Segundo homicida del taxista estaba en prisión domiciliaria con tobillera por otro crimen

En el plazo de la prisión preventiva el fiscal deberá reunir las pruebas para llevarlos a juicio oral y condenarlos.

El imputado ya había sido enjuiciado por la desaparición de una persona ocurrida el 9 de abril de 2018 y ese caso estaba desde mayo a cargo del mismo fiscal, quien había pedido -entre junio y julio- prisión preventiva. Sin embargo, la Justicia le dio prisión domiciliaria y le colocaron una tobillera electrónica para moniteorearlo. Gómez apeló esa resolución pero fue ratificada.

Tiempo después la Oficina de Supervisión de Libertad Asistida (OSLA) detectó que el hombre no estaba en su casa y comenzó a buscarlo. Se realizaron ocho allanamientos desde que se percataron de su ausencia, hasta que fue detenido por el homicidio de Nacaratto. 

Lograron ubicarlo este martes, cuando por primera vez lo encontraron en su casa. Cuando la policía llegó, el delincuente primero golpeó a los efectivos que intentaron detenerlo, y luego trató de escaparse por el techo, pero terminaron por agarrarlo, según relató Gómez en la audiencia que tuvo lugar en la tarde de este miércoles. Incluso, dijo, el imputado intentó quitarle el arma a uno de los uniformados.

En su intento de huida, el delincuente se lastimó un pie, por lo que asistió vendado a la audiencia, y además denunció haber sido golpeado varias veces en la costilla y arrastrado por el suelo desde el fondo de la casa hasta el móvil policial.

El ataque brutal

Según relató el fiscal Gómez en la audiencia, al taxista lo abordaron el 23 de diciembre en la avenida General Flores para asaltarlo. En el asalto, le dispararon en la mejilla y se subieron en el auto con Nacaratto medio inconsciente. Lo llevaron hasta hasta donde consumaron el homicidio, que fue donde apareció el cuerpo.

Ahí lo atacaron “brutalmente” a palazos hasta matarlo, relató el fiscal, según contaron dos testigos presenciales con identidad reservada.

Cuando el imputado escuchó el relato del fiscal, lo interrumpió para protestar y dijo que no sabía manejar y que nunca había conducido un auto. Sin embargo, testigos dijeron que lo vieron bajarse del asiento del conductor y, junto con su primo, sacar a la víctima agonizando, para rematarla "a palazos en la calle".

Luego incendiaron el taxímetro para eliminar las pruebas, y escondieron el cuerpo en una cuneta ubicada a cuatro metros de donde ultimaron a Nacaratto. El cuerpo del trabajador fue localizado allí el 24 de diciembre.

Ya había un imputado por este caso. En un operativo policial que desplegó el Ministerio del Interior el 1 de enero detuvo a cuatro sospechosos del homicidio y, entre ellos, un hombre que tenía un taller mecánico a 1.000 metros de donde se cometió el asesinato. En su local la policía encontró las cuatro llantas del taxímetro incendiado por lo que le imputaron el delito de receptación (adquirir con provecho para sí o para un tercero dinero o efectos provenientes de un delito u objetos robados). Desde entonces se encuentra bajo prisión preventiva.