20 años después levantaron una inversión de US$ 5 millones en Silicon Valley

Un grupo de uruguayos crearon un asistente virtual que funciona por Whatsapp y está destinado a latinos
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31 de agosto de 2023 a las 05:01

A principios de los 2000 hablar de inteligencia artificial (IA) daba ideas diferentes a las que se tienen hoy. Con 23 años menos de desarrollo tecnológico no se pensaba en herramientas como el ChatGPT, pero sí se trabajaba con visión de futuro. En Uruguay, Nicolás Loeff, un joven estudiante de Ingeniería ya pensaba su carrera en torno a esa tecnología que iba más allá de la ciencia ficción que mostraban las películas.

En la Facultad de Ingeniería (Fing), de donde se graduó con un proyecto que buscaba detectar arritmias en señales de electrocardiogramas con la ayuda de la inteligencia artificial, conoció a Martín Alcalá, quien se convirtió en amigo, y más de dos décadas después en uno de los socios con quien consiguió una inversión de US$ 5 millones en Silicon Valley para desarrollar un asistente virtual para latinoamericanos llamado Zapia.

Nicolás era ayudante de Cátedra en la Fing en una clase que Martín cursaba, así se conocieron. Su gusto por la tecnología los llevó a ser amigos y a siempre prometer "tenemos que hacer algo juntos", algo que cumplieron mucho tiempo después. Luego de terminar su carrera, Nicolás ganó una beca Fulbright y en 2003 se fue a Estados Unidos a estudiar visión (cómo las computadoras entienden las imágenes).

De chico no sabía si quería ser médico o ingeniero, pero reflexionando sobre su pasado y su carrera, está convencido de que eligió el camino correcto, porque la tecnología lo ha llevado a saber un poco de todo.

De la salud a la bolsa de valores y el campo

Estando en Norteamérica el uruguayo aprendió que la IA le podía dar muchas oportunidades y hacerlo conocer diferentes ámbitos. Con esta tecnología trabajó en diferentes sectores, de detectar arritmias en la facultad pasó a trabajar en empresas que hacían transacciones en la bolsa de valores, haciendo "transacciones de alta frecuencia", es decir comprando y vendiendo acciones y a partir de eso tomando decisiones. En ese marco trabajó en la bolsa de valores de Tokio.

Tiempo después volvió a Uruguay, donde vivió cuatro años, y entre varios proyectos creó una empresa que con IA buscaba ayudar a productores rurales a mejorar el rendimiento de las cosechas tomando mejores decisiones, por ejemplo en el uso de fertilizantes. La iniciativa, llamada Agronóstico, lo llevó a trabajar mano a mano con ingenieros agrónomos, lo que hoy, mirando hacia atrás, valora mucho.

Luego le ofrecieron trabajar en IA y predicciones para Google, "que es como Disneylandia para los ingenieros", comentó, se mudó a California y se unió a la empresa.

"Algo que me encanta de la inteligencia artificial es que se puede aplicar casi a cualquier problema. Pasa mucho que aprendes de 80 mil cosas de temas fascinantes. Me encanta entrar en un tema del que no sé nada y hablar con expertos que me expliquen cómo funciona. Pasé por diferentes temas, pero en todos estaba la constante de que es un problema súper técnico donde hay datos con los que los expertos pueden tomar decisiones", destacó.

Un asistente en tu teléfono

Después de recorrida toda esa trayectoria profesional nació su nuevo emprendimiento, Brain Logic AI, startup que creó junto a Martín y los uruguayos Juan Pablo Pereira, Juan Olloniego, Pablo Rodríguez-Bocca y Guillermina Pena. Dentro de la empresa se gestó un programa que apunta a ser una solución para latinos y que se convirtió en un éxito para los emprendedores: Zapia.

Whatsapp es usado por la mayoría de las personas en Latinoamérica y es el espacio que se usa para pedir ayuda. ¿Necesitas un plomero? pides su contacto a tus amigos por Whatsapp, ¿buscas un restaurante? le pides a tu familia una recomendación. En esas necesidades los uruguayos vieron una oportunidad de negocio: un asistente virtual que conteste en el momento mediante un mensaje de texto, y que además pueda transcribir a texto mensajes de audio.

"La IA siempre fue un tema popular y excitante, pero en el último año pasó a ser un tema de conversación con taxistas, que era algo que nunca había pasado. Este año la gente está viendo cómo la tecnología afecta su vida, aunque lo venía haciendo hace muchísimo tiempo", comentó y explicó que todo lo que corre por detrás de Google y todos los servicios con los que se interactúa en un celular tienen IA. "Pero ahora está ahí, la gente lo ve, interactúa y se da cuenta que de lo que pasaba en las películas, de que el robot te hablara, finalmente está pasando", agregó.

Zapia funciona como un contacto de Whatsapp al que se le puede escribir con consultas, y que envía una respuesta al instante. La versión beta (de prueba) de Zapia ya está disponible para usar, y la idea de los emprendedores es que las personas "jueguen e interactúen" con la herramienta, para ir mejorándola cuando se encuentren errores o necesidades nuevas. Se puede probar en este enlace.

El plan de la startup es lanzar próximamente una app para IOS y Android con más funcionalidades que las que se pueden ofrecer por Whatsapp y con dos versiones, una para empresas y otra para clientes. Con eso buscan ofrecer, por ejemplo que sea posible agendar fecha en la peluquería o buscar y contratar a un electricista, a través de la app, sin la necesidad de buscar el contacto y llamar directamente. Si bien el modelo de negocios aún no está definido totalmente, se buscará ofrecer una propuesta para proveedores de servicios y para consumidores.

Inversión millonaria

Buscar quien capitalice el emprendimiento no fue algo sencillo, con una inversión inicial de los fundadores de la startup se empezó a desarrollar el proyecto y luego los emprendedores contactaron a diferentes fondos de inversiones en California.

Varios inversores les dijeron "me encanta la idea pero no invertimos en Latinoamérica" o "sigamos hablando que la idea está buena", recordó Loeff.

Tras visitar varios lugares, finalmente la firma que se interesó en el proyecto fue Factory HQ, una compañía de capital de riesgo e inversión que trabaja en Silicon Valley y está formada por expertos en IA de Stanford. En la compañía trabaja Diego Oppenheimer, uruguayo experto en tecnología, quien conoce Uruguay, Latinoamérica y las oportunidades que esta herramienta podía dar en el mercado, valoró Loeff.

Para él, cada vez más hay oportunidades de negocios en torno a la inteligencia artificial, porque esta "avanza a pasos agigantados, porque cada vez hay más datos y más capacidad de procesamiento", y porque esa tecnología "está dejando de ser buena solamente para resolver problemas específicos y está empezando a ser buena para resolver problemas genéricos", lo que presenta una buena oportunidad para resolver una enorme cantidad de problemas, reflexionó.

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