Steve Bannon alentó el asalto a la sedes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Brasil

La revelación, publicada por el medio español Público, señala que durante la reunión del espacio, que se autoproclama como “defensor de la libertad y la democracia”, señala que durante el cónclave Bannon, determinante en la campaña que llevó a Trump a la Casa Blanca, calificó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva como "un delincuente trasnacional" y alentó la realización de un golpe de Estado contra el gobierno del líder del Partido de los Trabajadores (PT) en caso que ganará las elecciones como finalmente ocurrió.

Durante su intervención, al igual que hicieron Trump y sus seguidores antes, durante y después de las elecciones estadounidenses que dieron el triunfo a Joe Biden, Bannon sembró dudas sobre la transparencia del proceso electoral y advirtió sobre un supuesto fraude mediante el voto electrónico con la clara intención de deslegitimizar el gobierno entrante de Lula da Silva, según las fuentes consultadas por la publicación, y en sintonía con la práctica discursiva de los grupos ultraconservadores de Estados Unidos.

"La tendencia, al igual que en Brasil, es usar el voto electrónico, la manera en que quieren empezar a robar votos", insistió Bannon. En esa ocasión, sostuvo además que, de ganar las elecciones, el actual presidente de Brasil buscaría extender su mandato más allá de la Amazonia y afirmó que el pueblo brasileño “debería luchar como lo hizo el estadounidense” tras la derrota electoral de Trump, en referencia a la toma del Capitolio protagonizada por sus seguidores el 6 de enero de 2021 para impedir la certificación del triunfo de Biden.

Bannon, que fue jefe de campaña de Trump en 2016  y luego uno de sus principales asesores en la Casa Blanca, planteo durante la reunión que los brasileños no "tolerarían" el silenciamiento al que supuestamente los sometería el gobierno de Lula da Silva, situación que dijo estar "más allá de los Bolsonaro". Las fuentes consultadas por Público agregaron Bannon aludió a una "gran batalla" que tendrían que librar los brasileños y deberían usar como "una gran advertencia".

La última edición de la CPAC, que se celebró en Ciudad de México el pasado 18 de noviembre, contó con la presencia física y virtual de centenares de miembros de la ultraderecha mundial, como el excandidato a la presidencia chilena José Antonio Kast, el diputado argentino Javier Milei, y el senador estadounidense Ted Cruz, además del propio Bannon, Trump, Abascal, Eduardo Bolsonaro y una gran cantidad de organizaciones civiles.

"En este lugar, se hará escuchar la voz de México, de toda América y de todos los defensores de la libertad y la democracia en nuestros países", exponía la CPAC en su sitio oficial ante del inicio del cónclave en el que se discutieron cuestiones como la migración, los valores conservadores, el aborto, los derechos LGTBI, la religión y la "lucha" contra las izquierdas.

En julio pasado, Bannon fue declarado culpable de dos cargos por desacato al Congreso de Estados Unidos por su negativa a colaborar con la comisión parlamentaria que investiga el asalto al Capitolio, contexto en el que se negó a entregar los documentos que le fueron solicitados por los legisladores y a rendir testimonio. Por esos motivos, la Justicia federal lo condenó apenas al pago de una multa de US$6.500 y a cuatro meses de prisión en suspenso, pese a que el Departamento de Justicia había solicitado una sentencia de cárcel de seis meses de cumplimiento efectivo y una multa de US$200.000.