Se vota hoy en Cuba un nuevo Código de Familia que acepta el matrimonio igualitario

El texto, que la Asamblea Nacional (AN) aprobó en julio, fue impulsado por el presidente Miguel Díaz-Canel, quien hizo una “apuesta fuerte” por la aprobación, según la agencia AFP.

Para elaborar el nuevo código el parlamento debió trabajar sobre 25 iniciativas, cifra que revela el interés por la cuestión así como la fuerte oposición de la Iglesia católica.

Una voz clave en el proceso de elaboración del nuevo Código fue la de Mariela Castro, hija del ex presidente Raúl Castro, reconocida activista por los derechos civiles largamente restringidos en Cuba.

“El Código de las Familias es la esperanza de miles de personas marcadas por dolorosas historias de exclusión y silencio. Seres humanos que han sufrido y sufren los vacíos de nuestras leyes. El 25 de septiembre yo voto Sí. Por ellos y por Cuba”, escribió Díaz Canel en su cuenta de twitter.

A su vez, la sobrina de Fidel Castro, que es diputada y titular del Centro de Educación Sexual (Cenesex), definió al texto como “un salto revolucionario sin precedentes” que, admitió, no haber “imaginado nunca que se llegaría a este momento de la historia”,

Más de 8 millones los cubanos mayores de 16 años están habilitados para votar, de forma voluntaria y secreto, para validar por primera vez una ley en un referendo.

Se trata de una de las 70 normas jurídicas que debe actualizarse a partir de la nueva Constitución.

La isla ya tuvo otros tres referéndums, que se hicieron para aprobar o rechazar reformas constitucionales pero nunca antes para una ley, como en este caso.

“¿Está usted de acuerdo con el Código de las Familias?”, es la única pregunta de la consulta.

La normativa quedará refrendada si alcanza el voto mayoritario de las boletas válidas emitidas por los electores, es decir, el 50% más uno de las papeletas.

El proyecto del Código de las Familias, que puede sustituir al vigente de 1975, incluye la figura del matrimonio como unión de dos personas sin importar el sexo, uno de los puntos más cuestionados por la Iglesia.

También da la chance de adopción legal de hijos por parte de parejas homosexuales.

Legaliza además la posibilidad de prestar el vientre materno para que personas "unidas por vínculos familiares o afectivamente cercanos", incapacitadas de tener hijos, puedan formar una familia.

La norma incluye a "hombres solos o parejas de hombres", sin que medie "remuneración, dádiva u otro beneficio, salvo la obligación legal de dar alimentos en favor del concebido" y de compensar los gastos que se generen por el embarazo y el parto.

Este código también protege a sectores vulnerables de la sociedad como los discapacitados; define la violencia familiar sexual y de género, e introduce la posibilidad de que los menores estén bajo la responsabilidad de varios padres o de abuelos y parientes cercanos.

El nuevo texto hace un reconocimiento explícito al derecho al cuidado, amplía la protección a niñas, niños y adolescentes, refuerza la tutela urgente ante la discriminación y la violencia, y extiende la posibilidad de denuncia sobre hechos de esa naturaleza.

Además, perfila normas de contenido personal del ejercicio de la responsabilidad parental y dispone la revisión de todos los expedientes de declaración de incapacidad, así como las tutelas de las personas mayores de edad constituidas al amparo del Código de Familia vigente hasta ahora.

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba criticó este mes la llamada "ideología de género", que, para la Iglesia, sustenta muchos preceptos contenidos en la nueva legislación, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la gestación subrogada y la posibilidad de que los menores puedan iniciar un proceso clínico para cambiar de sexo.

"Todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño a tener un papá y una mamá. No es ético que se reconozca como adecuada la llamada 'gestación solidaria', en la que una mujer que lleve en su vientre durante nueve meses una criatura la deba entregar inmediatamente después del parto a otras personas", dijo la Conferencia en un comunicado.

El oficialismo hizo en cambio una intensa campaña a favor de ir a votar, temeroso de que el abstencionismo termine por expresar una queja por la compleja situación migratoria y la crisis socioeconómica que atraviesa el país, todavía marcada de la pandemia de Covid-19.

La Constitución, sometida a referendo en 2019, fue apoyada por el 78,3% del padrón, el resultado electoral más bajo desde el triunfo de la revolución cubana en 1959.