Adolfo Garcé

Adolfo Garcé

Doctor en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar

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Shocks evolutivos: el programa de Lacalle Pou

Algunas reflexiones sobre le programa del nacionalista de cara al próximo gobierno
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24 de abril de 2019 a las 05:02

Las buenas gestiones de gobierno están precedidas de procesos de elaboración programática cuidadosos. Desde 1985 en adelante tenemos varios ejemplos. La segunda presidencia de Julio María Sanguinetti se apoyó en un proceso de acumulación muy denso reflejado en el documento “El Uruguay entre todos”. Otro tanto puede decirse de la de Luis Lacalle Herrera. Es imposible explicar la alta tasa de innovación de verificada bajo su mandato sin el trabajo previo de expertos y políticos en el Instituto Manuel Oribe (1985-1989). Los cambios implementados durante La Era Progresista, a su vez, son inseparables del extenso debate en la Comisión de Programa y en los sucesivos congresos del Frente Amplio. 

Ante la eventualidad de la alternancia los partidos de oposición vienen refinando sus propuestas. Quiero compartir algunas reflexiones (no exhaustivas) respecto al extenso “Programa 20_25” del sector “Todos” del Partido Nacional. Este documento me parece otro ejemplo estimulante de elaboración programática meticulosa. Resumiendo al máximo, esta plataforma actualiza algunas de las principales tradiciones del PN. Se trata de una propuesta de entonación oribista (por su énfasis en el imperio de la ley) y de inspiración liberal en lo económico (por su defensa del papel de la empresa privada y de la competencia, y por su apuesta decidida por la apertura comercial), que pone al agro como protagonista central de la dinámica económica, al mismo tiempo que subraya la vocación por atender la persistente fractura social y que hace gala de fortalezas “pivelianas” en materia de política educativa y cultural. 

A pesar de estar enmarcado en un eslogan de connotaciones gradualistas (“un gobierno para evolucionar”), el documento se articula en torno a una “estrategia de cinco shocks”. El primer capítulo se titula: “Shock de austeridad: una gestión que cuide el dinero de todos”.

Administrando, evitando gastos superfluos y superposiciones, fortaleciendo organismos de contralor y unidades reguladores, coordinando y evaluando mejor políticas públicas, incrementando la transparencia y la productividad del Estado, es posible gastar menos sin renunciar a mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Quiero destacar, tanto por su relevancia como por las dificultades políticas y técnicas inherentes a su diseño e implementación, la idea de establecer una regla fiscal.  

El segundo capítulo se titula “Shock de competitividad: reactivar la producción y el empleo”. Se proponen políticas transversales y sectoriales.

La primera política transversal refiere a las empresas públicas. Se propone evitar que las empresas públicas sean “un peso para los ciudadanos” (modificando su gobernanza, concentrando su labor en sus cometidos centrales, obligándolas a competir y transparentando su gestión). En segundo lugar, se sostiene que hay que desarrollar la infraestructura, la logística y el transporte, especialmente mediante la reformulación del sistema de PPP. En tercer lugar se reclama avanzar en la apertura comercial para diversificar exportaciones y reducir cargas arancelarias. En cuarto lugar, el documento discute las relaciones laborales. Los redactores evitaron pisar baldosas flojas. Defienden los Consejos de Salarios, aunque anuncian ajustes a la normativa para atender mejor situaciones heterogéneas. Finalmente, proponen medidas de estímulo a la pequeña y microempresa, y políticas para favorecer el emprendedurismo. Además de estas políticas transversales el documento detalla políticas sectoriales. Es un programa del PN: se dedican 23 páginas al agro… y 3 a la industria.

El tercer  capítulo se titula “Shock de seguridad: recuperar la convivencia”. En un plano general se sostiene que no hay contradicción entre seguridad y derechos humanos. Pasando de los principios a las políticas, se propone, en primer lugar, fortalecer jurídica y políticamente a la policía. En segundo término, se insiste en “devolver a las comisarías su papel como unidades operativas básicas, generadoras de información desde el territorio y constructoras de vínculos con la población”. Entre otras líneas de acción, se fundamenta la necesidad de reformar el sistema carcelario. Entre las múltiples propuestas orientadas a reprimir el delito quiero destacar una: “Declaración formal de la emergencia nacional en seguridad pública el 01/03/2020, a fin de iniciar el combate frontal al delito en todas sus modalidades”. Los problemas de sustentabilidad de la seguridad social también se discuten en este capítulo. Se propone convocar a expertos de todos los partidos para acordar líneas de acción. 

El cuarto capítulo, tan potente como los anteriores, se titula “Shock social: la integración como tarea de todos”. Se argumenta que el Mides debe ser reformulado para concentrarse en la tarea de rectoría de las políticas.  Se propone “fortalecer a los líderes locales y a las redes comunitarias como agentes de cambio”. La infancia, se dice, debe ser prioridad. Pero el documento propone políticas hacia jóvenes, población adulta en riesgo, adultos mayores, personas con discapacidad, mujeres y grupos vulnerables específicos. Se calcula que existe un déficit de 60 mil viviendas y que esto está en la base del incremento del número de asentamientos. Entre otras acciones se anuncia que se potenciará Mevir para, en un horizonte de diez años, tender a una situación de “asentamiento cero”.

El último capítulo se titula “Shock del conocimiento y la cultura”. Empieza discutiendo sobre cómo generalizar la cultura tecnológica y termina profundizando en detalles relacionados, por ejemplo, con el acceso a bienes culturales y con los fondos públicos destinados a promover el arte. Entre la tecnología y el arte, se jerarquiza la necesidad de llevar adelante una profunda reforma educativa acompañando en términos generales, las ideas movilizadas por Eduy21. Entre otras innovaciones se prometen cambiar la Ley de Educación, revisar el papel del MEC, fortalecer los centros educativos y calificar el personal docente. Recomiendo, en suma, la lectura del documento, extenso y bien escrito. 

 

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